Por Yerly Meneses / ymeneses532@unab.edu.co

Tras 28 años de espera, el día llegó. Un 10 de julio el pueblo argentino se volvió a unir para festejar, sonreír y disfrutar. No importaron las dos finales de Copa América perdidas y seguidas. No importó si Mario Gotze arruinó aquella tarde en Brasil. Lo importante fue que se dio, y de qué manera. Un momento de felicidad plena para los argentinos y los millones de fanáticos de Lionel Andrés Messi dispersos por el mundo. Pero sin duda alguna, fue el mejor homenaje para terminar de despedir a un ídolo como Diego Armando Maradona.

La noche del 10 de julio quedará grabada en la mente de esa generación de argentinos que no habían visto a su país campeón. Incluso, la mayoría de jugadores que conformaban esta Selección nacieron después de 1993, último año en el que Argentina levantó un título a nivel sudamericano. Este es el caso de Julián Sommer, joven de 21 años, quién con voz entrecortada afirma que “nunca me imaginé que en mi vida vería a Argentina campeón y menos ganándole a Brasil en el Maracaná con el golazo del “Fideo” Di María. Fue la alegría más grande de mi vida”.

Aquella victoria fue gracias a un proceso que inició en agosto del 2018, después del bochornoso mundial que tuvo la Selección Argentina en Rusia. Desde ahí se logró lo que muchos pedían: un cambio radical en la nómina. Pero eso sí, había un indiscutible, Lionel Messi. El jugador que tres años después encabezaría el grupo de futbolistas que le dio la mayor alegría a los argentinos, en las últimas tres décadas.  

Sin embargo, su permanencia siempre fue discutida por la prensa. Para muchos el “pecho frío” y “fracasado” de la Selección. Pese a eso siempre mantuvo esas ganas de poner a su país en lo más alto del fútbol de selecciones. Y sí que lo logró.

La gran hazaña se inició en Río de Janeiro el 14 de junio de 2021. Argentina inauguró el certamen con un empate 1 x 1 frente a Chile, con un gol de tiro libre de Messi a los 33’ del primer tiempo y otro del chileno Eduardo Vargas al 57’. Ante este resultado volvieron a surgir las críticas contra el cuerpo técnico y jugadores. Pero eso no afectaba, “La Scaloneta” seguía trabajando y disfrutaban en el predio de Ezeiza como si fuera un viaje de egresados. Al finalizar el partido, Scaloni afirmó en la rueda de prensa que “es el inicio de un torneo muy duro y tenemos el tiempo para corregir. Al final nos quedamos con lo positivo más allá de que el resultado no era el que deseamos”. 

En la segunda fecha, Argentina recibió a Uruguay. Como siempre fue un partido duro caracterizado por las faltas. No obstante, Guido Rodríguez anotó el único gol del partido a los 13 del primer tiempo, gracias a una asistencia del de siempre: Lionel Messi. 

El siguiente partido fue el 21 de junio ante Paraguay. Un encuentro con pocos destellos, mucha falta y un ritmo de juego cortado. A pesar de eso, Alejandro “Papu” Gómez abrió el marcador al minuto 10’ y le dio la victoria a la Selección. Un triunfo que aseguró la clasificación anticipada a la segunda fase del torneo.

En la jornada siguiente, Argentina descansó y mientras las demás selecciones se disputaban un puesto a cuartos, la albiceleste celebraba el cumpleaños de su capitán. Como es costumbre, Messi festejó su vuelta al sol junto a sus compañeros. ¡Y claro! Las bromas, los detalles y el asado no podían faltar. Sin embargo, todos tenían claro cuál era el mejor regalo que le podían dar al 10. Pero bueno, eso llegaría después.

En la fecha cinco, la Selección Argentina enfrentó a Bolivia. Un partido que tuvo muchas emociones y goles. El encuentro acabó 1 x 4 a favor del equipo de Scaloni. Los goles fueron de Messi (en dos ocasiones), del “Papu” Gómez y de Lautaro Martínez. Con esta victoria la albiceleste cerraba la primera fase del torneo con 10 puntos de 12 posibles y se preparaba para enfrentar a Ecuador.

Selección Argentina durante los actos protocolarios en la Copa América 2021. Foto: @tatografias.

La segunda fase se juega a muerte. Todos quieren ganar y seguir avanzando para llegar a una final, pero sólo los mejores lo logran. Antes del partido ante Ecuador, Nicolás Otamendi aseguró en rueda de prensa que “hay un grupo muy bueno, los 28 que estamos acá somos igual de importantes, cualquiera puede jugar. Debemos mentalizarnos que debemos ganar, ese es nuestro primer objetivo”. Con estas afirmaciones se ratificaba la fuerza y unidad que había en el grupo: “Todos tiraban para el mismo lado”.

El partido ante Ecuador inició a las 22 horas en Brasil. Argentina enfrentaba a una selección que se venía destacando en las eliminatorias sudamericanas. Pero, la albiceleste le ganó 3 x 0. El encargado de abrir el marcador fue Rodrigo De Paul al minuto 40’, luego de un pase gol del capitán argentino. Posterior a eso marcó Lautaro Martínez, con otra asistencia de Messi y, por último, el rosarino se encargaría de cerrar la noche con un golazo de tiro libre al palo izquierdo del arquero. Marcando su cuarto gol en esta Copa América y el segundo de tiro libre. 

El próximo rival fue Colombia. Antes del partido todo era una incertidumbre, ambas selecciones tenían mucho por mejorar. Además, se tenía como antecedente el partido por eliminatorias que jugaron en Barranquilla y que tuvo como resultado final 2 x 2.

Como era costumbre, el equipo de Scaloni empezó el juego con presión alta para inducir el error del adversario y marcar en los primeros minutos. Con eso, logró que a los 7’ la albiceleste empezara ganando con la anotación de Lautaro Martínez. Pero en el minuto 61’ Colombia empató el partido. De a poco el encuentro se convertía en un ida y vuelta y los últimos minutos se tenían que jugar a puro corazón. 

Pese a eso, ninguno de los dos seleccionados concretó las opciones de gol que tuvieron y el finalista se tuvo que definir desde el punto blanco. Ese mismo lugar que tan malos recuerdos le trae a la Selección Argentina por las finales perdidas. Pero en esta ocasión tenían un gran arquero, quién minutos después se convertiría en la gran figura de la noche. 

Los penales dieron como vencedor al equipo argentino. De los cuatro que cobraron para la albiceleste, solo De Paul lo botó. Mientras que para la Selección Colombia lo fallaron Davinson Sánchez, Yerry Mina y Edwin Cardona. Los tres fueron atajados por Emiliano “Dibu” Martínez, quien con su labia y presión intimidó a los pateadores para que dudaran al momento de chutar. El hincha argentino Julián Sommer asegura que “el Dibu es un fenómeno total. Contra todos los colombianos se hizo el mejor arquero del mundo y marco la diferencia sin duda”.

Lionel Messi y «Dibu» Martínez luego de eliminar a Colombia en la semifinal de la Copa América. Foto: @tatografias

Alrededor de la celebración por el pase a la final, todas las miradas se dirigían hacia el “Dibu”. Sus atajadas fueron clave para que Argentina tuviera la oportunidad de jugar una nueva final de la Copa América. Todos destacaron su labor: la prensa, el cuerpo técnico, los hinchas y compañeros. De hecho, Messi le dedicó unas líneas en su publicación de Instagram en la que escribió: “Orgulloso y feliz de pertenecer a este grupo!!! Un objetivo más cumplido. Gracias a Dios por seguir regalándome estos momentos. Vamos por la gloria. Dibu, sin palabras, te lo mereces ¡bestia!”. 

Por su parte, Rodrigo De Paul enviaba un mensaje de optimismo para el pueblo argentino. “¡Para hacer historia hay que saber sufrir y nosotros estamos preparados! Queda un paso más, pero que no queden dudas que vamos a representarlos con el corazón”. Tras la agónica victoria ante Colombia, las sensaciones eran diferentes. La ilusión estaba más intacta que nunca y los nervios se apoderaban de todos los que anhelaban ver a Argentina campeón. 

Previo a la final, los jugadores de la selección compartieron en redes una foto de todo el plantel con una singular expresión: “JUNTOS”. Seguramente esa fue la clave para llegar al éxito, sin desestimar el trabajo estratégico, táctico y grupal que tuvo el cuerpo técnico liderado por Lionel Scaloni, Pablo Aimar y Samuel Ayala. 

Y llegó el gran día. Aquel 10 de julio no solo se disputaba una final ante Brasil. En el Maracaná se jugaba la gloria. El joven argentino, Nazareno Foffani relata cómo fue la antesala en su barrio en Rosario. “Las horas antes del partido fueron puros nervios, Brasil era un buen equipo. Además, hay una rivalidad que te presiona”.

Antes del inicio del juego, se realizaron los actos protocolarios. Por el lado de la albiceleste, los 11 titulares cantaron a todo pulmón su himno. La frase “coronados de gloria vivamos” se apoderaba del Maracaná. Tras el pitazo inicial, todo era incertidumbre. Pero de repente llegó un ángel a iluminar tan deseada victoria. Con el pase filtrado de De Paul, Di María picó el balón y superó el arco defendido por el guardameta brasilero. Con este tanto al minuto 22’ la alegría se apoderó del pueblo argentino y de la familia del “Fideo”, a quien por fin veían jugar una final representando a su país.

Aunque nada estaba escrito, faltaba mucho tiempo y todo podía pasar. De hecho, al minuto 52’ le anulan un gol a Brasil tras un fuera de lugar. Un respiro en el pecho y a seguir jugando lo que restaba del encuentro. Los minutos eran eternos. 

De repente el juez da el pitazo final y todas las cámaras se dirigen a Lionel Messi, quién estaba llorando a un costado de la cancha. Todos lo buscaron para abrazarlo y celebrar el título. Un momento de verdadera emoción que quedará enmarcado en el recuerdo de quienes lo vivieron a todo furor. Ante esta imagen, el joven argentino Nazareno Foffani asegura que “ese momento representa el desahogo de toda Argentina después de tantas finales perdidas. Es el reflejo del amor por la pelota”.

Lionel Messi y sus compañeros al finalizar el partido final de la Copa América. Foto: @tatografias

Los festejos no terminaban y las felicitaciones mucho menos. Incluso, Neymar decide acercarse para felicitar a su gran amigo a pesar de haber perdido. Una muestra de amistad pura que repercutió en todas las latitudes. Todos querían ver la sonrisa del rosarino durante la ceremonia de clausura. Hasta su esposa, Antonela Roccuzzo, no aguantó y lo llamó para compartir ese momento desde la distancia. Había que celebrar, no solo era el capitán del equipo campeón, sino también el mejor jugador del torneo y el máximo goleador junto al colombiano Luis Díaz.

Mientras que los jugadores vivían una fiesta en el Maracaná junto a los pocos hinchas que pudieron entrar, en Argentina las calles se llenaban de aficionados que le agradecían a cada miembro del plantel por el título conseguido. Era un día inolvidable, Foffani recuerda que “ganar un título después de tantos años es de las mejores cosas que te puede pasar como argentino”.   Sin duda alguna el mejor día para todos los argentinos que tanto sufrieron con la sequía de títulos. De seguro el Diego estaría más contento que nunca y sería el más feliz. Lo que sí está claro es que fue la mayor motivación para salir a ganar. Su ausencia se convertía en un impulso más para que cada jugador defendiera con el alma los colores de la selección. Y como dijo el relator argentino, Rodolfo De Paoli, al finalizar el partido: “28 años después, gracias Dios, gracias Diego, gracias Messi”.

Mc Donald’s usa la frase del «Dibu» Martínez como estrategia de venta en Buenos Aires. Foto: @marcadegol

Universidad Autónoma de Bucaramanga