Por Gimena Katherine Velandia Rincón
gvelandia418@unab.edu.co
La energía que se sentía todos los domingos en la carrera 27 de Bucaramanga, difícilmente volverá. Los bumangueses perdieron la libertad de tres kilómetros de ciclovía para ir en plena carretera en patines, patinetas, triciclos, monopatines y sobre todo en bicicletas. Una vez decretada la cuarentena obligatoria para contener el brote de la covid-19, esta actividad se suspendió y los horarios para hacer deporte se redujeron a un único bloque de cuatro horas, de 5:00 a 9:00 a.m. Este horario fue de alivio para los habitantes de la provincia Metropolitana, pues como lo afirma Andrés Felipe Ortiz, trabajador independiente, salir a hacer ejercicio reduce el estrés que le produce el encierro de la cuarentena.
Andrés Felipe compró una bicicleta a finales del 2019, ver constantemente ciclistas en las calles de la ciudad bonita lo impulsó a conseguirla. En su búsqueda halló una bicicleta Lince 2017 de segunda, con marco talla M poco adecuado para su estatura de un metro con 85 centímetros; rin 29 para tener un rango más amplio de pedaleo y grupo híbrido Shimano-Tourney para los cambios de velocidad. Para agosto de 2020, él sintió que haber invertido $700.000 en esa cicla fue una de las mejores decisiones que tomó.
Durante la cuarentena obligatoria, el uso de la bicicleta como transporte sostenible es uno de los mayores beneficios de Andrés Felipe. Se moviliza por el área metropolitana evitando los trancones que antes le causaban estrés y al mismo tiempo hace ejercicio, mejorando su resistencia física. Incluso le dio la idea de comenzar un negocio de domicilios a pedal para generar ingresos extras.
La práctica diaria de un deporte genera cambios tanto en la salud física como mental, mejorando la concentración y la capacidad de planificación. Para la psicóloga Lina María Rodríguez (Universidad Cooperativa de Colombia), “la pandemia ha traído consigo picos de ansiedad y depresión, al no canalizar las emociones negativas, podría convertirse en un problema mayor de salud mental y posteriormente de salud pública”.
Ortiz no es el único que siente los beneficios del pedaleo. Cristian David Sepúlveda Villamizar, trabajador independiente, compró una bicicleta a inicios de julio, y durante el mes y medio siguiente notó los cambios que esta herramienta generó a su rutina. En un principio la compró para subir el estado del ánimo, pero conforme la fue usando, Cristian asegura que también mejoró su estado de salud, disminuyendo el ardor de la gastritis y debilitando la ansiedad de mantenerse encerrado en casa.

Se requiere bioseguridad
Más santandereanos se han interesado en usar este transporte sustentable. Aunque diferentes empresas en Santander quebraron por la crisis económica, la venta de ciclas y repuestos continuó. Albeiro Villamizar Pinzón, distribuidor de Len Importaciones S.A.S explica que, a pesar de verse en la obligación de subir los precios de sus productos por el alza del dólar (a inicios de la pandemia estuvo a 4.176 pesos, actualmente está a 3.785 pesos), las ventas de bicicletas aumentaron, ya que las personas encontraron en ellas una manera de disminuir el contacto social de los transportes masivos.
Puede sonar positivo que más personas se interesen por practicar ciclismo y usar la bicicleta como medio de transporte, pero Carlos Alberto Gutiérrez, ciclista profesional santandereano del grupo Sundark-Arawak, es testigo de la falta de respeto ante los protocolos de bioseguridad. En los seis días que entrena a la semana vía San Gil y cerca a Pescadero, Carlos Alberto ha presenciado el aumento de ciclistas en carretera, viendo grupos de entre 10 a 20 personas siguiendo una ruta, a pesar de que el Ministerio de Salud y la Federación Colombiana de Ciclismo recomendaran la práctica individual de deportes al aire libre.
Los 30 minutos de ejercicio diario que recomienda la Organización Mundial de la Salud se están cumpliendo y demuestran cambios positivos tanto en la salud física como mental. El distanciamiento social obliga a tener una rutina más inactiva para nuestro cuerpo, por ello el uso de bicicleta como transporte, deporte y diversión canaliza las emociones, brinda disciplina, activa el cuerpo, mejora la concentración, cuida el medio ambiente y cultiva nuevos hábitos. El manejo responsable de ella durante la cuarentena hará que también sea provechoso para el distanciamiento social.
