Por Javier Ferreira
jferreira4@unab.edu.co

Este periodista ha dedicado su vida a conocer en persona el impacto que los diversos conflictos armados han tenido en la vida de las personas. Dice que es un profesional al que le gusta estar con la gente, hacer un periodismo que aporte a las comunidades y no al servicio de los poderosos. 

El periodismo de mochila es una idea que comenzó a ‘cocinar’ en sus tiempos de periodista de guerra en Nicaragua, adonde llegó en 1978 a cubrir el conflicto sandinista y posteriormente la guerra de La Contra (ejército patrocinado por el gobierno de Estados Unidos para combatir a la guerrilla sandinista, liderada por Daniel Ortega). “Cuando fui a las montañas de Nicaragua tenía que llevar mis cosas, así que debía andar con lo mínimo, no solo por el peso, sino porque caminaba con campesinos que tenían menos de la mitad de mi edad”. Entonces llevaba solo lo que podía cargar en su mochila. Sus reportajes y fotografías, en ese entonces para medios como la revista Newsweek, llenaban las primeras páginas y vendían miles de ediciones.

Luego fue ‘puliendo’ su técnica hasta darle ese nombre: periodismo de mochila, relatos periodísticos audiovisuales realizados con el menor equipo posible, pero de alta calidad técnica e informativa.

Así que combinó su amplia experiencia como escritor y como periodista independiente de radio para las cadenas ABC y NBC, desde Nicaragua, y las unió con su experiencia como fotógrafo. Luego llegaron al mercado las cámaras de video profesionales pequeñas y de poco peso, así que incorporó todo en un relato audiovisual completo: calidad de redacción y narración de historias, calidad de sonido y calidad de imagen.

Bill Gentile evolucionó a la par de la tecnología, y por eso no se relegó ni ha perdido vigencia en estos 43 años de carrera. Le gusta estar actualizado tecnológicamente, porque sabe que allí puede mantenerse activo. “Vivimos en un mundo completamente visual. He tenido cientos de estudiantes. Ellos leen porque yo les exijo que lean, pero su fuente de información es más visual, YouTube, Facebook, lo que sea. Entonces tengo que enfatizar a mis estudiantes en escribir. Si ustedes (los estudiantes de periodismo) salen con solo un oficio o habilidad, debe ser la de escribir bien. Si usted tiene los pensamiento claros y coherentes y sabe escribirlos y usar esto bien (muestra su teléfono celular), lo tiene todo”.

La responsabilidad del periodista y del periodismo

Dice que su mayor motivación como reportero es contar la vedad, contarle al mundo las consecuencias que traen las decisiones que toma el gobierno de su país. “La gente me pregunta que por qué hacía eso de ir a Nicaragua, y lo hacía porque mi país apoyaba la dictadura somocista, dirigía los contras, y mi país intervenía en El Salvador, aconsejaba a los militares que tenían fama de no ser muy respetuosos de los derechos humanos, y yo tenía que tomar la decisión de que urgía documentar y distribuir mundialmente la información, la verdad”.

Para esos trabajos siempre lleva al hombro su mochila, con sus herramientas: una cámara, un juego de buenos micrófonos, audífonos, una luz portátil pequeña, ¡y ya está! Así produjo para la cadena Univisión el reportaje “Cuando el bosque llora” (When the forest weeps, título original), en la selva ecuatoriana del Amazonas, únicamente con su teléfono celular, y su más reciente producción, “Freelancers México”, serie documental que distribuye National Geographic y se puede ver en la plataforma Amazon Prime Video.

Bill Gentile hizo parte de los talleristas del Festival Gabo, realizado en Medellín, en 2015. Allí llegó con su taller de periodismo de mochila para un grupo conformado por 20 periodistas de Latinoamérica. /FOTO JAVIER FERREIRA

En esta serie viaja a México y retrata la situación que viven los periodistas independientes, especialmente en la zona de la frontera entre ese país y Estados Unidos, en donde los carteles del narcotráfico generan olas de violencia y muerte. Escogió México porque allí fue donde conoció el oficio del independiente, y allí comenzó su carrera profesional, en 1977. También la seleccionó por la variedad de historias que se pueden contar en la zona de frontera, y porque este país es un centro de periodistas que cubren toda Centroamérica, el Caribe y Suramérica. 

El proyecto de serie documental contempla nuevos capítulos que muestren el trabajo de periodistas independientes en Brasil, Tailandia, Sudáfrica y norte de África, “que son lugares como México, un centro de información y redes de periodismo”. “Freelancers México” es distribuido en América Latina, el Caribe, el Medio Oriente y norte de África. 

¿Ha valido la pena?

“Sí”, responde con pleno convencimiento cuando se le pregunta si ha valido la pena dedicar más de la mitad de su vida al periodismo e ir de un lugar a otro. “Cuando entré en este oficio, quería hacer dos cosas: tener un boleto que me llevara a lugares en el mundo donde nunca hubiera tenido chance de ir; y quería un ‘martillo’ para construir algo”. El periodismo lo ha llevado a recorrer toda América Latina (su primera esposa es nicaragüense), ha ido al Congo (donde conoció a su segunda esposa), ha ido a Afganistán, Rusia, Tailandia… “Y he conocido gente de las bases de la sociedad, mis aliados realmente, gente que jamás hubiera tenido la oportunidad de conocer en otras circunstancias”.

No ve el periodismo como un oficio, sino como una manera de ser, una práctica que define a quienes lo ejercen. “Es una cosa que, uno se levanta a la mañana y trabaja hasta mitad de la noche y nunca lo caracteriza como un trabajo. Yo no siento que trabajo. Trabajo en la universidad, enseñando (es profesor de la American University, en Washington), pero cuando estoy con la gente, documentando cosas, no es trabajo, es aventura”, sentencia con una gran sonrisa.

Universidad Autónoma de Bucaramanga