El 3 de agosto se habilitó el Permiso Especial de Permanencia (PEP), el cual los venezolanos podrán adquirir en una fecha tope de 90 días. El permiso tendrá una duración de 3 meses a 2 años, ligado al comportamiento de cada beneficiado, por lo que podrá ser cancelado si las autoridades consideran un inconveniente con la presencia del extranjero en el territorio nacional. Este permiso dio pie a la propuesta del alcalde Rodolfo Hernández Suárez para dar empleo a un grupo de 15 venezolanos para trabajar con la Emab. Algo que contrasta a sus declaraciones del 12 de mayo expresando que: “Se vinieron todos los limosneros de Venezuela, la prostitución y los desocupados para acá porque prácticamente somos linderos de frontera”, afirmando que la ciudad no tiene recursos para recibir inmigrantes del país vecino.

 

Requisitos para tramitar el permiso

Primeramente, encontrarse en territorio colombiano al 28 de julio de 2017. En segunda instancia que haya ingresado de manera regular al país por medio de uno de los puestos de control migratorio autorizados. Además, que no tengan antecedentes judiciales a nivel nacional o internacional. Y por último, que no tengan ninguna medida de expulsión o deportación vigente. Por su parte, el alcalde Hernández Suárez mediante una rueda de prensa informó que daría un cupo a 10 venezolanos para que trabajaran legalmente vinculados con la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab), cifra que subió a los 15 venezolanos inscritos para laborar y dirigirse a los exámenes médicos pertinentes. “Harán el mantenimiento de zonas verdes, corte y poda del césped. Los estamos apoyando en esta fase crítica. Les tendemos una mano para que les sirva de aliciente y mantengan una estadía de manera distinta”, agregó el gerente de la Emab, José Manuel Barrera.

 

Es una cifra pequeña, para una gran necesidad
“El mensaje es muy claro; queremos acoger a las personas que están llegando, es un mensaje de solidaridad y sobre todo simbólico, no solamente para los venezolanos que están llegando sino también para los bumangueses en la actitud de que debemos percibir que esto es un problema global y optar a favor de una mejor convivencia. Con el programa para que venezolanos se vinculen a la Emab, por supuesto que el número de empleos que se van a dar es pequeño, pero si es un mensaje a los ciudadanos, a los venezolanos, a los empresarios de Bucaramanga para que pensemos que esta es una problemática global y que nosotros con pequeñas acciones podemos cambiar”, señaló la jefe de la oficina de Asuntos Internacionales de la Alcaldía, Natalia Durán Valbuena.

Luis Pimiento, venezolano beneficiado del programa realizado por la Emab quien recibe mensualmente un salario de 820.850 pesos. /FOTO DAVID FLÓREZ VILLAMIZAR
Luis Pimiento, venezolano beneficiado del programa realizado por la Emab quien recibe mensualmente un salario de 820.850 pesos.
/FOTO DAVID FLÓREZ VILLAMIZAR

Este es el caso de Luis Pimiento, actual beneficiario del empleo con la Emab, el nacido en San Cristóbal, Venezuela, sostiene a su esposa y dos hijos en Bucaramanga y además envía dinero a sus padres que aún viven allá, dejando algunos sueños atrás: “Mi anhelo en Venezuela era lograr obtener mi casita, pero no pudimos terminarla. Si no se encontraba ni para comer, mucho menos para construir una casa con materiales tan costos. Eso quedo a medias, y aún tenemos el anhelo de en algún día volver y continuar con nuestros proyectos de vida”.  Los registros del 3 al 11 de agosto obtenidos por Migración Colombia señalan que Bucaramanga es la quinta ciudad con más permisos especiales de permanencia aprobados, con 1.747.

Fuente: Migración Colombia
Fuente: Migración Colombia

En primera instancia un grupo de 20 venezolanos se inscribieron en una lista después de la rueda de prensa, pero cinco de ellos no poseían el PEP, por lo que se limitó a 15. Posterior a ello, han llegado muchos con el permiso especial a solicitar empleo. Algunos ilegales también se han dirigido a la alcaldía para requerir ayuda humanitaria. La oficina de talento humano se encargó de la vinculación, de los 15 inscritos tres de ellos poseen doble nacionalidad, pero están recién llegados al país y sin trabajo como cualquier venezolano, por lo que no hubo problema para aceptarlos. Es un proceso nuevo para la Emab en el que tienen que tener en cuenta la normativa nacional, pero que ha frenado los ingresos en la ciudad para darle prioridad a los venezolanos que llegan en situación crítica. Esto no soluciona la problemática a los venezolanos, ya que el número de personas que ha ingresado de manera informal es mayor al que ha podido solicitar el PEP. Pero por parte de la alcaldía se busca asumir la actitud de acoger y no generar sentimientos de discriminación.

Jaime Pulido Puentes, director de la oficina de Migración Colombia en Bucaramanga, asegura que hay ventajas y desventajas de este permiso, pero el balance es positivo: “Una de las ventajas es que cualquier venezolano puede trabajar o realizar cualquier actividad con ese permiso, la oportunidad para tramitar una visa que dure más tiempo y poder controlar el tema de explotación laboral en el que se han visto afectados algunos. En cuanto a las desventajas para la región, seguramente habrá la posibilidad de que algunos contraten a personas por encima de los colombianos, que haya bastante oferta de mano de obra de extranjeros contratados legalmente gracias a este permiso”, aseveró el funcionario.

 

Los que no son aptos para el PEP
Joel Rondón, un vendedor ambulante de helados, se dirigió a las oficinas de Migración Colombia para solicitar el permiso especial de permanencia, “Me trataron bien, me dijeron que para darme la ayuda tengo que tener pasaporte, porque con la cédula ingresé ilegal prácticamente, tengo carné fronterizo, pero sirve solamente para cierto límite de la frontera. Dijeron que tenía que buscar el pasaporte, tenerlo sellado para que me puedan ayudar”. Por más que Rondón vuelva a Venezuela a sacar su pasaporte, no podrá apelar al PEP, ya que el límite de fecha de entrada legal al país era el 28 de julio. Cabe destacar que como extranjero ilegal llegó a migración, se le informó el procedimiento a seguir, y salió sin un llamado de atención, ni ser deportado, ya que el número de venezolanos ilegales es incontrolable, tanto así, que Migración Colombia no posee un cálculo preciso de los que residen en el país.
Así mismo Janeth Porras legó el 15 de agosto, y como venezolana no puede requerir el permiso: “Soy venezolana nacionalizada colombiana y duermo aquí en el parque García Rovira. Si soy colombiana tengo que resolver por mi cuenta y como extranjera no alcancé el corte de fecha. No quiero seguir aguantando frío con mi hijo, pero por la situación no voy a volver a mi país”. Así se encuentran muchos venezolanos en la región, que por desinformación han venido en busca de un permiso especial al cual ya no pueden apelar, pero que por la situación de su país no consideran volver.

Por David Flórez Villamizar

jflorez438@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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