El último estudio de ‘Zonas inundables’ del Área Metropolitana de Bucaramanga reveló que en cuatro municipios de Santander, existen barrios en riesgo de inundación. Así se concluye de un informe liderado por el ingeniero William Eduardo Cortés Peña, que tuvo en cuenta los periodos de retorno del Río de Oro y Río Frío, así como las probabilidades de que ocurra una inundación en los sectores ubicados cerca de los cauces de esas fuentes hídricas.
Según el estudio, se pudo determinar que un total de 310 hectáreas de los barrios se encuentran en amenaza alta y 374 hectáreas en amenaza media por desbordamientos. Esto quiere decir que los sectores que están con alta amenaza de inundación cubren un área de 765 canchas de fútbol, mientras que las que tienen una amenaza media equivalen a 923 canchas.
Riesgo de inundación
Si bien desde que se dio la emergencia por la ola invernal de 2005 se construyeron varias obras de mitigación, el informe reveló que aún hay varios sectores en riesgo ante una posible crecida de los ríos y quebradas del área metropolitana.
Para un periodo de retorno de inundación de solo dos años, se estima que un 4% de la ciudad puede verse afectada, mientras que para un periodo de 10 años, un 16% de los vecindarios estará en riesgo. La mayoría de barrios con algún tipo de amenaza están en el casco urbano de Girón, donde se encuentran 75 de las 102 comunidades en peligro.
En resumen, en esa localidad hay 221 hectáreas en amenaza alta por inundación y 48 en amenaza media, lo que corresponde a 7.689 edificaciones localizadas en amenaza alta y 1.800 edificaciones en amenaza media.
A su vez, en el municipio de Bucaramanga se identificaron 84 hectáreas dentro del perímetro urbano en amenaza alta y media, afectando 826 edificaciones. En la capital santandereana las zonas que más probabilidad tienen de resultar afectadas son el Café Madrid y Villas de San Ignacio, donde cientos de familias han invadido las zonas inundables y se encuentran a menos de 50 metros del río de Oro.
En Floridablanca son 18 los sectores residenciales que presentan riesgo de inundación por el Río Frío, mientras que en Piedecuesta son siete las poblaciones que se hallan bajo esta situación de peligro.
Barrios más afectados
La intensidad de las precipitaciones de los últimos meses ha encendido las alertas de las autoridades en la capital santandereana. No es para menos, considerando que los datos oficiales advierten de por lo menos 114 asentamientos ubicados en zonas de amenaza por deslizamiento, inundación o erosión.
Luis Ernesto Ortega Martínez, coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo en Bucaramanga, precisó que “es importante estar alerta. Por su ubicación y topografía, todos estos asentamientos y barrios precarios se encuentran con un alto riesgo de afectación durante la temporada de lluvias… vemos que se asientan cerca de ríos y quebradas, en zonas de ladera, y en zonas de escorrentía (donde fluye gran cantidad de agua de las lluvias). Todas estas condiciones hacen que el riesgo aumente”.
Las autoridades han identificado como zonas de amenaza por inundación, aquellas que se encuentran en las riberas de la Quebrada La Rosita en su parte baja (en los sectores norte y sur) y entre la afluencia de la Quebrada La Joya y su desembocadura en el Río de Oro.
Asimismo, aquellas localidades ubicadas en las riberas norte y sur de la Quebrada La Iglesia, desde la vía a Girón hasta su desembocadura en el Río de Oro.
Zonas de inundaciones
En el municipio de Bucaramanga se identificaron 84 hectáreas dentro del perímetro urbano en amenaza alta y media, afectando 826 edificaciones.
En Floridablanca son 18 los sectores residenciales que presentan riesgo de inundación por el Río Frío, mientras que en Piedecuesta son siete las poblaciones que se hallan bajo esta situación de peligro. Las zonas detectadas con el riesgo más alto de inundación en el municipio corresponden a los barrios o asentamientos: Café Madrid, El Túnel, La Playa, La Playita, Unión II, El Cable y Chimitá.
Son un total de 35 municipios de los 87 que tiene Santander que están cerca de las cuencas de los ríos Carare, Opón, Lebrija, Frío y Oro, entre ellos los que conforman el área metropolitana de Bucaramanga, se encuentran en alerta amarilla, anunció el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Por esta razón, la entidad les hizo un llamado a los comités de gestión del riesgo y a las autoridades locales y regionales para que hagan monitoreo constante a los niveles de los ríos y tomen las medidas necesarias para atender alguna eventualidad.
La atención de los organismos de gestión del riesgo se centra en las cuatro zonas con peligro de inundación, en las viviendas antiguas y en los sectores con mayor factor de deslizamiento.

Aumento de la problemática
Actualmente se mantiene el estado de calamidad en varias zonas de la región, pues el Ideam, informó que se encuentra en alerta naranja. El coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo municipal reconoció que si bien no se tiene información de nuevos asentamientos conformados en esta jurisdicción, no hay duda de que el panorama de amenazas naturales ha aumentado.
“Así en los últimos años no se hayan creado nuevos asentamientos, es seguro que la situación se ha agravado porque los ya existentes se crecieron, aumentando así la población en riesgo”.
Al respecto, Ortega Martínez advirtió que “estas zonas precarias surgen de manera espontánea ante la necesidad de vivienda de algunas personas, pero terminan siendo un problema para ellos mismos y para el municipio”.
“Para Bucaramanga los sectores críticos son el Café Madrid y Río de Oro así como los asentamientos Villas de San Ignacio, que está sobre la zona de inundación, y zonas críticas en el área limítrofe de Chimitá donde hay aproximadamente seis asentamientos”, expresó William Eduardo Cortés Peña, ingeniero especializado de la Subdirección Ambiental del Área Metropolitana.
De acuerdo con el profesional, los estudios demuestran que las zonas “son 100% inundables. Hay evidencias anteriores de que ya han sido inundadas y las comunidades, pese a que ya ha sucedido, siguen asentándose. En San Ignacio específicamente se hizo un dique y las personas se volvieron a trasladar sobre el mismo dique”, manifestó.
Durante buena parte del último trimestre habrá periodos intermitentes de sol y lluvia, es decir, un par de días calurosos, seguidos de dos o tres días con precipitaciones. No obstante, se estima que a partir de finales de abril y mayo de 2018 se intensificarán las lluvias.
Por María Camila Calderón Bermúdez
Mcalderon442@unab.edu.co