Por Laura Nathalia Quintero Ariza
lquintero103@unab.edu.co
Desde el 19 de octubre de 2021 se adelantan estas reuniones en las que participan líderes comunitarios, autoridades y actores claves del municipio para avanzar en estos acuerdos. Sin embargo, ese año se vuelve a tutelar.
Actualmente hay siete empresas en la zona, entre estas Minesa, Sociedad Minera de Santander, con su proyecto “Soto Norte” que fue archivado por la ANLA, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales.
El nuevo proceso de delimitación del páramo de Santurbán continúa en desarrollo después de que en noviembre de 2017-hace cinco años- la Corte Constitucional promulgó la Sentencia T-361. Allí se planteaba rehacer la delimitación que había sido aprobada en 2014 por el Ministerio de Ambiente, pero que fue tutelada por no garantizar la participación de los habitantes de Bucaramanga y de los municipios de la provincia de Soto Norte.
En el informe de auditoría del cumplimiento a las obligaciones establecidas en la sentencia T-361, se da cuenta del avance de las siete fases de participación pactadas para la nueva delimitación. Hasta ahora, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Minambiente) ha desarrollado las tres primeras: Informativa, convocatoria y de consulta e iniciativa, en su totalidad, y se encuentra en el 20 % de la fase de concertación con los 40 municipios que resultan impactados. Vetas es el primer municipio en concretar la delimitación.
La delimitar el páramo se ha convertido en una problemática social y ambiental. Por un lado, está la incertidumbre de los 24.000 habitantes que viven en municipios de Soto Norte. Mineros y campesinos de la zona que quedaron en medio de la delimitación del páramo de 2014 –Resolución 2090-, que definió el área de “páramo” en 129.743 hectáreas de las casi 150.000 que posee, estas hectáreas pasaban a ser zonas de conservación y contemplación. Es decir, las actividades de minería y agricultura que se hacían en los predios, quedaron prohibidas a pesar de ser tradición de las zonas, como la minería que lleva 450 años de ancestralidad.
El abogado Antonio José Serrano presentó una demanda contra la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) por vulnerar el debido proceso al realizar las audiencias virtuales, lo que no permitió una amplia participación de las comunidades de los municipios impactados, según explica. En la demanda aceptada en el Juzgado Segundo de Familia de Santander, solicita suspender los trámites de la delimitación y la licencia de exploración y explotación minera a la firma Sociedad Minera de Santander, Minesa.
Según el último Informe de la Auditoría publicado en noviembre del 2020, esta delimitación a la fecha se encuentra vigente. La sentencia T 035 del 2016 prohíbe las actividades, como minería, ganadería o agricultura, que pongan en riesgo el ecosistema de páramo según su delimitación, incluyendo las actividades ancestrales pues no las tecnifica.
Juan Tavera, representante del Comité del Páramo de Santurbán explica las consecuencias de esta situación: “Los mineros perdieron su derecho a explotar la montaña y están judicializados. Se les prohíbe la minería ancestral que hacen desde hace años y se crea un problema económico, ya no pueden vivir de esto. Lo que se necesita son tecnicidades y garantías”.
Mayerly López, trabajadora social, activista ambiental y defensora del agua y el páramo de Santurbán desde hace 12 años, dice que se debe reconocer la ancestralidad, bioculturalidad de estas actividades, y que, principalmente, la dependencia económica de la extracción minera.
“A las comunidades campesinas, a los mineros ancestrales se les debe brindar un apoyo, se les debe tecnificar sus actividades, pero deben permanecer en el territorio. Ellos son garantía de la protección del ecosistema y eso no se puede desconocer, son comunidades que llevan muchos años allá asentados”, expresa López.
También considera a la delimitación como un problema ambiental, ya que “se fracciona la montaña en mediante una línea imaginaria y es que no se puede limitar un ecosistema de alta montaña de esa manera, porque es que también están las aguas subterráneas, los acuíferos y los bosques que lo rodean, por ejemplo, el bosque altoandino y andino que se dejaron fuera de la delimitación. Son fundamentales para el ciclo del agua. Este ciclo no se puede interrumpir para beneficiar a las multinacionales”.
Santurbán es una zona estratégica de reserva y fábrica natural de agua; 48 municipios de Santander (15) y de Norte de Santander (33) se abastecen con agua proveniente de este páramo. De acuerdo con la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), beneficia aproximadamente a 2.5 millones de personas.
El considerar unas zonas “páramo” por sus características de ecosistemas de fauna, flora y altura- 3100 metros sobre nivel del mar- y no a otras, puede llegar afectar el conjunto general. Andrés Ardila, ingeniero y consultor ambiental, comenta que todo el páramo es un ecosistema estratégico y va a tener una consecuencia: permitir actividades de minería en unas zonas, esto afecta su estado natural y la sinergia que lo compone.
Ardila explica que “después de atrapar el agua de la atmósfera a través de la condensación con alguna fauna como el frailejón, el páramo lo que hace es llevarla al suelo. Crea unos nacimientos, unos acuíferos subterráneos que son los que posteriormente llevan a los a los nacimientos de lagunas y ríos, que luego se drenan a grandes cuencas como lo es el río Suárez, el río Magdalena, el río Suratá, etc. El páramo es estratégico y va a ser como una gangrena si se contamina una zona”.