Más de 300 familias que residen en esta vereda ubicada a 30 minutos del municipio de Piedecuesta día a día se ven afectadas por diferentes necesidades.

Jaime Naranjo, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda, dividió en tres zonas a Altos de Guatiguará para que así todos los habitantes cuenten con el abastecimiento de agua. Unos tanques que recogen el líquido que cae de las lluvias son los que la suministran.

Todos los días Naranjo se dirige al lugar y por medio de unas mangueras provee de líquido a la comunidad de cada zona, utilizado para actividades de aseo e incluso, para su consumo humano. Asegura que les toca cuidarla porque “nos llega cada tres días, y cuando no llueve, los depósitos de almacenamiento se empiezan a secar. Cuando esto sucede, solo podemos abastecer a la comunidad por media hora”, explica el líder comunal.

Maricela Duarte, habitante del sector, explica que pese al mal servicio deben pagarlo. En total les cobran 12 mil pesos mensuales.

Asegura que esta situación afecta su higiene personal y la de su familia. “Tengo cuatro hijos, dos mayores de edad que se encuentran validando el bachillerato y dos pequeños que aún están en primaria. Todos los días deben salir a estudiar, y lo hacen caminando, y cuando regresan a la casa no pueden bañarse, duran hasta dos días sin asearse porque el agua que recibimos es poca y nos toca ahorrarla para que alcance para los quehaceres de la casa y la comida”, comentó la madre.

Pavimentación de la vía
Hace dos años, cuando los habitantes vieron la necesidad de mejorar el acceso al sector, elevaron la petición a la Alcaldía de Piedecuesta para mejorar las vías y tener servicio de transporte.

Estas fueron algunas de las huellas que fueron puestas en menos del 50 % de toda la vía por la alcaldía de Piedecuesta dos años atrás. /FOTO MARÍA CAMILA ORDÓÑEZ

Lo que se buscaba en un inicio era la pavimentación total, pero solo les implementaron unas placas huella para mejorar la movilidad. “La obra se hizo en una sola parte de la carretera y el resto quedó en veremos”, explicó Olga Meneses, habitante afectada por la situación.

Jhon Duarte expone que esta situación ocasiona accidentes, especialmente cuando llueve. “En épocas de lluvia es casi imposible salir a trabajar. Transitar en moto es un peligro, uno se resbala, incluso, hasta caminando”.

Aulas en mal estado y no tienen transporte escolar
Los niños y el desarrollo de su educación es una preocupación más que han expresado al ente municipal. Solo cuentan con una escuela, sede del colegio Promoción Social de Piedecuesta, en la que se dicta hasta quinto primaria en dos aulas de clase y dos profesores que intentan organizar su poco espacio. Son 40 niños los que llegan cada mañana a recibir formación y se sientan debajo de un techo en deterioro.

Otros de los niños que también se ven afectados son los que empiezan el bachillerato, ya que este sector no cuenta con este nivel de educación. La vereda geográficamente conecta por el sur con el municipio de Piedecuesta y al norte con la vereda La Esperanza, que pertenece a Ruitoque Bajo, es decir, de competencia de la Alcaldía de Floridablanca.

La Esperanza tiene un colegio en el que se dicta el nivel superior y la mayoría de los niños de Guatiguará reciben clases allí. Cada mañana y tarde, un bus escolar realiza el recorrido tanto en las mañanas como en las tardes.

Los que optan por seguir con el bachillerato en la sede principal del Promoción Social, deben caminar 30 minutos hasta la institución, pues el municipio de Piedecuesta no les presta el servicio de transporte.

Son sectores ilegales: Alcaldía
Según la Secretaría de Planeación de Piedecuesta, los predios ubicados en las veredas La Vega, Nueva Colombia, Guatiguará Alto y Guatiguará Bajo son sectores ilegales, no cuentan con los requisitos necesarios para obtener los papeles de legalidad.

Estos terrenos fueron invadidos por personas de bajos recursos que acudieron a construir sus casas para tener un lugar en donde vivir. Esta sería una de las razones principales porque la comunidad no obtiene respuestas por parte de la alcaldía de Piedecuesta y la Piedecuestana de Servicios ESP.

Por su parte, la Policía Nacional, que conoce la situación de esta comunidad, ha prestado ayuda con la donación de materiales de construcción y la mano de obra para acondicionar el colegio. También les realiza actividades lúdicas, presentaciones con payasos, entrega de juguetes y materiales escolares.

“Nosotros aportamos un granito de arena, ya que esta es una comunidad muy olvidada e intentamos traer algo de alegría a los niños que quieren recibir educación y motivarlos a que no abandonen sus estudios”, indicó el capitán Carlos Ardila Pérez.

Por María Camila Ordóñez B.
mordonez753@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga