Por Daniela Bueno Ruíz
dbueno555@unab.edu.co
Un día antes de cualquier partido del Atlético Bucaramanga, Fabián Hernández Romero alista todo lo necesario para llegar a sentarse en primera fila. Limpia las memorias, carga las baterías y revisa su cámara mientras trata de contener la adrenalina que le causa cada fecha. Llega hora y media antes al Alfonso López, el escenario de 79 años de existencia. Mira a su alrededor, buscando el lugar para captar las mejores fotos. Por lo general, el arco donde ataca el equipo bumangués es el elegido.

de sus sueños cumplidos. / FOTO FABIÁN HERNÁNDEZ
Saca su silla, monta su cámara, y se prepara para “hacer las láminas del partido”, así lo describe él. Mientras llega el momento recibe la llamada de uno de sus hijos quien le dice que lo acaba de ver por televisión. Suena el himno, y acto seguido el pito que da inicio al juego. Espera ansioso el momento que todos anhelan. El instante que los hinchas esperan: el gol. Un acto que no puede describir. Toma las fotos necesarias y lo celebra como un aficionado más.
Aunque en enero empezó a cumplir el sueño de trabajar en el Bucaramanga, desde sus 14 años inició de manera “casi oficial” su relación con la cámara. Nació en cuna de fotógrafos. Su abuelo, Joaquín Hernández, fue el primer reportero gráfico del medio escrito más representativo de Santander: Vanguardia Liberal. Su padre, Mario, siguió los pasos y les enseñó el arte a él y a su hermano Mario. Fabián ya lleva 35 años capturando momentos a través del lente.
Su primer trabajo estuvo lejos de los estadios de fútbol. Junto a su papá cubría eventos sociales, hasta que llegó el día de seguir con la tradición de los Hernández. “Acompañaba a mi padre a la Clínica Comuneros a tomarles fotos a los recién nacidos, hasta que me dijo que a partir del día siguiente vendría a hacer las fotografías yo solo”, confiesa Fabián que sintió el nerviosismo de la primera vez. Nunca recibió una lección de cómo manejar aquella cámara Pentax K 1000. Es empírico en su profesión, “es algo que llevo en la sangre”, agrega. Para ese entonces ganaba 80.000 pesos en un fin de semana, algo que para un joven que aún asistía al colegio era un gran reconocimiento.
Con solo 16 años cubría conciertos y fotografió a Shakira y Joe Arroyo. Durante ese tiempo la fotografía social y empresarial fueron su diario vivir. Su hermano Mario trabajaba como reportero gráfico en Vanguardia Liberal y la admiración por quien considera su maestro, crecía más. Dentro de sus metas estaba poder salir en la primera página del diario con una fotografía hecha por él. Sueño que años después se hizo realidad.
El 1 de julio de 2015 recibió la llamada que le informó que sería parte del diario. Solo le bastó un día para completar su felicidad, pues “mojó primera” 24 horas después con una fotografía de una manifestación de taxistas, tomada en la diagonal 15 con calle 54. Ese sería el inicio de una etapa llena de aprendizaje y alegría que duró 4 años y 6 meses. Allí ganó el premio de periodismo Luis Enrique Figueroa y su amor por el Atlético Bucaramanga empezó a crecer con cada cubrimiento. Aunque en los años 90 asistía a los partidos, fue “sufriendo desde la cancha” como se convirtió en hincha.

HERNÁNDEZ
Actualmente es el fotógrafo oficial del Atlético Bucaramanga. Hasta el día de hoy guarda los momentos que mayor alegría le han generado. El gol de Diego Herazo contra Cúcuta Deportivo, en el General Santander es uno de ellos. En aquella oportunidad tomó la foto y corrió a celebrar con el kinesiólogo. “Estoy en el equipo más grande de la región”, dice con orgullo. Extraña ver el estadio lleno, las monedas que le lanzaban desde la tribuna y la energía que transmitían los miles de hinchas que con sus camisetas amarillas y verdes apoyaban al ‘leopardo’ en todas las circunstancias.