No dejar de soñar al momento de crear las piezas audiovisuales y tener una buena historia para contar fueron las dos enseñanzas que dejaron algunos de los invitados especiales que participaron en la octava edición del Festival Internacional de Cine de Santander (Fics), que se realizó entre el 2 y 6 de agosto en el Centro Comercial Cacique.
El director argentino Pablo Trapero, la actriz española María Luisa Paredes Bartolomé, y los actores mexicanos Jorge Damián Alcázar Castello y Angélica Aragón fueron algunos de los talleristas internacionales que estuvieron en el festival y que a la vez compartieron sus experiencias con los asistentes a las charlas.

“Nunca hay que dejar de anhelar. El proceso de creación, en especial la escritura, es el más placentero de toda la producción de un cortometraje o largometraje. Ahí puedes imaginar el mundo que quieras, siempre hay que preguntarse por qué merece ser contado lo que voy a contar. Eso es lo más lindo, pero a la vez lo más tortuoso, porque de ahí se desprende el éxito o fracaso de la cinta”, explicó Trapero, quien es oriundo de la ciudad de San Justo, Argentina.
El director, de 44 años, inició su carrera audiovisual en 1992, con el estreno del corto ‘Mocoso malcriado’; sin embargo el salto a una película lo hizo siete años más tarde, con el lanzamiento de ‘Mundo grúa’.
“En esa época estaba desempleado, vivía en un apartamento y frente a él había una construcción. Tenía mucho tiempo libre y un día decidí quedarme a observar la maquinaria de una grúa. El hombre solo manejaba dos palancas, mientras que los demás obreros tenían mayor carga laboral. Día tras día lo miraba y comencé a escribir. Poco a poco fue saliendo la historia y luego reuní al equipo de producción para dar comienzo a todo el proceso”, recordó.
El objetivo inicial de estar frente a una película llevó a Trapero a la realización de ocho producciones más. ‘El bonaerense’, estrenado el 19 de septiembre de 2002 consistió en la vida de Enrique Orlando Mendoza, un cerrajero que vivía cerca a Buenos Aires, quien decide mudarse a la capital de este país y emprender una vida nueva.
Casi dos décadas después, ese desempleado que invertía su tiempo libre viendo a un trabajador que manipulaba una grúa, se dio el gusto de ganar en febrero de este año el premio Goya en la categoría de Mejor Película Iberoamericana, todo gracias a ‘El clan’, producción en la que Trapero fue director y guionista.
Los Goya son reconocimientos anuales que dan la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, con la intención de distinguir a los mejores profesionales en cada una de las distintas especialidades del sector del cine.
Bajo esa misma línea se encuentra el mexicano Damián Alcázar. El actor es el protagonista de ‘Magallanes’, otro de los largometrajes que ha tenido acogida en la industria cinematográfica de Iberoamérica.
Al igual que ‘El Clan’, estuvo nominada a los Premios Goya el año pasado, pero no contó con la misma suerte de la producción argentina. “La frescura y la pasión por lo que se hace son los sostenes para una buena realización de cine, así sea guionista, director, actor, camarógrafo, da igual el rol que desempeñe”, comentó Alcázar Castello.
Desde sus 13 años supo que sería actor. Sus comienzos en el teatro le hicieron convencerse de lo que anhelaba para su futuro. Salió del estado de Michoacán rumbo a la capital del país del tequila, el picante y las rancheras. “En el DF (Ciudad de México) crecí profesionalmente. Luego vino el paso del teatro al cine, un hecho que no fue nada fácil porque son dos mundos totalmente opuestos. Los movimientos cambian y la energía mucho más, pero desde que se haga con pasión, seguramente el resultado será el mismo en ambos escenarios”, indicó el mexicano.
En 2015 el actor cumplió tres décadas de carrera artística. Un tiempo que le permitió hacer un análisis sobre cómo se iniciaban los jóvenes de su época en el cine y los de ahora. “Actualmente hay más facilidades y oportunidades con el internet. Ya lo puedes saber casi todo o al menos buscarlo en Google o en diferentes páginas. Sin embargo, la preparación debe ser exigente y con fundamentos para un producto óptimo. Uno puede ser muy bueno, pero si hace una historia mala, que no tenga nada para contar, seguramente el trabajo del director, productor o del actor va a ser mediocre”, manifestó.
Por su parte, la actriz española María Luisa Paredes, conocida en el mundo del cine como una de las “chicas” del director Pedro Almodóvar Caballero, ya que ha participado en varias de sus producciones ‘Todo sobre mi madre’ y ‘La piel que habito’, habló sobre la importancia del trabajo actoral junto a la dirección.
Su carrera inició en el teatro en 1961 durante la época de la dictadura de Francisco Franco, cuando según cuenta, “se creía en España que ser actor o actriz era dedicarse al mundo de la perdición, cuando se creía que los actores eran maricas y las actrices prostitutas”. Sin embargo, la dedicación y el talento la llevaron a la televisión y finalmente al séptimo arte.
“El cine me hizo abandonar mi primer amor, el teatro. En mis primeros años de carrera el cine fue para mí como un amor no correspondido. Me ofrecían papeles que no me convencían, pero gracias a la Movida Madrileña (movimiento contracultural que nació en la transición de la dictadura a la democracia en los años 80), surgieron grandes directores como Pedro Almodóvar y llegaron muchas oportunidades para los actores en España”, relata la actriz.
Ha trabajado con distintos directores, lo que más recuerda de algunos es que “el actor necesita muchas veces algo que lo haga sentir menos inseguro”, pero la otra cara del asunto es cuando los actores llegan cargados de expectativa. “Esto ocurre mucho en las películas de Almodóvar, es lo peor que les puede suceder. Lo que él busca es que la actriz se entregue, finalmente ese es su trabajo”, expresa Paredes.
Y agrega: “No soy directora y no me interesa serlo, pero muchas cosas de mi vida, cosas mías, las aporto a mis personajes”, comentó quien entre 2000 y 2003 estuvo frente a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Luis José Galvis Díaz, coordinador de encuentros académicos del Fics 2016, afirmó que aunque las películas de inauguración y clausura fueron las programaciones más acogidas por parte del público bumangués, “esperábamos más afluencia en el festival, ya que el público especializado, como realizadores audiovisuales y estudiantes, fueron los que más ausencias tuvieron en las actividades académicas”.

Mensaje social para el fin del conflicto armado
Uno de los casos que se expuso en el Fics y que logró reunir el hecho de no renunciar a los deseos y tener una historia apropiada, fue el del equipo de la cinta colombiana ‘Pasos de héroe’. Esta película llegará a las salas de cine nacionales el próximo 22 de septiembre, sin embargo, tuvo su lanzamiento en la pasada edición del festival santandereano.
En ella se cuenta la historia de Eduardo, un niño de diez años que está en condición de discapacidad tras perder una pierna a causa de una mina antipersona y que aspira con ser jugador de fútbol y ganar un torneo en su pueblo. Se convirtió en el primer filme colombiano que contó con un reparto de personas que en la vida real estaban en esta condición.
“Ese fue uno de los principales retos. Queremos enviar un mensaje social para el fin del conflicto armado, una guerra que ha dejado miles de víctimas y quisimos hacer una reflexión desde el cine”, comentó el director colombiano Henry Rincón, quien con ‘Pasos de héroe’ cumplió su ilusión de dirigir una película.
Es por esto que el Fics también quiso incentivar la formación de estudiantes de colegios públicos de Bucaramanga y su área metropolitana para que generaran amor por el cine. Ese fue uno de los tres ejes fundamentales en los que se enfocó el evento. Los otros dos fueron los espacios académicos y la proyección de películas de talla nacional e internacional.
Todo esto estuvo a cargo del cineasta colombiano Sergio Cabrera, quien se ha destacado como director, guionista, productor, camarógrafo y director de fotografía. Son más de cuarenta años de experiencia en los que las ganas de contar historias le mantienen la pasión por el arte.
“Es difícil hacer cine si uno no tiene una fuerte dosis de optimismo, por eso considero que durante toda mi carrera he sido muy soñador”, dijo Cabrera, presidente del Festival Internacional de Cine de Santander.
Por Alejandra Bretón McCormick
abreton@unab.edu.co
También te puede interesar: El retorno de Jason Bourne
[…] Escribir y soñar, retos para realizadores audiovisuales de la región […]