Por Andrés J. Galeano Carrascal
agaleano324@unab.edu.co
Bucaramanga ha sido conocida tradicionalmente como la ‘ciudad de los parques’, ya que la capital santandereana cuenta con un total de 24 zonas en las que tanto ciudadanos como turistas juegan, se ejercitan, descansan y se conectan con la naturaleza. Uno de esos lugares es el Parque Metropolitano Bosque Encantado, ubicado entre la carrera 45 y la calle 34a. Este espacio fue inaugurado el 22 de diciembre del 2020 y desde su apertura miles de citadinos han paseado por sus largos senderos que unen a los barrios Altos de Cabecera y Álvarez.
El proyecto, que contó con una inversión de $8.700 millones según la Administración Municipal, fue ejecutado por el Taller de Arquitectura de la Alcaldía de Bucaramanga, un colectivo que desde el 2016 trabaja en la creación y remodelación de los espacios públicos de la ciudad. Su líder, Iván Acevedo, asegura que el diseño busca que cualquier persona pueda desplazarse libremente, pues sus pendientes tienen una elevación entre los 4 y 6 grados. Para él, “esta característica diferencia al Bosque Encantado de los demás lugares porque lo puede recorrer cualquier persona”.
Según el arquitecto, dicho recorrido tiene una longitud total de 1.331 metros lineales en los que los transeúntes pueden encontrar una ludoteca, gimnasio, juegos infantiles al aire libre, plazoletas, zonas verdes, asientos para descansar y
hasta una huerta. Pero uno de sus mayores rasgos distintivos es que este parque está abierto las 24 horas del día y, además, cuenta con vigilancia tanto de día como de noche, algo que no poseen muchas zonas en la ciudad.
De acuerdo con Acevedo, uno de los momentos más difíciles durante la construcción fue su levantamiento topográfico, es decir, el estudio y representación del sitio, ya que este contaba con diferentes alteraciones que los llevaron a hacer el procedimiento en tres oportunidades. Según lo explica: “Era difícil porque en la zona había muchos árboles que estaban plantados por todo el lugar y, por esta razón, decidimos respetar la naturaleza y replantear la estructura que ya habíamos hecho para no talar ninguno de ellos”.
Esa particularidad es uno de los motivos por los cuales Angie Carolina Bayona Cortés, una habitante del barrio Álvarez, considera que el Bosque Encantado es uno de los mejores parques de la ciudad. Manifiesta que anteriormente dicho espacio era una zona insegura en la que, a pesar de que contaba con una amplia vegetación, esta no
era utilizada para el esparcimiento y la recreación de las personas. Por lo que afirma que “la obra permitió optimizar el espacio que por muchos años estuvo desolado”.

Bicentenario de la Independencia. / FOTO ANDRÉS GALEANO
Bayona Cortés también asegura que otra de las características que más le llamó la atención desde el primer momento en que lo visitó, es que es un lugar que invita a la ciudadanía a ejercitarse. “No es el típico parque citadino que lleva al
sedentarismo, en este toca caminar por las pasarelas para disfrutarlo en su totalidad”. No obstante, argumenta que uno de los aspectos que más le molesta es el fuerte olor a marihuana que en las noches se genera en el sitio por cuenta de algunas personas.
Al igual que visitantes, el Bosque Encantado también aguarda a cientos de comerciantes informales
durante el transcurso de la semana. Uno de ellos es Édgar Hernández Chacón, quien desde hace un mes acude al lugar y recorre los diferentes pasillos brindando sus helados caseros. Este hombre de 50 años expresa: “En ocasiones las ven-
tas son muy buenas, he llegado a vender entre 60 y 100 helados en un día”. A diferencia de otros parques, Hernández Chacón declara que una de las ventajas de este es su amplitud.
Según explica el vendedor ambulante, la tranquilidad que se vive en el sitio es única y no se compara con aquellos espacios en donde los ruidos de los carros perturban la tranquilidad de las personas. Para él, “el ambiente familiar que se respira es propicio para que padres e hijos pasen tiempo juntos y se diviertan”. Pero afirma que uno de los aspectos que cambiaría sería la zona de juegos. “En la parte de abajo solo hay una rueda giratoria y un gusano por el que lo niños pasan por debajo, hubieran adecuado más juegos”, afirma Hernández.
A pesar de los diferentes comentarios y opiniones, el Parque Metropolitano Bosque Encantado (que al principio se iba a llamar La Ceiba), es un lugar ideal para conocer y disfrutar en estos tiempos ya sea solo o acompañado. Su naturaleza, senderos, actividades e infraestructura no solo les permite a las personas transitar de un barrio a otro de manera rápida, sino que le brinda a cada uno de sus visitantes diferentes miradores en los que se puede contemplar uno de los mejores
paisajes de la ciudad.