A las 8 de la mañana del domingo 18 de marzo, el Coliseo ‘Edmundo Luna Santos’ de Bucaramanga solo albergaba a funcionarios del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial y de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb).

El grupo adelantaba la logística para lo que sería una de las tres sesiones de participación que se adelantarían en el departamento, cumplimiendo lo ordenado en la Sentencia T-361 de 2017 de la Corte Constitucional y de igual manera, exponer el sustento técnico entregado por el Instituto de Investigación Científicas Alexander von Humboldt, para la delimitación que se hizo en 2014.

Las otras sesiones se adelantarían de forma simultánea en el municipio de California y Guaca, en las provincias de Soto Norte y García Rovira, respectivamente, con la presencia de funcionarios del Ministerio, así como alcaldes, mineros, comunidad y organizaciones sociales.

A diferencia de la convocatoria de casi 65 mil ciudadanos para marchar por el agua y la protección del páramo el 6 de octubre de 2017, en el Coliseo, a las 8:45 de la mañana, no menos de cien participantes, entre ciudadanos y grupos ambientalistas, con carteles en la mano y pitos, ocupaban las graderías.

“Nuestro oro es el agua” y “Agua sí, oro no” decían las pancartas que llevaban en las manos. Algunos tuvieron tiempo, incluso, para debatir sobre la decisión de la minera árabe Minesa de desistir sobre la solicitud de licencia ambiental ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) e iniciar el proceso a partir de nuevos elementos sobre el impacto ambiental de este proyecto.

Al llegar el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, las rechiflas no se hicieron esperar. A las 9:15 la afluencia de público era significativa, pero no se llenó el escenario con capacidad para 4 mil personas. También ingresaron el gobernador de Santander, Didier Alberto Tavera Amado, y el director de la Cdmb, Martín Camilo Carvajal.

Las protestas solo se disiparon con la llegada del alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez, quien entró al escenario deportivo en compañía del recién elegido representante a la Cámara por Santander, Edwing Fabián Díaz Plata. Los aplausos no se hicieron esperar.

El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez, inició su discurso pronunciando la frase “el agua es nuestro oro” y silenció las rechiflas del público. /FOTO BRAHYAND ARANGO

El presentador intentó leer el orden del día, pero el ruido de las consignas se reanudó. Mauricio Martínez Corredor, miembro del Comité de Defensa del Páramo y el Agua de Santurbán, saltó la baranda que separaba al público de la mesa principal, y expresó su rechazo: “una audiencia que se trae solamente como mecanismo informativo y donde no hay deliberación ni participación de las partes, solo las que defiende el Ministerio (de Ambiente), el Von Humboldt, la Cdmb y las empresas mineras que están jugando para un mismo lado”.

Tras lo ocurrido, el ministro propuso un receso de 15 minutos para que el público se calmara. Expresó que si luego de este lapso no le permitían hablar, se iba y cancelaba el evento.

En ese momento le dieron el micrófono al alcalde Rodolfo Hernández Suárez quien, al recibirlo, fue aplaudido de nuevo, y logró calmar los ánimos. El mandatario dijo: “Todos estamos aquí por la misma razón que es defender el Páramo de Santurbán, pero debemos escuchar, porque si no escuchamos, no podemos llegar a un proceso democrático”.

Minutos después el presentador anunció cambios en el programa y que se abriría el micrófono para que la comunidad expusiera sus argumentos.

La primera en tomar la palabra fue Andrea Nocove Marín, integrante de la Corporación Colectivo de Abogados ‘Luis Carlos Pérez’, una de las organizaciones accionantes en la tutela llegó a la Corte Constitucional y tumbó la delimitación.

“El Ministerio de Ambiente debe garantizar una real convocatoria amplia, participativa, eficaz y deliberativa que no se agote con el proceso de información que plantean y menos cuando las autoridades convocan a la comunidad luego de que las decisiones ya están tomadas”, leyó Nocove en un comunicado.

Seguido habló Erwing Rodríguez Salah, del Comité Conciencia Ciudadana, afirmó: “el gobierno nacional se fue divorciando del criterio científico y dejó por fuera más de 36.000 hectáreas, una cifra bastante similar al número de hectáreas que hay concesionadas en títulos mineros”. Con lo anterior hizo referencia a la pasada delimitación, adelantada por el Instituto Von Humboldt.

Al terminar el espacio participativo, el ministro de Ambiente tomó la palabra. Nuevamente se expuso a las rechiflas y pronunció las que serían las últimas palabras de su participación: “Escuchamos al alcalde, escuchamos a la comunidad y si no nos escuchan a nosotros nos vamos y damos por levantado este espacio de participación”. Acto seguido, los abucheos aumentaron. La cabeza de la organización del evento dejó el atril y caminó hacia la salida del Coliseo, pero su recorrido fue interrumpido por periodistas, lo que lo llevó a dar una rueda de prensa improvisada.

El ministro de Ambiente Luis Gilberto Murillo minutos antes de cancelar la sesión informativa y retirarse del Coliseo porque los gritos y abucheos de sus opositores eran más fuertes que su voz amplificada. /FOTO BRAHYAND ARANGO

Antes de marcharse del lugar, una asistente lanzó a Murillo una bolsa con agua, lo que generó más desorden y que el esquema de seguridad lo rodeara para protegerlo de cualquier agresión.

El evento planeado hasta las 4 de la tarde terminó a las 10:45 de la mañana. Poco se supo de qué trataba la actividad, y mucho menos lo que ordenó la Corte Constitucional en la sentencia T-361 del 30 de mayo de 2017, para la nueva delimitación.

El gobernador Tavera Amado, quien hasta una semana antes de la marcha del 6 de octubre de 2017 no se había pronunciado sobre la protección del agua y mucho menos del páramo, dijo antes de partir a la firma del convenio para garantizar los recursos que requieren para la construcción del intercambiador de ‘Papi Quiero Piña’, que era necesario declarar a Bucaramanga en audiencia permanente para discutir el tema. También hizo un llamado al Ministerio de Ambiente y le pidió definir dónde y quiénes participarán en estos espacios. “El gobierno debe tener alta responsabilidad en las decisiones que tome frente a cualquier intervención en nuestro Páramo de Santurbán (…) Como santandereano, ciudadano y padre de familia, responsable con las futuras generaciones, yo también habría marchado”.

A las 11 de la mañana solo quedaban algunos ciudadanos que indagaban sobre la continuidad de la actividad.

Horas más tarde, el ministro de Ambiente dijo a través de una comunicación oficial que “hubo intolerancia de parte de un grupo de asistentes, pero sabemos que eso no refleja la voluntad, ni el carácter de la ciudadanía de la meseta de Bucaramanga”.

Por Brahyand Steven Arango Jaimes

barango@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga