Por María Paula Barreto Durán. 
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A la edad de nueve y ocho años, influenciados por la radio y la música que se escuchaba en sus casas y barrios, Camilo Andrés Guerrero “Sike Damodar” y Juan José Rondón “The Rondon”, encaminaron sus gustos al universo del hip hop. En Floridablanca y San Vicente de Chucurí, se criaron estos dos santandereanos que representan los sonidos del rap en el departamento.

La información acerca de cuándo y cómo llegó el hip hop al país no es exacta, sin embargo, se estima que fue a principios de la década de los ochenta y comenzó a tomar fuerza en los noventa. Medellín, Bogotá y Cali han sido las ciudades principales en las que los investigadores del género han situado la lupa. No obstante, en diferentes rincones del país, en medio de un contexto social permeado por la violencia, surgieron grupos de jóvenes que, a través de la música, expresaron su malestar frente a la realidad colombiana y su cotidianidad.

Entre cámaras y letras

Camilo Andrés Guerrero comenzó a rapear en Floridablanca a la edad de 13 años. “Empecé a escuchar rap a los 9 años por mi hermano y desde ahí comencé a buscar artistas colombianos. En el 2008, cuando tenía 13 años, comencé a salir a rapear con la gente del barrio y a ir a lugares donde se hacían pequeños toques”, recuerda.

“Cuando tenía 13 años me llamaban Psique, pero la gente casi no entendía, entonces decidí cambiar la manera en que se escribía a Sike; y el Damodar es mi nombre de krishna desde los 14 años. Así fue que formé Sike Damodar”, cuenta Camilo. / FOTO SUMINISTRADA CAMILO ANDRÉS GUERRERO

Después de tres años explorando el género, Guerrero decide hacer una pausa temporal que duró alrededor de cuatro años. En este tiempo, ingresó a la Universidad Autónoma de Bucaramanga a estudiar Artes Audiovisuales, otra de sus pasiones, la cual terminó llevándolo de vuelta a la música. Cursando su carrera, conoció a Juan Camilo Mantilla “Alman Lenid”, quien estudiaba Administración de Empresas, y a Felipe Coronado “Repz Bars” quien estudiaba música; los tres se encontraban allí para compartir en torno a su gran pasión: el rap.

Después de graduarse como Maestro en Artes Audiovisuales, Sike Damodar decide dedicarse a su carrera musical, la cual toma un nuevo rumbo en el 2015 cuando forma El Nido Récords junto a Mantilla y Coronado.  “Nos unimos para poner la escena del rap donde se merece, para que la gente sepa que en Floridablanca se hace rap, que era algo que no se había hecho, y que ahora está pasando gracias a la disciplina y al trabajo de calidad que venimos haciendo”.

Con cinco años de trayectoria, El Nido Records ha logrado a cautivar miles de personas en plataformas como YouTube, Spotify e Instagram, y ha logrado más de 34.000 reproducciones su canción Llévate los males. / FOTO SUMINISTRADA CAMILO ANDRÉS GUERRERO

Actualmente, Camilo Andrés es el director creativo de El Nido Récords, cargo en el que pone en práctica su profesión; y, a su vez, escribe letras que, junto a su voz y la de Alman Lenid, acompañan los beats de Repz Bars. Su lírica se caracteriza por estar llena de experiencias de vida, “cuando escribo trato de canalizar las cosas que me suceden y voy depurando ideas, escojo lo mejor y evolucionó con ello; para mí, se trata de estar constantemente escribiendo, estudiando y rapeando para mejorar”.

A sus 25 años, Camilo Andrés asegura que no hay forma de separarlo del rap, pues este género no solo hace parte de su esencia, sino se convirtió en su proyecto de vida, la razón por la que permanece en constante aprendizaje.  “El rap es la forma en la que he logrado canalizar mis emociones, me ha permitido darles trascendencia a las cosas, y lograr una catarsis mediante la música. Para mí, lo es todo, es la razón por la que me despierto, por lo que vivo. A mí el rap me cambió la vida”, comenta.

Con un recorrido musical de cinco años y un posicionamiento en la escena del rap local, El Nido Records se sitúa como un referente y apoyo para los nuevos talentos de Santander, entre ellos, Juan José Rodón “The Rondon”.

Talento emergente

El gusto por la música se sembró en Juan José a sus ocho años, en particular, por el género urbano. Su cercanía con el reggaetón comenzó en el colegio, pues en cuarto y quinto de primaria realizó mímicas de Es un secreto y Si no le contesto, dos canciones icónicas de Plan B, un dúo puertorriqueño. Luego, estuvo vinculado a la banda del colegio tocando la lira, un instrumento que lo acompañó por cuatro años. Sin embargo, comenta que con el tiempo el panorama de sus gustos musicales se aclaró y se dio cuenta de que lo que más le gustaba era el rap.

En el 2013, a la edad de 13 años, se atrevió a escribir su primera canción.  Se la mostró a sus compañeros, y a pesar de que no todos los comentarios fueron malos, su proceso se frustró durante un año. En el 2014, retomó la escritura motivado por un reto: “Una tarde me reuní con un amigo, yo estaba cantando una canción frente al espejo y me dijo: ‘oiga, usted debería hacer una canción’ y me retó.  Me acuerdo que se fue y yo me puse a escribirla y al otro día ya la tenía hecha, grabamos un vídeo con el celular y lo subí a Facebook”, desde ahí comenzó a hacer públicas sus creaciones.

En su casa, en San Vicente de Chucurí, “The Rondon” creó su estudio de grabación casero en el baño, con ayuda de cartones de huevo; y así, poco a poco, fue adquiriendo las herramientas que necesitaba para grabar sus canciones en casa. Al inicio no fue fácil, pues en su pueblo la cultura del rap es mínima, pese a ello, no se detuvo.  A los 17 años llegó a Bucaramanga a estudiar Derecho en la Universidad Santo Tomás de Aquino, y su carrera musical comenzó a despegar.

Ahora, a sus 19 años, Rondón se dedica a terminar su carrera profesional y a la música, pues a su corta edad, sus canciones ya recorren el país. Además de ello, se considera un escritor en desarrollo, en tanto que su gusto por la escritura lo ha llevado a explorar otros géneros literarios, como la poesía y el cuento.

Cultura y rap en construcción

La escena del rap en Santander se encuentra en crecimiento, pues cada vez son más los artistas locales que adornan las calles con su talento. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer para que el género se consolide. Para que esto suceda, Sike Damodar y The Rondon coinciden en la necesidad de mejorar la calidad de los productos y trabajar colectivamente, “para que el rap crezca no solamente se necesitan raperos, se necesita gente que quiera grabar videoclips de rap, que quiera escribir sobre este, que lideren espacios que permitan eventos y que quieran estudiarlo para saber manejarlo. Esta cultura no la va a hacer nada más un grupo, la vamos a hacer un montón de artistas apuntando para el mismo lado, creemos que en la colectividad está el camino”, asegura Sike Damodar.  

Universidad Autónoma de Bucaramanga