Las propuestas que surgieron en la Universidad Industrial de Santander quieren consolidarse a nivel regional como proyectos ecológicos emprendedores que logren transformar el pensamiento y las prácticas inconscientes sobre el manejo de los desechos sólidos y tóxicos que contaminan el medio ambiente.

El compost de ‘RecyWe’ ‘RecyWe’ es un proyecto que surge a partir de la idea de reutilizar y reducir la cantidad de residuos orgánicos por medio de la elaboración de compostaje o fertilizante orgánico, un abono que proviene de un proceso de descomposición de materiales de origen orgánico. Lo crearon en 2018 cuatro estudiantes de la UIS, María Paula Rincón, de ingeniería civil; Pedro Salgado, de ingeniería electrónica; Oscar David Gallo y Siklad Ortiz, de ingeniería mecánica; y este año participaron y ganaron, en el campus, el concurso Hult Prize, organizado por la Organización de las Naciones Unidas.

“En la universidad empezamos a hacer compostaje como un proyecto personal porque nuestra mayor preocupación siempre fue la problemática de las basuras, pero después vimos la oportunidad de implementar el proyecto en concursos de emprendimiento, de esa forma podíamos proponer la elaboración de compostaje como una manera de disminuir la cantidad de residuos que va a El Carrasco”, explica Ortiz.

A partir de la participación en el concurso buscaban obtener recursos económicos para poder llevar a cabo el proyecto, ya que los estudiantes proponen ofrecer un kit compuesto por un balde y una bolsa de tela, para poder adquirir el material orgánico y reciclable proveniente de casas, colegios e instituciones. Y a través de una aplicación las personas les avisarían para que pasaran a recoger los residuos que serían llevados al terreno donde les harían el respectivo tratamiento. A pesar de ser los ganadores del Hult Prize en la UIS, la propuesta no ganó a nivel nacional, por lo que los estudiantes continúan en busca de un capital semilla que les permita conseguir un terreno e implementar lo planeado para poder avanzar en la construcción de más productos sustentables. “También pensamos fabricar ladrillos, tejas y puertas a base de plástico pero por ahora queremos concentrarnos en reutilizar lo orgánico, ser capaces de tratar una carga y hacerlo bien”, manifiesta Salgado.

Los creadores de ‘Ecoflame’ obtuvieron el segundo puesto en el concurso de emprendimiento ‘Hunters’, realizado en Barrancabermeja en octubre de 2018. /FOTO LUZ BRAVO

Los estudiantes siguen elaborando el compost a partir de los desechos orgánicos del servicio de comedores de la UIS, y este lo utilizan para plantar árboles que son donados por la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la meseta de Bucaramanga, Cdmb. Además, empezaron a realizar en Bucaramanga y su Área Metropolitana la campaña ‘BasuraChallenge” como parte de una estrategia de visibilización social que les permita darse a conocer y de esa manera obtener ayuda económica o de otros voluntarios que quieran integrarse al proyecto.

El biocombustible ‘Ecoflame’ El proyecto de investigación desarrollado por dos estudiantes de ingeniería química, Astrid Carolina Ávila y Samir Andrés Sosa, se trata de brindarles a las personas una alternativa viable para reducir la contaminación atmosférica, por lo que crearon un biocombustible sólido que puede sustituir el carbón, ‘Ecoflame’. El producto está hecho con los desechos de la industria del aserrín y el cartón, por lo que al quemarse no produce emisiones de dióxido de azufre y a diferencia de las cenizas del carbón, estas se pueden utilizar como fertilizante.

“Hay dos maneras de extraer el carbón, ilegalmente deforestan bosques y queman los árboles, y legalmente la minería lo extrae de la tierra, pero igual termina contaminando fuentes hídricas. Además cualquiera de las formas genera grandes emanaciones de monóxido de carbono, y las cenizas que quedan del carbón terminan siendo otro residuo contaminante. La idea con Ecoflame es que sea reutilizable de principio a fin”, comenta Sosa.

Para poder obtener el producto óptimo realizaron durante un año varias pruebas con el fin de que ‘Ecoflame’ tuviera el poder calorífico adecuado, no se desmoronara, no generara emisión de gases y no alterara el sabor de la comida. “El objetivo principal es que las personas en su cotidianidad sean conscientes de sus consumos pero la idea también es llevar este biocombustible a la industria, porque en promedio una empresa que emplea el carbón utiliza diez toneladas semanalmente lo que genera 10.830 kilogramos de monóxido de carbono”, comenta Ávila.

Ellos manifiestan que en Colombia estas alternativas no son conocidas por lo que en el país tampoco existe la máquina briquetadora que permite acelerar el proceso de compresión del biocombustible, debido a esto, la fabricación se realiza de forma manual y tarda tres semanas más de lo necesario en estar listo. Su propósito es poder vincular a más trabajadores y brindar empleo a un aproximado de doce personas.

Los grupos de ambos proyectos expresan que son varias las dificultades que han encontrado al gestionar cualquier tipo de apoyo económico que requieren para poder emprender y llevar a cabo la consolidación de su propuesta en el mercado. Sin embargo, reconocen que seguirán trabajando para que sus proyectos sean alternativas ecológicas conocidas e implementadas por la sociedad.

Por Luz A. Bravo Bautista
lbravo240@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga