El humedal El Pantano, que se encuentra ubicado en la vereda del municipio de Girón que tiene el mismo nombre y que además limita con Lebrija, presenta una reducción del 90 % de su concentración de agua, situación que ha acabado con cerca de 3.600 hectáreas de ecosistema natural que lo componen. La amenaza por su desaparición supone materia de preocupación, ya que es el único humedal con el que cuenta el área metropolitana de Bucaramanga.
Adicionalmente, El Pantano es donde tiene su nacimiento la quebrada La Angula, que es la principal fuente de abastecimiento de los 38.600 habitantes de Lebrija, que también ha reducido considerablemente su caudal, generando escasez de agua permanente en dicha población.
El inminente suceso puso en alerta a los mandatarios de los dos municipios quienes se han propuesto planear y ejecutar acciones ambientales. El pasado 2 de febrero, fecha que precisamente es considerada como el Día Mundial de los Humedales, la Corporación Autónoma Regional para la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, lideró la presentación de un convenio denominado ‘Alianza de voluntades’. Este fue firmado por Reynaldo Gómez Vesga, presidente del Concejo de Lebrija; Luis Carlos Flórez, gerente del acueducto de este municipio; el concejal y representante del Concejo gironés, Carlos Román, y Martín Camilo Carvajal, director de la Cdmb.
Las posibles soluciones Para Ricardo Villalba Bernal, ingeniero forestal de la Cdmb, una de las soluciones más urgentes tiene que ver con la reforestación de la zona.
Según el experto, lo que con más urgencia necesita el área del humedal es que se regenere el crecimiento de vegetación natural y que se restaure el ciclo natural de agua, el cual allí se encuentra “cortado”, lo que hace escasa la producción de lluvias. Por tanto, la recuperación del ecosistema depende en gran medida del aprovechamiento que se haga de algunos recursos presentes en otras zonas cercanas a la afectada. “Se deben aprovechar al máximo las corrientes de aire que provienen, por ejemplo, del Cañón del Chicamocha y alternar esto con el cultivo de vegetación para que así vuelva a generar el proceso natural que conlleva al surgimiento de lluvias”, afirma el ingeniero. Villalba Bernal argumenta que otro aspecto a tener en cuenta es el trabajo de los campesinos que cultivan en la zona del humedal.
La mayoría de los cultivos que se realizan están relacionados con la horticultura, especialmente sembradíos de tomate, lo que quiere decir que son plantaciones que requieren cantidades considerables de agua para su crecimiento. A partir de este punto, se ha propuesto la estrategia de comprar terrenos en zonas aledañas para que los cultivadores sigan adelantando su tarea de producción sin generar impacto sobre El Pantano. Para el representante de la Cdmb, “no se trata sólo del tema de conservación porque ya la gente está ahí. La pregunta es, ¿cómo hacemos para que haya suficiente agua y suelo para producir? Hay que empezar a comprar predios para irle restando áreas a esa agricultura, sobre todo en las partes estratégicas. Las partes altas son zonas de recarga hídrica donde se deben generar procesos de restauración ecológica para que puedan volver a tener vegetación natural”, expresa Villalba.
Sumada a esta solución y con el fin de mantener la actividad agropecuaria en inmediaciones, se ha propuesto la siembra paralela de cítricos los cuales tienden a necesitar menos agua y la retienen en el suelo sembrado por mucho más tiempo que las hortalizas. Estas estrategias requieren la implementación paulatina de campañas de concientización para la población urbana y rural que eduquen a los agricultores sobre los beneficios que la implementación de estos cultivos trae para ellos y su municipio. La administración de Lebrija ha adelantado estas jornadas pedagógicas, las cuales han sido ejecutadas de la mano de la Policía Ambiental y Ecológica.
Para el alcalde del municipio, Sergio Alonso Valenzuela Isabella, esto supone una salida para afrontar la falta de agua que ha obligado a sus habitantes a recurrir a los cuatro carrotanques que diariamente llegan a la localidad para repartir el preciado líquido.
No obstante, según el burgomaestre, resulta difícil en ocasiones cambiar las tradiciones en algunos sectores rurales. “Nosotros somos un municipio netamente agrícola. Por tanto, las malas prácticas en zonas naturales han hecho que hoy en día la crisis sea más fuerte. Sin embargo, hemos notado que la comunidad está dispuesta a tomar medidas de choque para contrarrestar los efectos negativos”, manifiesta el mandatario.
La responsabilidad de la Cdmb
Entre tanto las autoridades del municipio de Girón, que también hicieron parte de la firma del ‘Acuerdo de voluntades’ para la recuperación de El Pantano, aseguran que la responsabilidad para la creación de acciones de recuperación del humedal de dejaron en manos de la Cdmb, por ser esta población parte de la jurisdicción de la autoridad ambiental rural. Para Freddy Lupo Silva, técnico en Riesgos y Desastres de la Alcaldía de Girón, “en este momento es la Cdmb es la que tiene la tenencia del humedal para realizar las debidas estrategias de restauración”, ya que el 29 de junio de 2011 se escribió un convenio interadministrativo con esta Corporación en el que cerca de 84 hectáreas fueron compradas por la administración de esa época pero que después se entregaron a esta institución para su conservación. De acuerdo con el mismo funcionario, entre las estrategias que a futuro planea implementar el municipio se encuentra la creación de la Secretaría del Medio Ambiente.
Por Freddy Arturo Montejo Triana
fmontejo@unab.edu.co