El verdadero ídolo del fútbol en Santander es una mujer: Yoreli Rincón

El 27 de julio de 1993 en Piedecuesta, Santander, tierra de tabaco, nació una de las mejores futbolistas colombianas, Hazleydi Yoreli Rincón Torres. Hija de Griselda Torres y Elberth Rincón, hermana menor de Eliana y Daniel. Justamente, el año de nacimiento de Yoreli tuvo dos puntos altos para el fútbol colombiano, la Selección Nacional Sub-17 quedó campeona del Sudamericano desarrollado en nuestro país. Y, también sucedió el histórico 0 - 5 ante la Selección Argentina en el estadio Monumental de River Plate, fue el 5 de septiembre.

Por: Maicol Ovallos / movallos22@unab.edu.co

Su familia trabajaba en la fabricación de balones, los caminos estaban dados. Solo faltaba que aquella niña amara “La pecosa”. Y así fue, sin embargo a su padre no le agradaba que a su hija consentida le gustara patear un balón, por eso le compraba muñecas. Y si hay personas recursivas en este mundo son los y las futboleras, ella le arrancaba las cabezas a esos juguetes y las convertía en pelotas, así improvisaba sus propios balones. El negocio familiar también era una provocación para los gustos de Yoreli, así lo recuerda: “la fábrica de balones ayudó muchísimo, tenía balones todo el tiempo, pues veía a mi mamá jugar, a mi hermano y a mi hermana que jugaban. Yo era más pequeña y me incitaba a hacer lo que los grandes hacían. Mi papá no estuvo de acuerdo al principio. Realmente no le gustaba, no quería que jugara, pero al principio. A los ocho años ya era mi fan número uno. A esa edad todavía era una niña y el apoyo de mi papá fue fundamental, yo jugaba con niños y él era el único que me podía acompañar, estar pendiente de mí, de llevarme a las canchas”.

En la selección Santander le cerraron las puertas, pues no le veían futuro en el balompié. Decirle eso a la que estaba destinada a ser la mejor no la frustró. Fue a Ibagué a probarse y allí sí quedó. Es verdad lo que dicen, nadie es profeta en su tierra. Ella agradece al profesor Jhon Agudelo, en ese entonces seleccionador del Tolima femenino, y a su familia, por abrirle las puertas a una niña de tan solo 11 años. Allí duró más o menos 2 años y medio. Después fue a Bogotá y caminó más de lo que entrenaba, 3 horas de recorrido y tan solo 2 horas de práctica con la pelota. Esto es una enseñanza clara, pues algunas veces tenemos una alfombra roja a nuestros pies y aún así no damos un paso para alcanzar lo que queremos.

El entrenador bumangués, Víctor Hugo González Prada, padre futbolístico de Yoreli, tiene una de las anécdotas que ratifican su ser guerrera y lo echada pa’ lante que se le veía a una niña de tan solo 8 años. “En la cancha estaban los papás que sufrían porque una niña le hacía un tipo de jugadas a los niños, a veces mandaban a que la empujaran, a que le tiraran el cabello, a que le dieran patadas, a que le pegaran y ella entre más le pegaban, más insistía y más se motivaba a jugar mejor y ser más gambeteadora. Yoreli llegó en el año 2001 porque un papá nos la recomendó. La miramos, hablamos con el papá de ella porque a él no le gustaba y no quería que la niña jugara al fútbol. Lo convencimos y le dijimos que mirara la posibilidad”, menciona Víctor Hugo. El profe fundó en 1998 un club llamado Nantes F.C., en Floridablanca, el nombre del club nació de la casualidad que en ese año se disputaba la Copa del Mundo en Francia. El anfitrión quedó campeón y él joven técnico había prometido que del país ganador iba a escoger un nombre que le llamara la atención y así Nantes llegó al barrio Lagos III.

Además de Yoreli, han pasado por las filas de lo que comenzó siendo una escuela, jugadores como Michael Rangel, Roger Torres, James Aguirre, Jaime Mora, Pablo Rojas, Daniel Mantilla, Wendy Cárdenas y Adriana Ojeda.

En 2008, con tan solo 14 años, Yoreli fue convocada para la Selección Colombia al Sudamericano sub-17 que tuvo lugar en Chile y la tricolor se consagró campeona. Dos años después, gracias a sus actuaciones, fue llamada para otro sudamericano, pero esta vez en la categoría sub-20. Quedaron subcampeonas en su propia tierra. Gracias a ser segundas, ganaron tiquetes al mundial juvenil en Alemania, donde las jugadoras tuvieron una excelente participación y consiguieron el cuarto lugar. Como era de esperarse, la dedicación y disciplina la llevaron a ser parte de la Selección absoluta. La mítica camiseta 10 era de Yoreli Rincón, subcampeona en dos ocasiones de la Copa América femenina disputada en Ecuador en 2010 y 2014, participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, compitió en los mundiales de Alemania 2011 y Canadá 2015. El último gran baile con las cafeteras, por el momento, fue el 23 de abril de 2018 en la Copa América de Chile, contra Brasil.

En 2021, la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) dio a conocer al mejor equipo femenino de la Conmebol entre los años 2011 al 2020. La única colombiana incluida fue la volante de la Unione Calcio Sampdoria. Rincón comparte el ataque con míticas jugadoras brasileñas como Marta y Christiane.

Mejor equipo de la Conmebol / Foto: Archivo IFFHS

En 1988 un personaje con una melena dorada rompía el mercado de fichajes del fútbol colombiano, siendo traspasado del Deportivo Cali al Montpellier. Y lo hecho por la piedecuestana es de la misma magnitud, en 2012 se transformó en la primera jugadora profesional colombiana y entró en la nómina del club brasilero XV de Piracicaba. Al año siguiente, llegó al F.C. Rosengård Dam de Malmö y se convirtió en la primera jugadora cafetera en participar en la Liga de Campeones femenina de la UEFA, convirtió un gol. Yoreli lo recuerda con nostalgia, pero a la vez con mucho orgullo: “estaba jugando mi primera Champions, fui la primera colombiana en disputarla, era suplente, tenía 17 o 18 años y era como el minuto 75 y entré. El Malmö necesitaba ganar o si no estábamos afuera. Me quedó un balón dentro del área, inclusive fue con la mocha, con la izquierda como decimos nosotros, fue un gol horrible, pero sentir a todas mis compañeras que en ese momento, pues ya eran top del mundo y de la selección de Suecia, como se balanceaban encima de mí, fue una sensación bacana”.

Precisamente, en territorio sueco se coronó en la primera división. Voló a Estados Unidos para jugar con el Western New York Flash en 2014, al año siguiente estuvo en el ASD Torres Calcio de Italia. En 2015 estaría en el Avaldsnes IL de Noruega. En 2017 regresaría a Colombia, pues ya era “profesional” la liga femenina. Vistió las camisetas de Patriotas Boyacá, Atlético Huila y Junior F.C., con el club opita se iría de doblete, consiguió La liga y la Copa Libertadores en 2018. En la rama masculina tuvo que pasar 29 años para que un club colombiano alzará esta copa internacional, las mujeres solo tardaron 9 temporadas para ser campeonas eternas. Y antes de aterrizar en Sampdoria, Yoreli militó en el mítico Inter de Milán en la temporada 2020 – 2021.

Yazmín Hernández, periodista deportiva, está inmersa en el fútbol profesional. No solamente en la rama masculina, también en la femenina. Ella comparte la importancia que tiene Yoreli Rincón en el deporte más popular del mundo: “ella es una referente del fútbol femenino en Colombia, de verdad. En el momento en que menos viral era esto, ella era la que sobresalía, por eso es que reitero que una jugadora o cualquier persona si quiere hacer algo, debe realmente hacerse responsable y debe ser dedicado y disciplinado. Tenemos a una jugadora que desde niña se cuidaba en su alimentación, hacía su deporte y demás, y realmente, se logró ver que fue creciendo con el tiempo. Por eso, es una jugadora histórica, es una de las referentes más importantes del país. Creo que cada jugadora que la ve y que está iniciando quiere ser como ella, por todo lo que ha hecho, por tener la voz y decir cuáles son sus derechos, lo que le corresponde a ella y hablar por muchas jugadoras que realmente pasan por momentos difíciles, así que es una líder”. Incluso, la jugadora que milita en el fútbol europeo es la segunda máxima goleadora de la selección Colombia femenina con 14 tantos, solo por detrás de Catalina Usme.

En 2019, el Canal DW en español declaró en un especial hecho sobre la volante piedecuestana que “cada semana 265 millones de personas salen de sus casas para jugar al fútbol según la FIFA y solo el 0,5 por ciento son profesionales. El fútbol femenino es todavía incipiente y las desigualdades son abismales. Las 10 jugadoras mejor pagadas en el mundo reciben, todas juntas en un año, un poco más del sueldo que Lionel Messi obtiene en una semana, 1.8 millones de dólares. En Latinoamérica pocos países tienen liga profesional femenina y las condiciones son comparativamente malas frente a los hombres. Dos o tres meses cobrando un sueldo bajo, falta de apoyo de los gobiernos y poca transmisión en televisión”.

Frente a todo este panorama crudo, hay que aguantar más. Imagínense que el presidente de un club diga cosas como esta: “el fútbol femenino anda mal, eso no da nada económicamente. Aparte de los problemas que hay con las mujeres que son más toma trago que los hombres. Pregúntele a los del Huila cómo están de arrepentidos de haberle invertido tanta plata a eso. Eso es un caldo de cultivo del lesbianismo tremendo”. Las palabras son de Gabriel Camargo, expresidente del Tolima, quien falleció en el 2022. Después se preguntarán por qué llegan los vetos, dicen que por cansonas, pero quién no jode cuando se le meten al rancho. Bueno, eso le pasó a Yoreli, por decir las cosas como son y pedir lo mínimo a los clubes y a la Federación. Por eso, la vetaron. Todavía hoy es inentendible que una mujer con su talento en la cancha no represente al país.

Nuestro querido platanal es un fiel reflejo de la desigualdad en todos los ámbitos y el deporte no es esquivo a este dato, entre los años 2001 y 2014 se invirtieron 140.000 millones, de los cuales el 72% (100.800 millones) fue para el equipo masculino de mayores y el 28% restante (39.200 millones) fue para las demás selecciones, entre ellas las plantillas de la sub-20 y sub-15 de las dos ramas y el equipo de mayores femenino. Desde 2008, las jugadoras han pedido un trato digno, en varios años tuvieron que ponerse la ropa que dejaba el equipo de hombres, pagar los costos de los viajes, rogar para que les programen partidos amistosos antes de las competiciones, que los dineros ganados fueran al menos para invertirlos en la escuadra femenina y no saldar deudas del equipo masculino. El fútbol es una profesión y lo mínimo que se espera es recibir un sueldo justo por la actividad que se hace. Pero el camino sigue cuesta arriba.

El portal Forza Football hace un llamado para proteger a las futbolistas que han alzado su voz frente al mal funcionamiento de las federaciones, para exigir un trato apropiado y tener todas las garantías que se requieren: “a solo unos meses de la Copa del Mundo, es preocupante que las jugadoras todavía tengan que levantarse y hablar en contra de sus propias federaciones, poniendo en riesgo sus carreras internacionales para recibir el respeto y el trato que necesitan y merecen como atletas del más alto nivel en su deporte. Solo podemos aplaudir su valentía y exigir acciones a los responsables. Afortunadamente, ha habido ejemplos de lo que es posible si las jugadoras se niegan a retroceder y permanecer en silencio”. A nivel mundial, se ve un inconformismo por parte de las futbolistas, tanto así, que jugadoras como Wendie Renard renunció a la selección francesa, las canadienses se rebelaron en contra de su Federación, varios casos similares como María Pilar León en España, la noruega Ada Stolsmo, la argentina Estefanía Banini, la danesa Pernille Harder, Becky Sauerbrunn en Estados Unidos y nuestra gladiadora Yoreli Rincón han protestado para mejorar las condiciones. Por todo esto, solo resta por decir que tenemos que apropiarnos y ver más el fútbol femenino, ir a los estadios, apoyarlas… o es que solamente nos gusta mirar a 22 hombres detrás de un balón. Desde la tierra arrecha de Yoreli decimos eso, hay que bancar a las cracks femeninas. Esas mismas futbolistas, si hoy tienen un presente mejor, le deben mucho a las batallas dadas por nuestra Yoreli Rincón.

Universidad Autónoma de Bucaramanga