Por: Laura Sanabria Rangel / lsanabria84@unab.edu.co

La masacre de El Salado tuvo lugar del 16 al 22 de febrero de 2000, y sus perpetradores fueron el grupo paramilitar denominado Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en complicidad con las fuerzas del Estado. Se asesinó y torturó a los pobladores con todo tipo de ‘armas’, como piedras, palos, destornilladores, motosierras… incluso derrotaron a los guionistas del horror, pues los miserables violentos, una vez decapitaban a sus víctimas, usaban sus cabezas como balones de fútbol. Esta barbarie, repetida en cientos de poblaciones colombianas, fue la chispa -dolorosa- de creación de “Las Troyanas”.

“Esta obra teatral busca reflexionar en torno al dolor de las mujeres en la guerra, quienes son usualmente las que lo cargan. Son 75 minutos que confrontan al espectador, al volverlo testigo de los testigos de esta crueldad”, cuenta Manuel José Jaimes González, director del colectivo teatral Diente de León y docente universitario.

La pieza no es un espectáculo recreativo, por el contrario, puede ser incómoda de ver. Un set de tamboras en vivo ambienta cada escena, como la llegada de un helicóptero en el que las protagonistas piensan que descenderá la ayuda implorada, pero realmente es el aumento del paramilitarismo. Otra, es emular cómo, mientras unas mujeres cocinaban y les servían de todo a sus perpetradores, sus vecinas eran víctimas de una violación múltiple.

El asistente acompaña a las mujeres por un tránsito de dolor que las lleva a perdonar, siendo el vehículo para dejar atrás los recuerdos y poder avanzar. “El teatro siempre ha buscado reflexionar sobre el comportamiento humano, y ser un espacio en el que los seres se confrontan. Con ‘Las Troyanas’ queremos que eso vuelva a suceder”, afirma el director.

En octubre de 2021 se llevó a cabo la primera función de esta obra teatral, que ha sido premiada y reconocida, inicialmente por el Teatro Santander, con una convocatoria de creación inédita. Posteriormente con una beca de creación teatral, otorgada por el Ministerio de Cultura de Colombia.

En octubre de 2021 se llevó a cabo la primera función de esta obra teatral, que ha sido premiada y reconocida por diferentes instituciones. Foto: cortesía Manuel José Jaimes.

La afortunada carrera de “Las Troyanas” ha recorrido el país, además de Bucaramanga y su área metropolitana, ha pasado por Bogotá, Cúcuta, Medellín y Barrancabermeja. También traspasaron fronteras nacionales, llegaron al IV Festival Internacional de Teatro Citlaltépetl 2022, en Orizaba, Veracruz, México. Esto, gracias al Fondo de Itinerancia del Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT). Las dos funciones, en el emblemático Teatro Ignacio de la Llave, conmovieron al público internacional, con lo que se comprobó que la guerra, como el dolor femenino, son temas universales y, frente a esto, el arte siempre tendrá algo que aportar.

“Los artistas locales contamos con este gran incentivo del IMCT, del que muchas personas se sorprenden, pues no es habitual que un municipio reembolse dinero para llevar arte y cultura. Ojalá cada vez más colegas hagan itinerancia y circulación gracias a esta herramienta”, explica Jaimes.

Ya se preparan para el ciclo 2023, con posibilidad de temporadas en el Teatro Julio Mario Santo Domingo de la capital de la república y más recorridos, especialmente por las provincias de Santander. Están convencidos de que el teatro no está hecho para una sola función, y que particularmente “Las Troyanas” es una pieza que se debe replicar las veces que se pueda. “Como creadores debemos dignificar tanto esfuerzo, llevando a distintos públicos nuestras obras, pero también creemos en que seguir hablando de esto contribuye a que algún día pare la barbarie”, finaliza Manuel Jaimes.  

Esquirla: el colectivo teatral es una iniciativa con siete años, que nace de tres mujeres, Diana Díaz, Elga Moreno y Claudia Mantilla. Los interesados pueden conectar con los artistas a través de sus redes sociales.

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Universidad Autónoma de Bucaramanga