
Por Andrés Julián Galeano Carrascal
agaleano324@unab.edu.co
La fabricación a gran escala de neumáticos para motos, carros y bicicletas representa uno de los mayores riesgos para el medio ambiente, pues una vez desgastado su tiempo de vida útil, terminan siendo arrojadas en vías, ríos, bosques y mares. En el caso de Colombia, de acuerdo con estudios realizados por el Ministerio de Ambiente, en el país se desechan cerca de 61 mil toneladas de neumáticos al año, y tan solo el 6 % de estos terminan siendo reutilizados y convertidos en artesanías.
Una de las personas que transforma este material en obras de arte es Orlando Pérez Veloza, un hombre de 43 años que desde que comenzó la pandemia del covid-19, decidió retirarse de su trabajo como jardinero y emprender en el mundo de la artesanía. Según el artista, el convertir el caucho en animales como jirafas, garzas, ponys, iguanas y leones es un trabajo que: “me apasiona porque va acorde con mi trabajo anterior, las plantas y el medio ambiente”.

Orlando es oriundo de Piedecuesta, Santander, y desde pequeño el arte ha estado presente en su vida. Su padre, José Antonio Pérez Rojas, también fue un artesano que realizaba sus obras a partir del fique y que, por su trabajo y reconocimiento, hizo parte del colectivo Artesanos Unidos de Santander en 1991. Para Orlando, su papá le dejó un legado artístico en su sangre y a pesar de que por muchos años no lo llevó a cabo, considera que este fue el momento preciso para explotarlo.
La verdadera razón por la que Pérez decidió comenzar a hacer figuras de caucho es su madre, Beatriz Veloza Moreno. Ella fue la persona quien un día le pidió que le hiciera un loro a base de llantas y la que recibió la primera artesanía hecha por este piedecuestano, luego de que para su elaboración se guiara a partir de diferentes videos y tutoriales de internet. De acuerdo con él: “Desde ese momento me apasioné por lo que hago y el loro lo tengo como una reliquia, como un tesoro”.
A pesar de que lleva poco de haber comenzado con su trabajo, este artista ya ha fabricado esculturas a gran escala. Una de ellas fue un rinoceronte que pesaba 150 kilos y medía dos metros de largo por uno de alto. Dicha escultura, la cual contenía cien llantas y mil tornillos, fue un encargo de un habitante de su municipio y tan solo se tardó cinco días en ser diseñada. Para Orlando: “Esa obra junto a la jirafa son una de las más bonitas que he creado y mi anhelo es seguir haciendo esculturas de ese tamaño”.
Para conseguir su materia prima, es decir, las llantas, la mayoría de ocasiones Orlando sale con su hermano a diferentes talleres de motos y carros del municipio, pero según él, en cualquier lugar de Piedecuesta se pueden encontrar neumáticos usados. A pesar de que cualquier llanta es útil para su trabajo, por lo general, este artista trata de que el labrado de las piezas conseguidas no esté tan gastado, pues “esa es la clave para simular la piel de los animales que elaboro”
Todas las figuras realizadas por Orlando habitan en un solo lugar: la entrada de su casa. En este sitio, diferentes animales están colgados encima de árboles o simplemente posan ante los transeúntes que a menudo caminan por allí para llegar al Parque Temático. De acuerdo con él, el exhibir las numerosas obras que realiza “hace que las personas que pasen se fijen en mi trabajo y creen conciencia”, pues su gran meta es que tanto propios como visitantes conozcan y se den cuenta lo que se puede hacer con dicho material.

El mostrar sus esculturas con el paso del tiempo hizo que las personas denominaran su hogar como el “zoológico de caucho” y, además, hizo que sus vecinos se hayan animado a utilizar este material para realizar diferentes manualidades tales como cercas, materas o sillones. Para Orlando, esta iniciativa tomada por su vecindario “es chévere porque de la mano de todos reciclamos y de esta manera ayudamos a que el medio ambiente mejore de una manera diferente”. Con el paso de los días, Orlando convirtió su arte en un modelo de negocio rentable para él y su familia, ya que diferentes personas le hacen pedidos de acuerdo con sus gustos y preferencias. Pero se podría decir que, por lo general, los precios de sus obras oscilan entre los 40 mil y el millón de pesos, y se basan en el color, el tamaño y el peso. Aunque expresa que uno de sus próximos proyectos es la creación de un elefante, un toro y un tigre, estos quiere diseñarlos a gran escala, pues ese es su anhelo más grande.