Como lo aseguró Víctor Azuero Díaz, director del Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB), el parque metropolitano Las Mojarras dio inicio a sus actividades de manera inesperada. “La apertura llegó gracias a que me llamaron por teléfono, fueron los habitantes del sector, que unos niños estaban haciendo fila solicitando que los dejaran entrar. De esta manera, se empezó a utilizar sin necesidad de algún acto solemne”.
El parque se construyó sobre un terreno de aproximadamente cinco hectáreas, localizado en los límites de los municipios de Bucaramanga (cerca de 54 mil metros cuadrados) y Floridablanca (aproximadamente 57 mil metros cuadrados), sobre la cañada que forma la quebrada Las Mojarras. Limita al norte con el barrio Lagos del Cacique, al sur con la intersección de la Transversal Oriental y la vía que conduce al barrio El Reposo, al este con los barrios Hacienda San Juan y San Bernardo, y al oeste con los barrios Mirador de Fátima, Santa Bárbara, Palmeras del Cacique y Quintas del Cacique.
Está dotado con una cancha de microfútbol de gramado sintético, juegos para niños, baños públicos, tres puentes que cruzan la quebrada y 1.700 metros lineales de senderos ecológicos para contemplar el paisaje que hay en los cerros orientales.
La inversión del proyecto fue de aproximadamente $ 4.500 millones y su construcción duró 11 meses. El interventor fue el Parque Metropolitano 2015 y el constructor, la Unión Temporal Parque Mojarras 2015.
Uno de sus principales ob- jetivos es aumentar el espacio público por habitante, dotando la zona de influencia (sector de Las Mojarras), barrios de la periferia y de los municipios de Bucaramanga y Floridablanca. Además, se pensó como un proyecto con posibilidades de esparcimiento, a través de la recuperación de la estructura ecológica urbana y de elementos naturales del espacio público, efectivo a partir de la definición de directrices ambientales.
Según Azuero Díaz, se busca poder “equiparlo lo mejor posible, para brindarle buen servicio a la comunidad y que las mismas personas lo acojan como un nuevo espacio público que puedan disfrutar”.
En cuanto a la construcción del parque, el director del AMB afirmó que este tipo de espacios parten de la concepción de preservar el paisaje natural, lo que no siempre se tiene en cuenta a la hora de
adecuar espacios abiertos para el disfrute de la ciudadanía. Por esto, se espera que bajo dicho concepto se proyecte la adecuación de otros espacios como ‘La Esperanza’; ‘Corredor Parque del Agua’, primera y segunda fase, y el ‘Parque El Loro’, en La Rosita. Los habitantes del sector y barrios periféricos al acuerdo con Sergio Adolfo Herrera, residente del barrio Santa Fe, “es algo muy bonito, pues los niños y jóvenes tienen un sitio a donde venir a divertirse, a distraerse y no ponerse a andar por ahí en una esquina haciendo nada o estar pensando en vicios”.
Otros ciudadanos lo ven como un lugar seguro para realizar actividades deportivas. “Los niños tienen espacio para correr; las personas ya no hacen ejercicio en las calles, sino vienen acá, ya que se presta mucho para hacer este tipo de actividades”, comentó Sebastián Hernández, vecino del lugar.
Igualmente, los residentes comentan que la seguridad ha mejorado. Según cuenta Gustavo Silva, “se ve mucho vigilante igual que la Policía, ellos hacen muchas rondas, están más presentes desde que este sitio abrió sus puertas”.
Sobre la vigilancia, el subteniente Gerard Martín Díaz, comandante del CAI del barrio El Reposo, explica que se adelanta patrullaje continuo, campañas preventivas y diversas actividades como bailoterapia. “Se ha asesorado a la ciudadanía en temas de convivencia y seguridad ciudadana y se está acompañando en el proceso de formación de cultura ambiental para ayudar con el mantenimiento y conservación de entornos recreativos y ecológicos”, comentó el subteniente.
Por: Hayler Peñaranda