Por John Jairo Jaimes* / jjaimes561@unab.edu.co

Rodrigo Londoño Echeverri (Tebaida, Quindío, 1959), quien fue conocido con el alias de ‘Timoleón Jiménez’ o ‘Timochenko’, no es un hombre carismático, al menos no vestido de civil. El tercero y último líder de una de las guerrillas más antiguas del mundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y abanderado de su desmovilización, anda entre la gente, responde preguntas en foros y atiende a ciudadanos el común con un rostro adusto y con una risa nerviosa que parece un tic. Es, según sus propias palabras, una de las cosas buenas que e dejó el largo y trasegado proceso de paz.

Londoño Echeverri ya no luce la característica y pulcra barba que llevó desde que dejó el uniforme de combate. Afeitado al ras, pero con un bigote espeso y un peinado impecable, como si acabase de salir de la peluquería, el presidente del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común puede pasar desapercibido cuando camina por los andenes de las ciudades colombianas. Del jefe militar sólo queda el remoquete con el que firma y las decenas de historias de guerra que han servido para construir la memoria histórica del conflicto, y que él espera que
“jamás se repitan”.

Estuvo en Bucaramanga, invitado por la Gobernación de Santander, en el conversatorio: “De la guerra a la paz: la apuesta del partido Farc”, como parte de la programación académica y cultural de la Semana por la Paz 2019. Londoño Echeverri atendió a los medios de comunicación y acto seguido dedicó unos minutos a Periódico 15.

Hoy es 16 de septiembre de 2019. Diez años atrás, el 16 de septiembre de 2009, ¿cómo era la rutina, el día a día de Timochenko?

Uy, ¡tantas cosas se vienen a la cabeza! Pero hace diez años estábamos pensando en la guerra, en cómo salir adelante. Pero aislado de la gente. Diez años después, hoy y aquí estamos viendo cómo construimos paz, y cómo la construimos con la gente.

Ha pasado de cuidarse de bombardeos y de ocultarse, a esto que se ve hoy: la gente que setoma fotos con usted, la gente que quiere saber de usted. ¿Cómo ha sentido Rodrigo Londoño el paso de la clandestinidad a la vida pública?

Muy bien, porque estas cosas lo nutren a uno espiritualmente. Ver la gente cómo lo acoge a uno, ver cómo incluso a veces le hacen homenajes inmerecidos a uno, reconocimientos que no son de uno, porque este proceso es fruto de todo un colectivo, y es fruto de un pueblo, porque nosotros transitamos por todos estos caminos y logramos lo que logramos fue porque había un pueblo a la expectativa y un pueblo, además, pidiendo a gritos la paz.

Usted ha dicho que no son muchas, pero ¿cómo afronta Rodrigo Londoño esas situaciones incómodas a las que se puede ver expuesto desde su aparición en la vida pública, teniendo en cuenta su historial yla memoria colectiva del colombiano?

Con mucha tranquilidad. No sé si también la guerra lo habrá formado a uno para eso, porque también se vivían situaciones tensionantes a cada rato, situaciones difíciles, momentos complejos. Y tal vez ya está uno preparado para esos momentos. Porque yo he logrado mantener la calma, he logrado no dejarme caer en provocaciones y pues me siento bien, porque es esa interrelación con el ser humano, sobre todo con los seres humanos que uno no conoce, y resulta que todo ser humano tiene su historia, y todas son historias de vida. Todo eso lo alimenta a uno y le permite afrontar estas situaciones, así como lo vio hoy aquí.

El periodista Juan Carlos Ordóñez y el presidente del partido Farc, Rodrigo Londoño. / FOTO LUIS ÁLVARO RODRÍGUEZ BARRERA

Es imposible tenerlo aquí y no hablar sobre política. Hace unos días el expresidente Juan Manuel Santos estuvo en la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro 2019, y en su charla y aceptó públicamente lo del plebiscito…

¿Qué dijo él aquí?

Reconoció que había sido un error.

Ah bueno, si quiera lo dijo. ¿Pero no dijo que nosotros se lo advertimos?

No lo dijo, pero al respecto quiero saber la percepción de la otra parte, la de ustedes en la mesa de negociación, ¿cuál fue su posición en La Habana referente a la refrendación por medio de un plebiscito?

Nosotros siempre dijimos que no estábamos de acuerdo, pero eso fue una decisión soberana de él como presidente. Nosotros nos opusimos hasta la última hora. Nosotros le dijimos: no presidente, eso no. Además de que no era necesario, no era obligatorio, se habría podido incluso buscar otros caminos menos arriesgados. El problema ahí fue un problema de orgullo político de él, él creía que con el plebiscito él iba a derrotar a (Álvaro) Uribe (Vélez). Y ese es todo el cuento.

¿Ustedes le temían al plebiscito?

No, pero no se había hecho campaña y a nosotros no nos dejaron hacer campaña. Y el gobierno no hizo pedagogía, es que si el gobierno hubiera hecho pedagogía del acuerdo… Mire, hoy todavía estamos, a cuántos años estamos ya de haber firmado el acuerdo y todavía hay gente que lo desconoce.

¿Cuáles fue su lectura de las razones por las cuáles el plebiscito no pasó?

Porque se desinformó. Porque los del ‘Sí’ sí hicieron campaña. Por ejemplo, estuve en un sitio, una finca campestre a la que me llevaron en Cartagena a una reunión. Entonces hicimos lo que siempre hacemos: reunir la gente, a los empleados, a decirles quiénes somos y qué hacemos. Les decimos: nosotros somos esto, esto, y estamos en esto. Y la gente, dentro de las cosas que nos contó, nos dijo: oiga, aprovechamos y les pedimos disculpas. Nosotros votamos por el ‘No’, porque a nosotros nos convencieron de que si ganaba el ‘Sí’ íbamos a perder el trabajo. ¡Y quién va a querer perder el trabajo en semejante situación en la que
se vive en Colombia!

¿Cómo le gustaría ser recordado?

Yo no pienso en eso (risas).

Le doy unos nombres y usted los define en una frase o palabra.

No, no…

Pedro Antonio Marín Marín, alias ‘Manuel Marulanda’.

Guia conductor, ejemplo a seguir.

Juvenal Ovidio Palmera Pineda, alias ‘Simón Trinidad’.

La dignidad hecha hombre.

Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’.

Un iluso que nos traicionó.


Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’.

Póngale lo mismo: “Un iluso que nos traicionó”.

Juan Manuel Santos Calderón

Un oligarca que se la jugó por la paz.

Álvaro Uribe Vélez

Víctima de sus propios miedos.

*Docente del programa de Comunicación Social de la Unab.

Universidad Autónoma de Bucaramanga