Por: Helenny Rincón / hrincon827@unab.edu.co
“No me lo van a creer, pero fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, me cambió todo, soy una persona más agradecida, más feliz, con más confianza en Dios, más fe, con más amor por la vida. Me dio la oportunidad de volver a nacer”, afirma Evelyn Suárez Galvis, una joven que le diagnosticaron cáncer a sus 25. Hoy, cinco años después, ya está sana.
Linfoma Hodgkin es el nombre científico del padecer de Evelyn. Es un cáncer que afecta de manera directa a la sangre. Aumenta la producción de glóbulos blancos y estos se consumen a los glóbulos rojos. Según la página oficial de Cancer.Net, en el 2022 se diagnosticaron a nivel mundial 83,087 personas con esta enfermedad. En el 2020, se estima que 23.376 seres humanos murieron de linfoma de Hodgkin. Esta cifra dolorosa, requiere una descripción gráfica para visualizar la magnitud de la crudeza. Así, para imaginarnos los 23.376 fallecidos, podemos pensar en el Estadio Alfonso López de Bucaramanga totalmente lleno.
Sin embargo, este no fue el caso de Evelyn, una mujer que no le cabe la felicidad en su cuerpo de ciento sesenta centímetros y caracterizado por su piel morena. Siempre entra con una sonrisa dibujada de oreja a oreja a su oficina como auxiliar contable y, aunque tiene un salario mínimo, esto no es impedimento para que se levante todos los días, a recibir el despertar, a las 6 am., con la mejor actitud para estar en su puesto de trabajo a las 7 am.
Una simple rasquiña incontrolable que la hacía devorar sus piernas con las uñas y generar morados tan acentuados como el color de una uva, fueron los primeros síntomas de Suárez Galvis. Síntomas que parecían insignificantes, pero eran tan graves como el mismo tumor que se formaba en el lateral izquierdo de su cuello. Ahí crecía una masa que inició pequeña y terminó igual de grande al tamaño de una manzana.
Dentro del proceso de Evelyn, las palabras de un especialista son necesarias, por eso hablé con el médico Jerson Ortiz. Él comenta que “en Bucaramanga los principales cánceres que afectan son el cáncer de estómago, el de pulmón, de mama, de próstata y todos esos cánceres ya han sido estudiados, ya se saben cuáles son los factores medioambientales y biológicos que los producen”.
El médico pone de ejemplo el cáncer de colon para explicar cuáles son los típicos hábitos causantes de esta enfermedad como el cigarrillo o el exceso de ingesta de carnes asadas en el carbón, ya que cuando realiza su proceso de combustión, libera una sustancia llamada nitrito la cual, es pre-cancerígenas y nuestra gastronomía en la región no ayuda. De esta manera, hace énfasis en que debemos evitar las causantes medio ambientales y gastronómicas.
Un diagnóstico que es una batalla durísima

“Al principio, cuando me diagnosticaron yo creía que todo el mundo me miraba, que todo el mundo me quería preguntar, que la gente sentía lastima de mi por mi condición, pero luego me di cuenta de que eran ideas mías. En cambio, cuando ya se me empezó a caer el cabello preparé tanto a la mente que ya superé eso. Desde la primera quimio se me quito la pena de taparme. Nunca usé una peluca ni nada en el cabello para tapar mi condición”, asegura Evelyn.
Sin creer, fueron 120 minutos que tardó el proceso de entender un futuro incierto de quimios interminables. “Llegamos a la Clínica Chicamocha y entramos a un salón donde había pacientes calvas o con gorros y a Evelyn eso le impresionó y le dio una crisis de llanto, ella iba muy segura y muy chévere, pero apenas vio ese cuadro con una señora, jóvenes, un muchacho, había gente totalmente calva y otras con gorro y eso a ella la derrumbó y le tocó a las enfermas hablar con ella, duraron dos horas hablando con ella hasta que se calmó”. Estas palabras salen de María Helena Galvis Acuña de 56 años, madre de Evelyn.
El 19 de septiembre del 2017, Evelyn cumplió 25 años y también fue el día más triste de su vida. Recibió la noticia del cáncer que tenía en su cuerpo. “Pensé que me iba a morir, que todo iba a hacer super difícil, que no iba a tener el dinero y ahí es donde entra Dios a actuar a darme tranquilidad”, afirma.
Colombia es un país cuyo sistema de salud vive colapsado. Las personas que padecen de cualquier tipo de cáncer deben postularse a una larga lista de espera para ser atendidos y recibir un tratamiento para recuperarse o mantenerse con vida. Evelyn estuvo un paso adelante para que su caso fuese visible. “Cuando el Centro Nacional de Oncología se hizo cargo de mí, no fue por mi linda cara, ni por mi EPS, ni nada, sino porque me conseguí el correo del ministro de salud de ese entonces, que era Alejandro Gaviria, hoy ministro de educación. Le escribí un correo y me lo respondió de una vez y me dio solución a todo y desde ahí se acabó mi calvario en las EPS”, comenta Suárez.
Los pensamientos que invaden cada mente humana marcan que el cáncer, sin importar su condición, es un escenario de muerte. “El miedo se apodera en cada momento que se intenta dar un respiro de aliento y aunque el indicativo señala mostrar la mejor cara, por dentro se derrumba cada esperanza”, así lo menciona la hermana menor de la paciente, Hillary Suárez, de 23 años.
Antes de que le dieran una solución, su tiempo de espera fue de dos años desde que se enteró de su enfermedad. Parece poco, pero para alguien que lucha contra el cáncer es una eternidad. Evelyn nunca perdió la fe, esa misma fe que hoy la mantiene viva y enamorada de cada día de su vida como venga. Frente a esta nueva realidad, no hay duda, Evelyn venció al cáncer. Hoy, sus ojos marrones brillan y sus pupilas son esperanza, por eso concluye: “con problemas o enfermedades, la vida es muy linda”.