Al norte de Floridablanca, en el barrio La Trinidad, carrera 19 con calle 16, un mural de Bugs Bunny da la bienvenida. Dieciséis escalones de cemento bordeados por una reja cobriza, llevan a la entrada de la vivienda con fachada blanca, ventanas marrones y techo en lámina de zinc.
Este es el hogar de Angely Katalina Leonel Hernández, de 12 años de edad, que desde que tiene memoria vive con sus “nonos”, Vitalina Lozano Hernández y Vial Hernández Lozano; y su tía Rosa Emilia Hernández Lozano. Kata, como le dicen sus familiares, cursa séptimo grado en el Instituto Tecnológico ‘Dámaso Zapata’.
Todos los días se levanta temprano para hacer tareas y alistarse para ir al colegio. A las 10:30 de la mañana comienzan los preparativos, almuerza a las 11 y sale a las 11:30 para llegar a la entrada del Instituto, a las 12:30 del mediodía.
Según sus familiares y profesores, las dos cualidades que la definen son la polivalencia y la empatía. “Llevo dos años como ‘Alcaldesa’ en mi salón (este año en 7-13). Nunca he perdido ninguna materia y me desempeño con excelencia en la mayoría. Me gusta responder en mi estudio, pero también me preocupo por el bienestar de mis compañeros”, manifiesta mientras sonríe.
Fuente de poder
Así como un vehículo requiere de combustible para poder desplazarse, Kata dice que lo que la recarga de energía es su deporte favorito, el fútbol, el cual tiene un papel importante en su desarrollo físico y mental.
En la cancha es una guerrera. “Más o menos desde mis 8 años, me ha gustado sentir la adrenalina que da patear el balón y hacer un gol. Correr y estar alerta de cualquier jugada le da equilibrio a mi vida”, expresa mientras juega a la pelota con su primo.
En vacaciones, en el barrio se realizan campeonatos. Kata participa con su equipo “Stars Soccer”, en el que es la estratega. “Desde que quiso integrar un equipo con sus amiguitas, la apoyamos. Cuando participan, asistimos a los partidos y les hacemos barra”, expresa con admiración su tía.
Uno de los sueños de esta líder es ser profesional. Un proyecto importante para ella, y del cual habla con emoción, es verse como abogada. “Me gusta mucho colaborarles a las personas y ser de ayuda. Al ver que hay una situación de vulnerabilidad o que las cosas no son justas, ya sea en mi curso o barrio, trato de buscar una solución”, comenta con convicción.
En su barrio ha demostrado estos dotes de proactividad y deseo de colaborar con su comunidad, haciendo parte activa de la Junta de Acción Comunal (JAC).
Iluminación
Todas las personas requieren de inspiración, ya que el camino a recorrer no siempre es fácil de transitar. En el vehículo de su vida, Angely Katalina Leonel dice que tiene tres influencias de
las que aprende: el colegio, los libros y sus programas favoritos.

Sus materias preferidas son matemáticas, biología, sociales y español. Sus compañeros le piden asesoría cuando no entienden o deben prepararse para una evaluación. Complementa su formación estudiando inglés en el Instituto de Lenguas de la Universidad Industrial de Santander (UIS).
“Vi que se interesaba mucho por leer párrafos en inglés y buscaba en internet el significado de las palabras, entonces ahorré y la ayudé con eso”, manifiesta su tía Rosa Emilia Hernández al mostrar el libro del nivel A2 que cursa Angely.
Dentro de sus lecturas cuenta la Constitución Política de Colombia, y libros como “El diario de Ana Frank” y “Malditas matemáticas” y “Alicia en el país de los números”. Cada noche ve documentales en el canal History.
Sus frenos
Es importante que, así como los medios de transporte, un líder tenga algo que lo ayude a no decaer. En este caso Angely se destaca por su sensatez y responsabilidad. “Me considero una persona con capacidad de aprendizaje porque mis compañeros me destacan como su referente, por mi forma de ser y de colaborarles, sin tener ningún tipo de interés a cambio”, expresa.
La directora de grupo, Ana Yorleny Bodaba Sierra, dice que tiene el agrado de contar entre sus estudiantes con una niña como ella, porque “su rendimiento académico es alto, es colaboradora, responsable y sus compañeros la respetan y acatan sus orientaciones. Es sincera y leal como amiga. Tiene excelentes modales y valores que, con humildad y carisma, le han inculcado sus familiares”.
Vías y un norte fijo
Una de las vías más importantes y reconfortantes para Angely Katalina es el coro de la iglesia El Buen Pastor, en Zapamanga IV Etapa. Allí mantiene un vínculo fuerte con sus compañeros, los escucha y apoya en lo que necesiten. “Antes de ingresar al colegio, mis papás y yo le inculcamos lo básico, y necesario de la vida. Asistíamos con ella a las misas del domingo y desde esa primera vez se sintió tan compaginada que quiso integrarse al coro”, agrega su tía, abrazándola fuertemente.

El coordinador académico de su colegio, Alejandro Vega Páez, comenta que esta estudiante se ha ganado un espacio entre sus compañeros y profesores, porque “identifican en ella lo que es ser una persona con liderazgo, carácter, integridad y humildad. Muestra lo bien que le va a ir en la vida y por eso todos tenemos fe en ella”.
Para Kata, su modelo a seguir son su tía y sus abuelos, porque la criaron y la formaron para ser la persona que es hoy en día. Espera seguir destacándose en la parte estudiantil y social, para que sus compañeros la sigan viendo como ejemplo y un apoyo. Al respecto concluye: “Mi sobrina es juiciosa, humilde y soñadora. Aquí en la casa no le ponemos a hacer ningún oficio, porque su deber es el
estudio. Tanto mis papás como yo queremos que ella siga así de ‘pila’ y así de única en su forma de ser, para que se forme como una gran profesional”.
Por Lucía García Sánchez
lgarcia73@unab.edu.co