Hace pocos días fue el estreno de “Enamorado de mi mujer” (Amoureux de ma femme), una comedia francesa dirigida por el también actor Daniel Auteuil, recordado por su papel como Henri de Navarra en la aclamada cinta “La Reina Margot” (1994). En esta, su quinta película como director, decide adaptar la obra de teatro L’envers du décor, escrita por Florian Zeller, responsable también del guion para este filme.

Auteuil interpreta a Daniel, un hombre maduro e intelectual, casado con la simpática Isabelle (Sandrine Kiberlain). La pareja decide invitar a cenar a Patrick (Gérard Depardieu), quien lleva poco tiempo separado y ha emprendido un romance con la bella Emma (Adriana Ugarte). Isabelle no está del todo cómoda con el evento, ya que ella es amiga de la exesposa de Patrick.

Finalmente, ambas parejas se encuentran, la belleza de Emma es impactante, Daniel queda embelesado con la joven y se le dificulta mantener una conversación: sus repetidas distracciones confunden a la pareja de invitados y despiertan los celos de Isabelle.

En este punto la narración comienza a jugar con el presente y la imaginación, durante la velada los protagonistas imaginan situaciones y construyen representaciones de sus deseos, o de lo que presuponen de Emma, la enigmática chica que acaban de conocer.

La idea de representar la imaginación hace que el espectador se identifique con las situaciones, la imaginación hace parte de la esencia humana, proyectar fragmentos del futuro o del pasado en donde se materializan deseos y temores, y que, aunque no dejan de ser sólo imaginaciones, en algunos casos influyen en las decisiones que se toman en el mundo real.

La presencia de Emma, que en la vida de estos sujetos es una suerte de catalizador, los induce a que hagan una evaluación de sus vidas y de sus relaciones afectivas, y en general, a cuestionarse la forma del amor cuando la pareja ha pasado varias décadas conviviendo.

Uno de los aspectos más difíciles de lograr en la comedia es que no se pierda la frescura, que el relato no extravíe su levedad y deje de sorprender, aunque esta cinta de Auteuil no es para nada pretenciosa, logra armonizar diversos aspectos, las actuaciones son espontáneas, los diálogos son certeros e ingeniosos, albergan un doble sentido en ciertas escenas lo cual contribuye al tono cómico.

Sin duda, esta cinta es una opción para los espectadores que quieran relajarse y divertirse con una comedia perspicaz (recuerda a las comedias italianas de los años 70), en donde se representan temas tan universales y cotidianos como el amor, el matrimonio y la utopía de los amantes jóvenes, pero esta vez vistos desde distintos puntos de vista: masculinos y femeninos.

*Docente del programa de Arte Audiovisuales de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab.

Por René Palomino Rodríguez*

rpalomino@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga