Los médicos psiquiatras German Eduardo Rueda Jaimes y Henry Porras Angarita, organizadores del XIII Congreso de la Facultad de Ciencias de la Salud y IV Internacional: “Salud Mental e Interdisciplinariedad en el marco legal colombiano y mundial”, de la Unab, discutieron en la mesa de trabajo de Debates Unab sobre la depresión, la ansiedad, el suicidio, la falta de cobertura en materia de salud mental que afronta Colombia y el poco conocimiento que se tiene sobre el tema.

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Ambos especialistas hicieron hincapié en que la salud mental en el país es un tema tabú, que “está estigmatizada”. La principal razón es porque popularmente a los profesionales de la psiquiatría se les sigue llamando “loqueros”, lo que además es un problema al momento de diagnosticar a las personas que tienen o pueden padecer algún tipo de problema mental.

Según el psiquiatra Germán Rueda Jaimes, lo anterior se debe a que la mayoría de la población colombiana tiene una equivoca percepción de lo que es un psiquiatra y la función que cumplen. “Generalmente cuando algún conocido, amigo, familiar o la misma persona presenta trastornos de comportamiento, depresión o ansiedad, siempre tratan de ocultarlo o evitar que los demás se enteren, por el temor a que les digan “estás loco” o “te tocó ir donde el loquero”. Se piensa que no es una enfermedad y que no es tratable o que se sobredimensiona un síntoma tan sencillo como estar “bajoneado”, comenta el profesional.

Tanto la depresión como la ansiedad están a la orden del día, las cuales derivan en el uso de sustancias psicoactivas, especialmente.  El problema, en palabras de Rueda, es que “nadie va al doctor a decir que está triste” y por eso mismo hace énfasis en que se debe romper el prejuicio social, ya que los problemas de salud mental son muy importantes y deben ser diagnosticados y atendidos a tiempo.

“Muchas veces se ignoran o se cree que estar triste es un sentimiento más, pero debemos recordar que si esa tristeza se convierte en algo constante y cada vez más fuerte, se podría estar entrando en depresión y no necesariamente el que la padece es alguien loco o desquiciado”, explica el también docente e investigador de la Unab.

Por su parte, el médico y psiquiatra Henry Porras Angarita, resalta que la cifras debería alertar no solo al personal de salud sino a la población en general, ya que si bien los problemas de salud mental son ajenos a la vida de muchos, lo cierto es que “solo dos de cada 10 pacientes son tratados en el país. Esto significa que podríamos ser uno de esos ocho restantes con algún problema e ignoramos lo grave que podría ser una depresión o ansiedad de cualquier tipo”, añade Porras.

El suicidio va en aumento
De acuerdo con Rueda Jaimes, frente a temas como el suicidio, “estamos reaccionando tarde” y el sistema de salud colombiano aún no se percata de lo que ocurre. “Las cifras de suicidio en adolescentes y adultos jóvenes aumentaron hace 10 años. Nosotros sabíamos que los que se suicidaban eran los adultos mayores, pero eso cambió. Tenemos que dar respuestas a este fenómeno social”, explicó Rueda.

El aumento se ve en la población adolescente, en cuya etapa se pueden presentar más dificultades para las personas por la presión del colegio o la universidad, una relación sentimental, la orientación sexual, matoneo o bullying. Frente a esto juega un papel importante las redes sociales, ya que pueden ser un catalizador para aumentar la presión sobre un joven que luego puede pensar en suicidarse.

“Faltan siquiatras en Bucaramanga”
El especialista Henry Porras Angarita considera que la salud mental también debe llegar a las poblaciones vulnerables. Al citar un estudio adelantado en varias comunas de la capital santandereana en 2014, resalta que se hicieron brigadas con el personal médico que tuvieron una respuesta positiva por parte de la comunidad.

“Hay que incentivar la salud pública. Hay que desplazare a las poblaciones o implementar sistemas tecnológicos (como aplicaciones) para que se difunda el tema. Muchos no se acercan por el estigma o por un problema más grave aún, porque no hay profesionales. En Bucaramanga faltan psiquiatras”, comenta Porras.

Por Alejandro Meneses
periodico15@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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