Por René Palomino Rodríguez

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Luis Ospina constantemente citaba una frase de Jean Cocteau: “El cine filma la muerte trabajando”, refiriéndose a que la cámara atestigua los cambios del ser humano ante el envejecimiento o la enfermedad. En su penúltima película ‘Todo comenzó por el film’ (2015), evidencia frente a cámara cómo estuvo al borde de la muerte a causa de un cáncer. Finalmente pudo terminarla y nos dejaría unos años después.

Win Wenders en ‘Relámpago sobre el agua’ (1981) hace un viaje desde Alemania para acompañar a su amigo Nicholas Ray, un cineasta americano, durante sus últimos días de lucha contra el cáncer. Pero la figura de este mítico director ya no es la que todo el mundo recuerda, en el filme que codirige junto a Wenders. Se muestra frente a cámara en su estado real, envejecido y enfermo, donde el cuerpo es solo un vehículo, una distracción, lo importante es la lucidez para afrontar su destino y asumir con humor y valentía la certeza de que pronto ya no estará.

‘Después de Norma’, de Jorge Andrés Botero, es una película colombiana que pronto estará en las salas de cine. Este proyecto nació en 2004, cuando a Norma Botero de Botero, madre del director, le diagnostican Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). A partir de ese momento su hijo menor decide comenzar a registrar con su cámara escenas familiares, sin ser aún consciente del sentido de estas grabaciones. En palabras de Botero: “sólo quería grabar a mi madre enferma antes de que se le notara lo enferma; es decir, tener pequeños casetes de la imagen de mi madre moviéndose”. En efecto, este archivo evidencia la extraordinaria simpatía de esta mujer, una antioqueña extrovertida y amorosa con su familia, sobre todo con sus hijos. Las imágenes también dan cuenta del avance de la enfermedad hasta su fallecimiento.

En el momento que es un punto de giro para la película, la familia entra en otra dinámica en la que hay que pensar qué será de todos ante la ausencia de su centro, de su punto de unión más fuerte. Más aún, cuando la relación entre padre e hijo no ha sido la mejor, y todo este proceso hace que salgan heridas a flote, incluso, ciertas teorías acerca de las posibles causas de la enfermedad de la madre. 

La producción tarda 15 años en terminarse por varios motivos: el material grabado sobre la madre se torna odioso ante su reciente desaparición. Posteriormente, Botero, quien ha ejercido más como productor en filmes como ‘La Playa D.C.’ (2012) y ‘X-Quinientos’ (2016), emprende otros proyectos y deja el material en reposo. También, porque para este tipo de películas, al igual que como el vino, es mejor que pase algo de tiempo para que se decante. En ese periodo, el director pudo tomar distancia del material familiar y ver una historia interesante por contar, en la que cada espectador pueda verse identificado de diferentes formas. La familia de Botero es una familia amorosa y unida, con problemas como cualquier otra, que debe afrontar la ausencia de uno de sus miembros más importantes. 

Las películas que dan cuenta de conflictos personales y familiares, y que se narran en primera persona, son una tendencia consolidada en el cine de No ficción. En el caso de Colombia existen varios ejemplos, pero quizás ninguno se percibe tan honesto como ‘Después de Norma’. La cinta es divertida y dinámica —no todo en ella es drama—, se evidencia el cómo asumir la ausencia de los seres que amamos cuando se habitan los mismos espacios y las mismas imágenes, y está atravesada por una constante voz en la que Botero se sincera con el público y le comunica qué pensaba en tal secuencia o porque decide grabar esto y no aquello. Sin duda es un gran trabajo de registro y montaje cinematográfico, solo posible gracias a un arduo trabajo de equipo y al tiempo de maduración que se le otorgó a la película.

Universidad Autónoma de Bucaramanga