Colombia, las personas con síndrome de Down tienen derecho a trabajar y a ganarse la vida con el trabajo que elijan. Sin embargo, no es una tarea fácil ya que las empresas no están interesadas en contratar empleados con discapacidad, especialmente cognitiva.

En teoría, el Estado debe fomentar los programas de formación e integración profesional para apoyar a estas personas en el mercado laboral y que consigan trabajo, tanto en el sector público como el privado, o bien incentivarlos a crear su propia empresa.

Luis Fernando Prada, tiene 42 años y tienen síndrome de Down. Luego de graduarse como bachiller realizó un curso de contabilidad y uno de informática en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena). Desde joven manifestó su deseo por trabajar, por lo que a los 20 años fungió como repartidor en el restaurante de su tía, llevando almuerzos a trabajadores del Centro Comercial Acrópolis.

En 2012, una amiga le comentó que estaban recibiendo personas en la empresa Homecenter. Su mamá, Omayra Rico, de 62 años, cuenta que los recibieron con amabilidad, la empresa contaba con la alianza de la fundación Best Buddies Colombia. Esta organización sin ánimo de lucro, creada en 1989, trabaja por la inclusión social de las personas en situación de discapacidad intelectual, se encuentran en Bucaramanga hace ocho años.

Denominan a los pertenecientes a su programa “amigos del alma” y se encargan de orientarlos en el proceso de inclusión, no solo de la persona en el puesto de trabajo sino también a la adaptación del entorno laboral. Las empresas realizan el proceso de selección a través de una entrevista, verifican que la persona en situación de discapacidad cuenten con las habilidades para cumplir las tareas requeridas y la fundación apoya este proceso con pruebas específicas para el cargo.

Actualmente, la fundación trabaja con cuatro “amigos del alma” en Homecenter, dos en Juan Valdez y dos en Hamburguesas El Corral; solo Luis Fernando Prada tiene síndrome de Down. Yurleidy Urbano, coordinadora nacional de oportunidad laboral, explica que “el papel de la fundación es tomar las habilidades con la que vienen estos jóvenes, potenciarlas y desarrollar otras, como la comunicación asertiva en su puesto de trabajo, cumplir un horario y el reglamento, tener una presentación personal adecuada y entender lo que significa trabajar”.

Prada es una persona muy tranquila, respetuosa y educada, características que le permiten desempeñar la atención al cliente. Como empleado recibe todas las prestaciones de ley, debe empacar los productos, recoger el mensaje que los clientes dejan y organizarlo. Sus compañeros de  trabajo destacan su buena actitudy disposición para ayudar, en muy apreciado al interior de la empresa.

Diferente es el caso de Miguel Flórez. Pese a haber hecho un curso laboral en Comfenalco, enviar hojas de vida y presentarse para distintos cargos, no lograba entrar a ninguna empresa. La Tecnológica Fitec, donde se graduó como bachiller, lo llamó para que trabajara medio tiempo como auxiliar de biblioteca al interior de la misma. Al principio recibía ayuda de su tutora Mavis Moratto Peña, con la que se vinculó en 2014 gracias a la misma institución, poco a poco empezó a desempeñarse por su propia autonomía. Sin embargo, llegó un momento en el que Flórez se aburrió de la monotonía. Por esos días conocieron una empresa distribuidora de café, con la ayuda de su tutora empezaron a crear una red con sus amigos para vender los productos.

En junio de este año, Flórez pasa su carta de renuncia a la Tecnológica Fitec para montar un local en Piedecuesta en el restaurante de unos amigos. Poco tiempo después venden el restaurante por lo que tuvieron que buscar otro lugar y lo encontraron al interior de la Plaza Satélite del Sur. Abrieron el 21 de septiembre de 2018 y manifiestan que han tenido buena acogida. Moratto Peña, de 35 años, comenta que “los clientes se sorprenden de Miguel, piensan que las personas con síndrome de Down no pueden hacer nada pero él les demuestra que no es cierto y eso un motivo de admiración para mí”.

La fundación Best Buddies Colombia adelanta actividades de integración con los empleados de las distintas empresas que apoya a través del programa “Amigos del alma”. /FOTO TOMADA DEL FACEBOOK DE FUNDACIÓN BEST BUDDIES COLOMBIA

¿Qué es el grado de discapacidad?

El grado de discapacidad es la valoración de la discapacidad expresada en porcentaje. Responde a criterios técnicos que valoran tanto las discapacidades que presenta una persona como los factores sociales complementarios (entorno familiar, educativo y cultural) que pueden dificultar su integración social.

Para determinar el grado de discapacidad de una persona realiza una valoración física, psíquica y sensorial de la misma para determinar el nivel de independencia de una persona con respecto a la realización de las actividades básicas de la vida diaria (como comer, trasladarse o el aseo personal), el tiempo que invierte en ellas y si necesitan ayuda o no.

¿Qué beneficios tiene una empresa cuando contrata personas en condición de discapacidad?

La legislación colombiana brinda beneficios económicos a las empresas que vinculan formalmente personas con cualquier tipo de discapacidad calificada por encima del 25%, es decir que puedan realizar de manera independiente actividades básicas de la vida diaria (como comer, trasladarse o el aseo personal).

La Ley 361 de 1997, en su artículo 24, expresa que primero las empresas son “preferidas en igualdad de condiciones en los procesos de licitación, adjudicación y celebración de contratos, sean estos públicos o privados si estos tienen en sus nóminas por lo menos un mínimo del 10% de sus empleados con discapacidad”; segundo, tienen “prelación en el otorgamiento de créditos de organismos estatales, siempre y cuando estos se orienten al desarrollo de planes y programas que impliquen la participación activa de personas en situación de discapacidad”; y tercero, obtendrán “beneficios arancelarios a la importación de maquinaria y equipo especialmente adaptados o destinados al manejo de personas en situación de discapacidad”.

La Ley 361 de 1997 Artículo 31 dice que las empresas “que ocupen trabajadores en situación de discapacidad no inferior al 25% comprobada y que estén obligados a presentar declaración de renta y complementarios, tienen derecho a deducir de la renta el 200% del valor de los salarios y prestaciones sociales pagados durante el año o período gravable a los trabajadores en situación de discapacidad mientras esta subsista. La cuota de aprendices que está obligado a contratar el empleador se disminuirá en un 50%, si los contratados por él son personas con discapacidad comprobada no inferior al 25%”. Es decir, que cada aprendiz Sena con discapacidad vale el doble en la cuota asignada a la empresa. Al hacer la Declaración de Renta y Complementarios o de Ingresos y Patrimonio, el 200% del costo real del trabajador en la nómina se reporta ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) como una deducción.

Por Johan Alexander Sanabria

jsanabria73@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga