Desde enero del presente año, los habitantes de La Cumbre y de otros barrios que conforman la Comuna 8 de Floridablanca como El Carmen, La Granjas, Los Mangos, Juan Pablo II, Villa Alcázar, Prados del Sur y Panorama, no pueden disfrutar del Centro Cultural y Recreativo, ubicado en la calle 34 número 6AE- 53, debido a que los muros y el techo son inestables, y las piscinas se encuentran con aguas contaminadas.

La comunidad de la zona se encuentran inconformes y a la espera de que la Alcaldía o el contratista realicen la respectiva restauración del edificio. Luis Eduardo Jaimes Olarte, presideNte de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio La Cumbre, afirma que se han visto afectados por la suspensión de los servicios prestados por el sitio, ya que este sirvió de escenario para que las personas de la tercera edad practicaran sus ejercicios cómodamente. Allí también entrenaba un club de porrismo y las clases de bailoterapia se llevaban a cabo en la plazoleta.

Debido a eso los integrantes de cada modalidad deportiva tuvieron que trasladarse. Ahora las clases de baile se dictan en las canchas de microfútbol del barrio y el club de porrismo entrena en un colegio del sector. “A causa del derrumbe, la Alcaldía determinó no poner más en funcionamiento el sitio porque representaba alto riesgo para la comunidad y a raíz no solo del cierre sino del abandono de la zona, se acabaron las actividades recreativas y empezaron los problemas de delincuencia, drogadicción, e incluso, convirtieron el establecimiento en un botadero de basura”, expresó el líder de la comunidad.

El entrenador de la escuela de porrismo Floridablanca All Stars, Edward Fabián Jaimes Gutiérrez, dice que entrenó durante once meses el año pasado en el auditorio del edificio y que allí se sentía la vibración del segundo piso por las clases de bailoterapia. Además, agrega que un problema latente es la contaminación de laspiscinas. “El descuido de las piscinas era notorio. Ese era el foco de contaminación en este sector; sin embargo, nunca un niño se me enfermó por la picadura de un mosquito”, explicó el profesor. Jaimes Gutiérrez también agregó que en el lapso que utilizó la sede deportiva no estaban funcionando las piscinas porque no contaban con la seguridad y los permisos que requieren. Actualmente el club practica sus rutinas en el Colegio ‘Gonzalo Jiménez Navas’.

El establecimiento funcionó por nueve meses y los habitantes del sector lo convirtieron en un basurero. / FOTO KAREN RIVERO
El establecimiento funcionó por nueve meses y los habitantes del sector lo convirtieron en un basurero. / FOTO KAREN RIVERO

 

¿Qué hay detrás de este problema?

Lo que ocurre en el Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre no es nuevo, incluso los problemas que allí se evidencian tienen origen en 2010, cuando la empresa contratista Consorcio Sercon le fue adjudicado el contrato y dio inicio a su construcción y entrega, la cual estaba prevista para octubre de 2011. Sin embargo, el Centro Cultural, que incluye un auditorio, dos piscinas, una plazoleta, un punto Vive Digital y una sede de la Registraduría Auxiliar del Estado Civil, que tuvo una inversión total de 3 mil 532 millones de pesos, solo fue entregada hasta diciembre de 2014.                                                       Desde hace dos años el lugar ha funcionado de forma intermitente, especialmente por la falta de aseo y de mantenimiento. Pero la situación empeoró el 16 de enero de este año cuando se desplomó un muro y el techo del ala occidental del lugar. El edificio no cumplía un año de haber sido abierto al público, pues fue recibido en marzo de 2015 por el exalcalde Carlos Roberto Ávila Aguilar. Hoy, allí solo funciona la sede de la Registraduría Auxiliar.

Lo que dicen las autoridades
Según el secretario de Infraestructura de Floridablanca, Édgar Jesús Rojas Ramírez, la zona que colapsó estaba construida de madera y barro, y el daño obedece a que en la obra se hicieron modificaciones que no fueron acordadas. A raíz de este suceso, se realizó una revisión del lugar y se encontraron otras afectaciones en el edificio. “La anomalía más fuerte es que el auditorio no está construido según las especificacines con las que estaba diseñado, por ejemplo, las columnas no tienen el mismo tamaño en los dos ejes del auditorio, hay unas más grandes que las otras, y ninguno de los dos tamaños corresponde al diseño. Entonces, la obra no se puede poner en operación porque tiene fallos en su proceso constructivo como tal”, explicó el secretario.

En una reunión que se realizó con la interventora del proyecto Paula Moreno y el consorcio Sercon, Rojas Ramírez dio conocer los avances del estudio, pero ninguno de los involucrados respondió el porqué de estos cambios. Adicionalmente, se les remitió un informe con las irregularidades; sin embargo, en la segunda semana de julio el servidor público recibió un documento en el que la firma contratista aseveraba que no iba a responder por los daños. “No se harán cargo porque aseguran que los daños obedecen a mantenimiento por parte de la administración y eso es algo absurdo”, expresó el funcionario.

Con relación al tema de mantenimiento y limpieza del Centro Cultural, el secretario de Infraestructura reconoce que es su responsabilidad y que le ha parecido complejo, pues han desocupado en cuatro oportunidades las piscinas y estas se vuelven a llenar con el agua lluvia. Sostuvo que en una junta con la Secretaría de Salud y después de hacer una visita al lugar, concluyeron que, aunque evidentemente están llenas de residuos sólidos, esto no representa un peligro para la comunidad.

“En este momento estoy pesando y diseñando de qué forma podemos mantener las piscinas clausuradas sin que se vayan a deteriorar y que tampoco se llenen de agua porque el problema es ese. Respecto a los escombros, no podemos recogerlos hasta que alguien responda porque eso sería como borrar la evidencia de lo que sucedió”, afirmó Rojas Ramírez.

Por más de que se desocupen las piscinas éstas se llenan siempre que llueve porque no se realiza un control de mantenimiento y limpieza. / FOTO KAREN LUCÍA RIVERO
Por más de que se desocupen las piscinas éstas se llenan siempre que llueve porque no se realiza un control de mantenimiento y limpieza. / FOTO KAREN LUCÍA RIVERO

 

De acuerdo con el jefe de la Oficina de Contratación del Municipio, Mario Barragán Pachón, al negarse el contratista a reparar los daños el paso a seguir es hacer valer las pólizas que se establecieron en el contrato para mitigar diferentes tipos de riesgo, entre ellas está la de cumplimiento, responsabilidad civil extracontractual, manejo del anticipo, pago de salarios y por último la póliza de estabilidad. Para este caso, la única que aplica es la de estabilidad, pues la obra entregada no cumplió con las condiciones de calidad, permanencia y garantía que se solicitaron en el momento de hacer el convenio. “Lo primero que se hace cuando ocurre este tipo de situaciones es la declaratoria del siniestro. En este momento Infraestructura está complementando la información para que nosotros podamos declarar el siniestro y así notificar al contratista y a la aseguradora. Con esto podemos hacer efectivas la pólizas, cobrar la plata, y contratar la nueva obra”, aseguró Barragán Pachón.

El costo de la restauración depende del estudio que se realice sobre los daños que presenta el lugar. “Una vez declarado el siniestro, se hace un contrato de una consultoría que nos diga cuánto vale poner la obra en funcionamiento. Después de eso se hace efectiva la póliza que va hasta por el 100 % de lo que se pagó inicialmente y la aseguradora es quien cubre el costo total”, expresó el jefe de contratación.

Al cierre de esta edición, 15 buscó comunicarse con la inteventora Paula Moreno y con el representante legal de la empresa contratista, Consorcio Sercon, Wilson serrano Orozco, pero no atendieron el llamado.

Por: Karen Lucia Rivero V.
Krivero@unab.edu.co

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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