En graves condiciones de deterioro se encuentra actualmente la Casa de Justicia del Norte, ubicada en la calle 7 N 19-19 del Barrio La Juventud en Bucaramanga. La falta de mantenimiento que se evidencia en techos sin cielorraso, maleza que crece entre el pavimento destruyéndolo y portones que, por estar tan oxidados, no prestan ninguna seguridad, entorpecen los programas y servicios que debe ofrecer el centro institucional.
De los tres pisos con los que cuenta el lugar solo dos funcionan parcialmente. Según el Ministerio de Justicia y del Derecho, las Casas de Justicia “son centros institucionales de información, orientación, referencia y prestación de servicios de resolución de conflictos en donde aplican y ejecutan mecanismos de justicia formal y alternativa”. El principal propósito de estos establecimientos es acercar la justicia a los ciudadanos de escasos recursos “orientándolos sobre sus derechos y facilitándoles el uso de los servicios de justicia formal”.
Situación actual
Hace menos de un mes, la nueva administración encabezada por Rodolfo Hernández Suárez denunció por medio de las redes sociales el estado en el que se encuentran las instalaciones de la Casa de Justicia. Manuel Francisco Azuero Figueroa, asesor de Gobernanza y Transparencia de la Alcaldía, fue el encargo de evidenciar la situación. Azuero escribió en su cuenta de Twitter: “denunciamos abandono de la Casa de Justicia, gobernanza es gestionar activos públicos. Lo más bello para los más humildes”.
Lo que le preocupa a los directivos del centro institucional no solo radica en la falta de mantenimiento en la que tienen la Casa, sino que el estado en el que se encuentran genera un desaprovechamiento de las dimensiones que tienen los diferentes salones del lugar.
Así lo afirmó la abogada y actual coordinadora de la Casa de Justicia del Norte, Claudia Patricia Corredor, cuando dijo que “si las áreas no están aptas para que los programas de la Casa de Justicia se puedan llevar a cabo sin poner la vida de los ciudadanos en peligro, los espacios, que son bastante amplios, también se estarían desperdiciando por negligencia”.
También agregó, que “en el primer piso hay seis locales ‘comerciales’ o instalaciones independientes en donde podrían funcionar dependencias institucionales o de oenegés que están abandonadas y descuidadas. El segundo piso también tiene oficinas desocupadas bastante amplias que no se les ha dado su mantenimiento porque no se han podido de forma sistemática sostener. Además en el momento no contamos ni con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ni con el Instituto Nacional de Medicina Legal”, expresó.

Carlos Fernando Mantilla Navarro, coordinador del punto de atención de la Casa de Justicia del consultorio jurídico de la Universidad Santo Tomás, también se pronunció al respecto. “Si se compara esta Casa con la de Floridablanca, acá tenemos mejores lugares; sin embargo, la falta de adecuación de los espacios físicos ha hecho que no podamos realizar algunos programas como el de pacificación en pacto escolar. Si tuviéramos mejores instalaciones pudiéramos traer o intentar vincular a escuelas o colegios cercanos a que hiciéramos talleres como estos unos días al mes”, dijo.
La seguridad, el ‘círculo vicioso’
Según afirmó el actual asesor de despacho para asuntos del norte de la ciudad, Pedro Nel Rodríguez Barragán, este inmueble es una construcción de orden nacional porque fue el Ministerio de Justicia quien dio la inversión inicial. De acuerdo con los mismos habitantes del barrio, en la administración Luis Francisco Bohórquez la Casa de Justicia hizo unos convenios con el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, en los que se ofrecieron talleres, pero al cabo de unos meses los dejaron en completa desatención.
“En los salones de la primera planta la madera está deteriorada, allí existieron talleres de carpintería y panadería porque hay restos de hornos que están puestos en desorden y suciedad. También hay un depósito de madera, unas herramientas viejas y archivos de pupitres viejos que están deteriorados”, así lo manifestó Norberto Blanco, residente del sector quien se desempeñó como jardinero de la Casa tres años atrás.
Por otra parte, existe otro punto crítico que también está afectando la funcionalidad del edificio y sus servicios, y es la seguridad. No es un secreto que en barrios del norte este tema siempre será un punto de partida a tener en cuenta para poder desempeñar actividades institucionales.
El saliente secretario del Interior tilda este asunto como un ‘círculo vicioso’ y sostiene que “lo que sucede es que la gente dice que conoce el sitio pero asumen que es inseguro. Ahora, esa versión tiene tanta fuerza que de hecho el horario es hasta las tres de la tarde. La comunidad no va por eso aunque estamos seguros de que la situación es menos peligrosa de lo que se rumora”.

El paso a seguir
De acuerdo con los diferentes directivos de los puntos de atención de los servicios que ofrece el establecimiento, hay un último aspecto que debe ser tratado, aunque no de manera tan urgente como lo necesita la infraestructura, y es la difusión de información acerca de las prestaciones que ofrece la Casa de Justicia a la comunidad.
“La Casa de Justicia está ‘encerrada’, creo que muchas personas ni la conocían antes de la publicación de la Alcaldía de Bucaramanga hablando del abandono en el que se encuentra. Lo mejor que podría hacer la administración es difundir lo que estamos haciendo además de las adecuaciones físicas para poder volver estas casas escenarios de paz con soluciones efectivas para las personas que vienen”, expresó Mantilla Navarro.
En cuanto al presupuesto de la inversión que se pretende realizar en este mismo año, Pedro Nel Rodríguez aseguró que empezarían con un inventario para encontrar las necesidades apremiantes que parten, incluso, del mismo aseo del lugar. “Por ejemplo el primer piso, en donde está la carretera, está comido de la maleza y los baños están inservibles. Hay que empezar por ahí, por lo elemental”, afirmó.
El actual asesor de despacho también agregó que en este momento la Alcaldía se encuentra evaluando la cantidad de capital que se necesita para arreglar la Casa. “Ahora estamos en la primera fase que es la preinversión para poder entregar una estimación y como ese recurso no quedó en el presupuesto del municipio, habrá que hacer los traslados presupuestales que correspondan para instigar unos recursos a ese objetivo”, resaltó el funcionario.

Contexto
En Bucaramanga y su área metropolitana existen dos Casas de Justicia, la primera está ubicada en el Norte y la segunda se encuentra en Floridablanca en el barrio El Carmen.
De acuerdo con el actual asesor de despacho para asuntos del norte, Pedro Nel Rodríguez Barragán, “el contexto histórico del término Casas de Justicia es un concepto que se inició en el Gobierno del presidente Ernesto Samper Pizano y su entonces ministra de Justicia, Alma Beatriz Rengifo, con el objetivo de pensar en la necesidad de re contextualizar la administración de la justicia en el país.
La Casa de Justicia del Norte fue inaugurada en el mandato de los ex alcaldes de Bucaramanga, Jaime Rodríguez Ballesteros (1992-1994) y luego en el de Carlos Ibáñez Muñoz (1995-1997). Según Rodríguez Barragán, “esa fue una inversión que hizo el Ministerio de Justicia en su momento según reza la placa”. Desde el punto de vista legislativo estas Casas buscan acercar a la comunidad a servicios de ‘justicia elemental de barandilla’ como las inspecciones de policía, comisarías de familia, inspecciones de ornato, consultoría jurídica, bienestar familiar e incluso la misma fiscalía.
“Desde ese entonces la iniciativa cogió tanta fuerza que se extendió en toda Colombia hasta el punto en el que, hoy en día, en casi todos los municipios, por ejemplo de la Costa Atlántica, hay una Casa de Justicia en perfecto funcionamiento”, declaró el asesor.

Por Silvia Margarita Méndez M.
smendez116@unab.edu.co