En Bucaramanga, 5.717 niñas entre 10 y 19 años quedaron embarazadas en el 2015. El drama del embarazo adolescente da pie a círculos viciosos de pobreza y falta de oportunidades, además del riesgo que representa, pues “las niñas menores de 15 años tienen mayores posibilidades de morir en el alumbramiento que las mujeres mayores de 20, y si una madre es menor de 18 años, su bebé tiene 60% más probabilidades de morir antes de cumplir un año, que un bebé nacido de una madre mayor de 19 años”, según el Estado Mundial de la Infancia 2007 de Unicef.

Inequidad, espiral de pobreza, problemas de salud pública, no cumplimiento de Objetivos de Desarrollo del Milenio son algunas de las consecuencias del embarazo infantil.

Vanessa Álvarez Sierra, gestora territorial para la prevención del embarazo adolescente del Icbf Regional Santander, alertó que la cifra de embarazos en las adolescentes santandereanas aún sigue por encima de la meta establecida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible que establece que solo 15 de cada 100 embarazos sea en adolescentes. En lo que va del año se estima que 18,7 de cada 100 embarazadas en el departamento eran menores de edad.

La problemática “hace que las niñas no establezcan proyectos de vida, aumente la deserción escolar, propicia relaciones de género inequitativas y no se establezcan familias saludables. Es todo un problema social”, aseguró.

Los hijos de las menores de edad tienen de dos a siete veces más riesgo de sufrir trastornos del aprendizaje y de la conducta, desescolarización e involucramiento en conductas de riesgo cuando alcanzan la adolescencia, así lo precisa el “Protocolo de atención de la menor de 15 años embarazada” del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Para hacer frente al flagelo, la Alta consejería de la mujer, Colombia Joven, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, los ministerios de Educación, Cultura, Salud, Defensa, MinTIC, el SENA, y la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (ANSPE) trabajan en la estrategia establecida por el Conpes 147 para la prevención del Embarazo adolescente, que maneja cuatro ejes principales: Fortalecimiento intersectorial; desarrollo humano y proyecto de vida; oferta de servicios de educación sexual y Salud Sexual y Reproductiva; y monitoreo y gestión del conocimiento.

En conjunto con las administraciones departamental y municipal se trabajado en la implementación de estrategias basadas en proyectos pedagógicos para la sexualidad y ciudadanía, además de prevención y promoción de los Derechos Sexuales y Reproductivos (DSR).

“El uso del tiempo libre = Salud, Deporte y Educación” es una de las campañas creadas para llevar un mensaje a los niños, niñas y adolescentes de la región: que existen muchas formas de aprovechar el tiempo sin llegar a afectar sus derechos.

La secretaria de Salud departamental, Claudia Mercedes Amaya Ayala, expresó que todas las estrategias deben estar orientadas a “retrasar la primera relación sexual en lo jóvenes. Nuestro interés es generar espacios para el buen uso del tiempo libre, donde los jóvenes participen y se mantengan ocupados”.

A través de Alcaldía de Bucaramanga también se han implementado herramientas como mesas de participación con el fin de plantear medidas para la disminución de los casos en la capital santandereana.

Varios son los objetivos en materia de salud que se ha propuesto la Alcaldía de Bucaramanga en cabeza de Rodolfo Hernández Suárez, que durante la “Semana Andina para la prevención de embarazos en adolescentes” trabajó en pro de visibilizar la situación, las condiciones, necesidades y posibilidades que los grupos, comunidades y personas viven respecto al embarazo en la adolescencia del Municipio de Bucaramanga.

“Se pretende movilizar voluntades, acciones sociales y políticas que sirvan de oportunidad y sustento para que la situación del embarazo en la adolescencia cambie su tendencia, mitigue sus efectos y se posibilite el logro de expectativas, anhelos y metas que tiene las poblaciones adolescentes”, publicó en un comunicado. Por eso, desde la Secretaría de Salud de Bucaramanga, “se quiere promocionar los derechos sexuales y reproductivos, para que los y las adolescentes conozcan y demanden los métodos de planificación familiar que están incluidos en el Plan Obligatorio de Salud”.

El Programa para la Educación de la Sexualidad y la Construcción de Ciudadanía (PESCC), es un proyecto en el que, desde la escolaridad, “se busca orientar a los jóvenes de las instituciones educativas del departamento sobre la sexualidad y el fortalecimiento de proyectos de vida”, manifestó la secretaria de Educación departamental, Ana de Dios Tarazona.

Paola Andrea Soto, referente de Salud Sexual y Reproductiva de la Secretaría de Salud de Bucaramanga, especificó que el 80% de las jovencitas que tienen un hijo, en los primeros dos años de vida del bebé ya están esperando el segundo. “Por eso buscamos también dirigir acciones para evitar el embarazo subsecuente de las menores de 18 años que han presentado un evento obstétrico. Acciones tanto para los adolescentes en colegios como para población no escolarizada”, indicó.

De acuerdo con la gestora del Icbf, Álvarez Sierra, para atender el problema del embarazo adolescente se requiere de una apuesta intersectorial: “Tanto educación, como salud, familia y comunidad deben trabajar en los determinantes del embarazo adolescente”.

Si bien es importante ofrecer educación sexual comprensiva, con evidencia médica y apropiada según las edades en las escuelas, resulta necesario dimensionar el rol de cada uno de los actores y asimilar que es una responsabilidad compartida en la que es fundamental que en el ámbito familiar se tejan redes de apoyo, comunicación y educación. Claudia Mercedes Amaya puntualizó en la necesidad de que los padres de familia sean orientadores de sus hijos. “La mejor orientación sexual está a cargo de los padres, ellos tienen claro qué es lo que quieren para sus hijos y cuál es futuro que anhelan para ellos. Los jóvenes deben hacer deporte, divertirse sanamente, y un hijo puede truncar ese anhelo de futuro, porque es una gran responsabilidad”.

Según la secretaria de Salud departamental, Claudia Mercedes Amaya Ayala, una de las estrategias está orientada en “retrasar la primera relación sexual en lo jóvenes". /FOTO ARCHIVO PERIÓDICO 15
Según la secretaria de Salud departamental, Claudia Mercedes Amaya Ayala, una de las estrategias está orientada en “retrasar la primera relación sexual en lo jóvenes». /FOTO ARCHIVO PERIÓDICO 15

Más allá del aula: El papel de los padres en la educación sexual
Es común que los padres, por las responsabilidades que tienen, pongan en segundo plano el tiempo que les dedican a los hijos. Lamentablemente, la falta de tiempo compartido y temas no dialogados conllevan, por ejemplo, a que cada día haya 15 embarazos adolescentes en Santander.

“La falta de orientación sexual conduce a las niñas hacia conflictos de gran tensión y frustración que ocasionan un número considerable de madres jóvenes, matrimonios adolescentes, embarazos precoces, abortos, infecciones de transmisión sexual trastornos anatomofisiológicos y psíquicos que interfieren indirectamente en el adecuado ajuste y desarrollo del individuo”, argumentó el psicólogo Miguel Ángel Miranda Martín.

Cuando la educación sexual es descuidada o abandonada a la casualidad la insuficiente preparación de los niños y adolescentes para el encuentro con otro sexo y con la propia sexualidad, cristaliza en diversos problemas que trascienden el placer de lo individual y se evidencian en el ámbito social.

La responsabilidad frente a esta situación problema corresponde a todos los sectores sociales del Estado; sin embargo, el rol de los padres de familia es determinante en primera instancia, para la prevención.

“Los adolescentes que se sienten cómodos comunicándose abiertamente con sus padres sobre la sexualidad tienen más probabilidades de demorar las prácticas sexuales, tienen menos probabilidades de mantener conductas sexuales riesgosas y están mejor equipados para tener relaciones y actitudes sanas con respecto a la sexualidad”, determinó la Coalición de Colorado contra el Asalto Sexual (CCASA por sus siglas en inglés), una organización de promoción de la seguridad, la justicia, y la curación de los sobrevivientes que trabaja para la eliminación de la violencia sexual.

Además, dentro de los DSR, se estipula que las niñas tienen derecho a espacios de comunicación familiar para tratar el tema de la sexualidad, al fortalecimiento de la autoestima, a recibir información clara, oportuna y científica acerca de la sexualidad.

El embarazo en las niñas es una crisis que se sobre impone a la crisis de la adolescencia. Comprende profundos cambios somáticos y psicosociales con incremento de la emotividad y acentuación de conflictos no resueltos anteriormente, “si las niñas reciben apoyo eficaz durante la infancia y adolescencia, tienen la posibilidad de cambiar el mundo. Toda inversión destinada a otorgar ese poder a las niñas respalda la vigencia actual de sus derechos y constituye una promesa de un futuro más equitativo y próspero”, señaló la representante adjunta Unicef Colombia, Viviana Limpias.

Las Naciones Unidas, organización cuyo tema escogido para la celebración del Día Internacional este año es la “Igualdad de las niñas = Logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, publicó: “Cuando invertimos en la salud, la seguridad y la educación de las niñas – tanto en tiempos de paz como en tiempos de crisis –les ayuda a hacer realidad sus sueños, a determinar sus propias vidas, su progreso no sólo es bueno para ellas; también lo es para sus familias, comunidades, naciones y el mundo».

Por su parte, el Secretario general de la orgacización, manifestó que “hemos de ponernos en marcha para lograr las metas y cumplir nuestras promesas a fin de dar a las niñas todas las oportunidades que merecen en su camino hacia la edad adulta que habrán alcanzado en 2030. Hemos de ayudarlas a evitar el matrimonio infantil y los embarazos no deseados, protegerse contra la transmisión del VIH y contra la mutilación genital femenina y adquirir la educación y las aptitudes necesarias para desarrollar su potencial. También es preciso velar por su salud sexual y sus derechos reproductivos. Todas las niñas, estén donde estén, deben poder llevar una vida libre de temor y violencia. Si logramos este avance para las niñas, veremos avances en toda la sociedad”.

Por Roxana Silva Quevedo
Ksilva415@unab.edu.co
@roxanaquevedo88

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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