Miguel José Pinilla Gutiérrez, presidente de la junta directiva de la Academia de Historia de Santander, comenta que los cambios que se hicieron eran casi que obligatorios debido al estado de deterioro en el que se encontraba la residencia, especialmente la cubierta que daba indicios de desplomarse, pues desde 1977 no se llevaban a cabo arreglos para el mantenimiento de la misma, por eso fueron necesarios en este año 2019.
El Museo Casa de Bolívar fue adquirido en el año 1946 por el gobierno departamental y entregado a la Academia de Historia en 1948, esto con el fin de establecer allí el museo de historia regional, una biblioteca y la sede de la academia, después de que en ella habitara una familia, luego funcionara una central telefónica y hasta una cigarrería. La vivienda ha sido reparada previamente en tres ocasiones. El primer cambio se dio gracias a la Academia Colombiana de Historia, hace más de 65 años el segundo, sucedió cuando se construyó en 1963 la avenida 36 de la carrera 15 hasta el parque García Rovira, la cual le quitó a la Casa de Bolívar las caballerizas, la obra estuvo a cargo del arquitecto Héctor Pordero y, por último, en 1977, que consistió fundamentalmente en mejorar la estructura de los muros que amenazaban con caerse.
Pinilla Gutiérrez recuerda que fueron bastantes las solicitudes que hicieron a las administraciones departamentales para obtener los recursos que se necesitaban para el restablecimiento del inmueble, pero que las respuestas que obtenían no eran gratas. “Solo hasta el año pasado, el gobernador Didier Tavera se mostró interesado junto con Maylin Jaramillo Bermúdez, secretaria de Cultura del Departamento, en proporcionar dicho capital”. Parte de los recursos que se invertirán en los arreglos provienen del Iva a la telefonía celular, recursos propios de la Gobernación de Santander, la Alcaldía de Bucaramanga y dinero de la Academia de Historia de Santander, en total se invirtieron 900 millones de pesos.
Espacios restaurados La restauración más importante fue la cubierta, pues como permanecía deteriorada, toda la edificación estaba en ruinas, de igual manera, las instalaciones y redes eléctricas se tuvieron que hacer de nuevo, la batería de baños, los bustos del libertador Simón Bolívar y Louis Peru de la Croix fueron retocados y la silletería, piezas que permanecían en el museo, cuadros y el museo de historia regional fueron restructurados totalmente.

Además de reemplazar la infraestructura, también se transformaron los espacios a los que los visitantes tenían acceso. Pinilla Gutiérrez explica que el museo se distribuyó de una forma diferente. La casa cuenta con seis salas, en la primera se hace referencia a la persona del libertador Simón Bolívar, por lo que ahí se encuentra información acerca de su familia, su vida personal y los personajes con los que interactuó buscando apoyo para las actividades relacionadas con la independencia.
La segunda la han denominado la epopeya de Bolívar, ahí está todo lo relacionado con sus campañas libertadoras, las diferentes batallas, las banderas de las cinco repúblicas que libertó (Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y Venezuela) entre 1819 y 1830. La tercera tiene como nombre Bolívar en Bucaramanga y se remonta a lo que fue su permanencia en la ciudad, específicamente en la vivienda, del 1 de abril al 9 de junio de 1828 mientras se desarrollaba la convención de Ocaña en Norte de Santander. En la sala también se encuentran objetos relacionados al cura Eloy Valenzuela, quien fue párroco de la ciudad por casi 50 años y amigo del libertador, estos objetos los relacionan.
En el salón grande está el museo guane, donde se pueden ver y encontrar objetos de arcilla, las mantas y los tejidos, también se pueden observar momias de esta civilización, sus cráneos alargados, debido a sus costumbres y objetos que permiten identificar sus labores en el campo, herramientas como hachas y lanzaderas (especie de lanzas que usaban para tejer) e instrumentos musicales.
La quinta sala es la “Galería de santandereanos ilustres”, en ella hay una serie de retratos de personajes que de alguna manera han hecho historia en el departamento, algunos de ellos son: Gabriel Turbay, Manuel Serrano Blanco, Simón S. Harker, Alfonso Gómez Gómez y Óscar Rodríguez Naranjo, entre otros. Para finalizar el recorrido, se pasa por la Sala de Conferencias, lugar que según cuenta el bachiller Jeison Sánchez, una de las personas que guía a los turistas por la vivienda, sus elementos como sillas y mesas están distribuidos intentando simular el mismo orden que tenían en la época.
Fuera de las salas se encuentra el jardín de la casa, espacio en el cual la Alcaldía de Bucaramanga, con recursos propios, está construyendo una alameda, que estará lista a principios de agosto y tuvo un costo de 500 millones de pesos, allí se tendrá una cafetería de ‘alto nivel’ y una librería, estos espacios estarán comunicados con la Academia de Historia, de manera de que visite el lugar además de disfrutar del ambiente, pueda ver las instalaciones de la casa. “El único elemento que se respetó del jardín fue la estructura de una fuente que ha estado en distintos barrios de la ciudad como lo son la concordia y la carrera 15. La construcción de la alameda se proyectó de manera que la fuente quede en el lugar justo donde esta”, añade Pinilla Gutiérrez.
Expectativas Diego Palacios Grosso, historiador de la Universidad Industrial de Santander (UIS), expresa que más allá de invertir en la infraestructura espera que también lo hagan en la conservación del lugar. Al igual que desea que las personas visiten frecuentemente el Museo Casa de Bolívar porque “es un patrimonio cultural de nosotros los santandereanos, para que conozcan o recuerden la historia que es bien importante”.
Por su parte Pinilla Gutiérrez afirma que la Academia de Historia de Santander anhela que ahora con las restauraciones las visitas sean más frecuentes y que, así como vienen personas del exterior, también se acerquen ciudadanos de otras ciudades de Colombia y superen el promedio de las cinco a ocho visitas en las tardes, que son motivadas por estudiantes a quienes seguramente habrían dejado una tarea. “Vamos a empezar a hacer exposiciones temáticas, uno de las que tenemos pensado es la participación de la mujer en nuestra independencia”.
Por Silvia Juliana Parra García
sparra35@unab.edu.co