Los distribuidores de productos de tabaco calentados y ‘vapeadores’ dicen que son 90 % más seguros. Su uso no está contemplado en el Código Nacional de Policía, pero los usuarios los ven como una alternativa al cigarrillo.
En 2016 llegaron oficialmente al mercado colombiano los sistemas electrónicos de administración de nicotina (Sean) y los productos de tabaco calentados (PTC), también llamados ‘vapeadores’ o cigarrillos electrónicos.

Los dispositivos se ofrecen al público como el futuro de los cigarrillos y pueden ser encontrados en licoreras, almacenes y tiendas especializadas por un valor entre 100 mil y 800 mil pesos. Las recargas para su uso van des- de 6.500 hasta 90 mil pesos.
Dos compañías tabacaleras quieren la atención de los usuarios: Philip Morris International (PMI) con su cigarrillo electrónico Iqos, que utiliza Heets -pequeños cigarrillos- y British American Tobacco (BAT) con el ‘vapeador’ Vype, que hace uso de cápsulas rellenas de esencias con nicotina.
Para Daniel Giraldo, gerente comercial de BAT en Medellín, “el mercado ha ido evolucionando y la categoría del tabaco ha ido decreciendo en un 2 % y es por esto que ahora entran las tendencias de experiencia a través de la transformación del tabaco”. PMI espera, como mínimo, que para el año 2025 el 30%de sus clientes utilicen sistemas electrónicos.
Un tecnicismo legal permite “vapear” en espacios públicos
El 21 de julio de 2009 entró a regir la Ley 1335, también llamada Ley Antitabaco, en la cual se prohíbe el consumo en espacios públicos. También se estableció que en los empaques de los productos con tabaco se debe hacer uso de imágenes que advierten el efecto sobre la salud al consumirlos. Todo lo anterior se encuentra en el nuevo Código Nacional de Policía.
Sin embargo, sistemas electrónicos como los ‘vapeadores’ no acatan dicha norma dado que no están compuestos por tabaco; adicionalmente, pueden pasar desapercibidos, pues al usar esencias con aromas artificiales, el olor que producen es diferente al del cigarrillo.
Al consultar a la Secretaría del Interior de Bucaramanga acerca de las medidas que deben cumplir los sistemas electrónicos de administración de nicotina (Sean), Martha Cárdenas, inspectora de la Oficina de Establecimientos Comerciales, respondió que “no hay ninguna reglamentación específica al respecto, trabajamos todo con fundamento al nuevo Código Nacional de Policía”.
Para Giraldo, gerente comercial de BAT, “la Ley Antitabaco es para el tabaco, pero no hay legislación clara contra el vapor”. Por esta razón, sistemas como el Vype no presentan imágenes como las que sí contienen las cajetillas de cigarrillos y los empaques de los Heets, ya que utilizan esencia con nicotina y no tabaco. Por lo tanto, los usuarios de Sean podrían “vapear” -nombre que le dan popularmente a la acción de inhalar vapor- en espacios públicos y cerrados.
En un comunicado, la Organización Mundial de la Salud (OMS), promotora de la Ley Antitabaco, menciona estos sistemas electrónicos –Sean y PTC – como “lagunas de conocimiento”, pues ya que no llevan mucho tiempo en venta, no hay suficientes estudios para conocer con certeza los efectos que tienen sobre la salud. Sin embargo, piden que sean tratados como los demás elementos dentro de la Ley Antitabaco.
Entre la salud y la moda
Los sistemas electrónicos están en auge, se hacen exposiciones mundiales como la Vapexpo, en la que se muestran ‘vapeadores’ de diferentes tipos y tamaños, también esencias de sabores tan variados que pueden pasar de la fresa a un pastel de limón.
Se ha llegado al punto que la palabra ‘vapear’, según el diccionario de Oxford como la palabra del año en 2014. Pero, ¿quién hace uso realmente de estos dispositivos?
Según el gerente comercial de BAT, “el consumo de estos productos es predominante en personas menores de 30 años”, y para Javier Alexis Rodríguez, administrador de Vapor Kingdom de Bucaramanga, su público es “la persona que fuma, pero tiene la intención de dejar el cigarrillo, los jóvenes por moda y gente con ansiedad. El único requisito que tiene que cumplir es ser mayor de edad”. Regla que no aplican plataformas digitales como Amazon y Ebay.
Para Javier Vargas, médico general del Instituto del Corazón de Bucaramanga y usuario de ‘vapeadores’, existe diferencia entre los dos dispositivos, pues uno de ellos no utiliza tabaco, para él “‘vapear’ es mejor o una alternativa menos mala, ya que aunque la nicotina afecta a las arterias, no tiene los componentes del cigarrillo”.
Sin embargo, Julián Rivera, quien ha consumido cigarrillo por más de cinco años, dice importarle más la experiencia que le brinde el dispositivo. “Yo prefiero el cigarrillo electrónico porque siento que tiene menos nicotina y la marca dice que reduce el riesgo en un 90 %, y con el ‘vapeador’ me atoro”.
Para vincular el cigarrillo al cáncer, el médico Richard Doll realizó estudios desde 1948 hasta 1954. Pero no fue sino hasta inicio de los años setenta que se tomaron medidas. Los dispositivos electrónicos aún llevan poco en el mercado y los estudios no son concretos.
Aun así, se pueden expresar algunas conclusiones con el conocimiento que existe acerca de estos dispositivos. Para Ricardo Meza Agudelo, médico y cirujano del Instituto de Salud de Bucaramanga, el uso de ‘vapeadores’ “no tiene el mismo principio que los inhalantes médicos. Sin embargo, no genera residuos que sí genera el cigarrillo y que a largo plazo generan cáncer”. Pero Meza Agudelo dice que un efecto es la dependencia a la nicotina, pues “su uso calma la ansiedad por poco tiempo, pero más adelante el síndrome de abstinencia puede traer trastornos en la conducta”.

En algunos casos las sustancias tienen un uso recreativo y no llevan nicotina. En estas situaciones, “es difícil decir en qué cantidades son tóxicas, como con la marihuana, tendrías que consumir cantidades enormes”, explica Ricardo Meza, a lo que también le agrega que “hay grandes variedades de marcas lo que hace muy difícil determinar en qué disuelven las sustancias”.
Por Juan Rodríguez Pérez
jrodriguez87@unab.edu.co