Entre camisetas, banderas, cánticos y carteles, las barras bravas, conocidas como los grupos de fanáticos dentro de una hinchada de fútbol y que apoyan a su equipo favorito, se reúnen en cada partido para animar a los jugadores y alentarlos a ganar. Pero, no se puede desconocer que también son protagonistas de sucesos violentos entre los cuales se encuentran disturbios, robos e incluso, muertes de hinchas, por lo que en el país se les asocia con estereotipos como ladrones, xenófobos y promotores del vandalismo.
Sus acciones han llegado al punto de enfrentar a terceros, como ocurrió hace unas semanas cuando la Dimayor prohibió la transmisión vía radio y televisión de los partidos entre Atlético Bucaramanga y América, y el Deportivo Cali y Millonarios (el 27 de mayo), debido a los disturbios que se presentaron en el partido entre los oncenos vallecaucanos, el 24 de mayo. La drástica decisión también afectó a la prensa deportiva, ya que en la comunicación enviada por dicho organismo se prohibía el ingreso de los periodistas a los estadios ‘Álvaro Gómez Hurtado’ de Floridablanca y ‘Pascual Guerrero’ de Cali, para transmitir los encuentros. No obstante, una tutela fue fallada a favor de los comunicadores,y finalmente pudieron transmitirse.
En contraste con lo ocurrido, lo cierto es que varias barras bravas han reconocido que los hechos de violencia se deben superar y además, reconocen el poder mediador que tienen en Colombia, pues algunos de sus integrantes han empezado a trabajar de la mano del barrismo social como medio para transformar las relaciones de desigualdad, exclusión y actos de intolerancia que giran alrededor del fútbol.
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Un ejemplo de ello es La Fortaleza Leoparda Sur, la barra brava del Club Atlético Bucaramanga, creada en 1998 y que hoy cuenta con más de 3.000 jóvenes que por costumbre y pasión acompañan al equipo leopardo. Según Johan Sebastián Jaimes, miembro de la agrupación, lo que buscan es tratar de darle al fútbol un enfoque con el que puedan generar un aporte a la sociedad. Para él “es un momento importante que hoy la Fortaleza tenga una fuente donde sus participantes se puedan informar, construir país y en este caso, donde se puedan culturizar muchísimo más”.
Para ellos el barrismo social se trata de una apuesta para redimensionar los pensamientos negativos que existen en torno a las personas que viven de su pasión por este deporte. “Por medio de esto nosotros queremos cambiar el nombre que ha sido empañado de La Fortaleza Leoparda Sur. Muchas personas cuando les hablan de una barra se imaginan peleas, cuchillos, drogas y degradación, y con el barrismo social queremos cambiar esa estigmatización”, manifestó Miguel Rueda, líder del grupo.

Uno de los proyectos más recientes de esta barra es La Banda del Leopardo, un grupo musical creado en 2015 con el fin de reunir a los barristas del Club Atlético Bucaramanga que tengan interés por el canto o la habilidad para tocar algún instrumento.
“La cuestión de la música es la misma cuestión del arte en la sociedad, es decir, tiene un papel supremamente preponderante, pues básicamente es cambiar instrumentos por armas, por drogas, y por mentalidad violenta”, afirmó Ricardo Oviedo, gestor cultural de la Fortaleza.
De acuerdo con Rueda, continuamente se reúnen con todos los grupos de jóvenes y líderes, realizan donaciones y aportes a las comunidades vulnerables del municipio. “Un 31 de octubre, por ejemplo, nos vamos a los barrios marginados de la ciudad, entregamos detalles a los niños y les damos alegría así sea por un día. En Navidad escogemos ciertos barrios donde no llega el Gobierno y hacemos una fiesta con un dj y animadores de la barra, así como también conseguimos patrocinio por medio de nuestros muchachos, y aunque no tengamos el apoyo de nadie, sí tenemos las ganas de ayudar”.
De igual manera, cuando suceden catástrofes hacen convocatorias y recogen ropa e implementos para las personas afectadas. “Cada vez tratamos de que ese muchacho que pertenece a la barra o el que quiera ingresar a ella, cambie su mentalidad de que el barrismo no es eso que dicen muchos medios, sino que es alentar los colores, estar en la tribuna y apoyar al equipo en paz”, recalcó Rueda.
Un nuevo rumbo para sus vidas

despertar el interés de los jóvenes por tocar instrumentos musicales. / FOTO MARÍA FERNANDA ACEVEDO
En Colombia el barrismo social cobra importancia al ser reconocido por la ley 1270 de 2009 que, además de proponer soluciones para disminuir las prácticas de violencia relacionadas con el fútbol, respalda y fomenta las actividades que promueven la convivencia, la participación y el ejercicio de la ciudadanía acorde con los pilares que fundamentan el barrismo social como el compromiso comunitario, el respeto a la vida y la buena convivencia.
Según el sociólogo y profesor de la Unab, Manuel José Acevedo, lo importante no es si las barras bravas hacían parte de los problemas de la sociedad o no, lo relevante es que superen el hecho de que fueron estigmatizados y empiecen a dejar eso atrás para pensar de otra manera.
“Si los estigmatizaron o no, ese ya no es el problema, la cuestión de aquí en adelante es cómo vamos a hacer para que las barras se conviertan en una escuela deportiva, una escuela de formación, una escuela de alegría y dejen de ser lo que por durante mucho tiempo fueron”.
Es así como para las personas que conforman la barra brava del Atlético Bucaramanga, quienes en su mayoría son jóvenes, el barrismo social surge como una nueva forma de darle otro rumbo a sus vidas. “La barra no es el problema de la sociedad, lo que pasa es que acá vienen y hacen catarsis esos problemas de falta de educación y salud presentes en el país y nosotros hemos tratado de hacer una pedagogía y un proceso dialéctico para tratar darles una solución”, aseguró José Luis Ortega, líder del Comité de Derechos Humanos de La Fortaleza Leoparda SuR.
Para algunos ciudadanos estas acciones son la oportunidad que ellos tienen de ser un ejemplo para las nuevas generaciones de amantes del fútbol que está creciendo en la ciudad, así como para otros, es el momento indicado para apoyar el deporte y acabar con la violencia.
Hasta el momento, la Fortaleza Leoparda Sur no es la única barra brava inmersa en el barrismo social. Otras como la Artillería Verde Sur de Deportes Quindío, la Guardia Albi Roja Sur de Independiente Santa Fe y la Rexistencia Norte de Independiente Medellín, buscan cambiar la mala imagen que estas tienen ante la sociedad.
Por María Fernanda Acevedo
macevedo473@unab.edu.co