Por Naylen Sohedmy Saavedra nsaavedra287@unab.edu.co

Mediante la música las personas pueden transmitir sus sentimientos, pensamientos y emociones cotidianas, y las hermanas Plata lo hacen a través de sus obras. Ellas buscan plasmar sus vivencias en piezas musicales para lograr que quienes las escuchen, vibren y se conecten con sus composiciones. Pese a tener estilos musicales y personalidades distintas, esto las convierte en un equipo equilibrado que se mueve entre la serenidad y la pasión a flor de piel.

María Cristina Plata (34 años) es la mayor de las hermanas. Es serena, tranquila e introvertida. Sus canciones abordan el folclor y el amor hacia la música tradicional colombiana es evidente al escuchar cada una de sus canciones. Y, por otra parte, María Alejandra Plata, conocida como Lunalé (27 años), se caracteriza por su espontaneidad y alegría. Es apasionada y extrovertida, le gusta aprender para crear sus composiciones. Ha explorado géneros como el R&B, el pop alternativo y el jazz.

Crecieron en un ambiente musical. Sus padres siempre se sintieron atraídos por la música y en sus tiempos libres realizaban actividades en donde pudieran incluirla. Desde pequeñas, se robaban la atención de todos sus familiares por el talento y las ganas que le ponían a cada pequeño acto que hacían en estas reuniones.

María Cristina y su fiel compañera, la guitarra

Lleva más de 15 años en la música de forma profesional, pero su historia con el arte empezó desde que estaba en el vientre de su mamá, “siempre le ponía música y le hablaba de los artistas. Le decía que si no le gustaba lo que escuchaba que me diera una patadita y de esa forma lo hacía”, expresa María Isabel Morantes, madre de las artista.

Lunalé se graduó como maestra en Artes Audiovisuales de la Unab, pero su pasión por la música la llevó a convertirse en compositora y cantante al igual que su hermana, María Cristina Plata. / FOTO SUMINISTRADA

María Cristina ha estado formándose en la música toda la vida. Su conexión con el folclor colombiano se desarrolló desde temprana edad, el amor por la música andina ha persistido a través de los años.

La guitarra se convirtió en su fiel compañera desde que tenía 10 años y es en ese momento cuando empieza a escribir sus primeras canciones. También inicia en los coros de su escuela y en las festividades que se le presentaban en el camino. “Desde pequeña, todas las oportunidades que me llegaban las aprovechaba con mucho
amor”, argumenta la cantante.

Inició sus estudios universitarios en psicología, pero en segundo semestre se retiró y optó por estudiar lo que más ama hacer en la vida, la música. La cantante, guitarrista y arreglista se graduó como maestra de Música con énfasis en música popular en la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Unab). “En la universidad inicié uno de los proyectos más lindos de mi carrera, “Trapiche Molé”, como ella recuerda, grupo que pasó de tocar en el edificio N de la Unab a recibir uno de los premios más importantes de la música colombiana, el gran Mono Núñez, en junio de 2010, en la modalidad vocal.

Fue uno de los momentos más lindos de su carrera. “Casi me muero de la emoción, no lo esperábamos. Mi familia siempre fue muy nombrada en el festival y yo no pensé que pasaría, fue muy emocionante”, recuerda.

El grupo estaba conformado por tres músicos: Paola Arias, la primera voz; César Andrés Castro, en el tiple, y María Cristina en la guitarra y la segunda voz. Desde los inicios de este trío obtuvo varios reconocimientos como el primer puesto en festival Hermanos Martínez, de Floridablanca, y en el veintisieteavo concurso Nacional de Duetos Hermanos Moncada, en Armenia.

María Cristina también ha sido productora y arreglista de todos sus trabajos discográficos. Y en su carrera musical ha recopilado importantes logros como el premio a mejor showcase del Bogotá Music Market y más de 19 premios nacionales. Su voz la ha llevado a lugares como Europa, Cuba, México y Brasil, representando siempre la música tradicional colombiana. Actualmente, cuenta con tres discos en solitario.

Su primer disco, “Todas las flores”, fue publicado en 2014 y cuenta con 11 canciones. Su hermana María Alejandra hizo parte de la composición de este álbum. Con este proyecto logró estar dos veces en el número 1 del top 20 de la Radio Nacional de Colombia. Su segundo disco, “Después de todo”, fue lanzado en el 2017 y tiene ocho canciones en acústico. El nombre de este proyecto está inspirado en el poema y libro de la escritora colombiana Piedad Bonnett, “Después de todo”. Finalmente, su tercer trabajo discográfico, “Como el mar”, fue publicado este año y contiene 9 canciones.

Ella busca conectar con las personas a través de su voz y transportarlos a nuevos lugares con la música, a lo que añade que “trabajar con el folclor ha sido muy importante para mí es poder resaltar la cultura de mi país, eso es lo que quiero hacer con mi música siempre”. El amor por la música andina seguirá haciendo parte de sus futuras composiciones.

Lunalé también es Maestra en Artes Audiovisuales de la Unab, una carrera que ella considera tiene muchas cosas en común con la música. / FOTO SUMINISTRADA


Pasión, entrega y disciplina: Lunalé

María Alejandra Plata, más conocida Lunalé, es la menor de las dos hermanas. Desde niña expresó su amor por el arte. Su influencia musical se debía principalmentepor su hermana María Cristina. Cuando nació, su hermana tenía ochos años y ya estaba empezando su camino musical.

María Isabel Morante, su mamá, cuenta que Lunalé inició en la música porque veía cómo su hermana mayor cantaba en las reuniones familiares, y eso le causaba admiración por María Cristina. Añade que “ella nos sentaba a todos en la sala y nos decía voy a cantar y todos nos quedábamos callados y atentos escuchándola”.

Aprendió a tocar la guitarra a los 13 años y a los 15 creó sus primeras composiciones. En sus letras solía plasmar sus vivencias, lo que podía percibir a su alrededor y en especial, dedicaba sus letras al amor. “A mí el amor me mueve demasiado, creo que el amor nos cambia todas las perspectivas, nos cambia el día, el clima, todo. Al igual que cuando uno está entusado, ahí todo parece una desdicha”, explica la artista.

Su nombre artístico nace de la conexión que siente con la luna.
La cantante se siente representada e identificada en los brillos de romanticismo y amor de este astro. Por otro lado, el “lé” es la forma en la que ella conecta su nombre de pila, Alejandra, con la luna. Para ella “Lunalé” representa todo lo que quiere transmitir con su música, el amor.

Sus estudios universitarios también los realizó en la Unab; sin embargo, no estudió música como su hermana. Se graduó como Maestra en Artes audiovisuales. “Esa carrera me parece muy cercana a la música. Pensé en estudiar esta carrera para hacerle videoclips a otros músicos y esto me iba a tener muy conectada con la música”, asegura.

Este es el último disco de Lunalé, titulado “De fuego”, que también se puede descargar de distintas plataformas digitales. / IMAGEN TOMADA DE INTERNET

Su primer disco fue “La pena de estar sin ti”, publicado en el 2019. El proyecto nace después de que la compositora decidiera renunciar a un antiguo trabajo en donde se encargaba de la producción administrativa de un canal de televisión bogotano, en el que “siempre estaba cantando y por eso mis compañeros me preguntaban el porqué trabajaba en eso y no en la música. Ahí tomé la decisión de darme la oportunidad con mi pasión y regresé a Bucaramanga”.

Este álbum musical contiene ocho canciones bajo su composición. “Este disco fue muy especial. Allí transformé en canciones toda esa tusa que pasamos en el desamor y al final se convirtió en luz. “La pena de estar sin ti”, se convirtió en eso, en cómo la oscuridad se puede convertir en luz”, expresa con nostalgia Lunalé.

Actualmente, se encuentra trabajando en su segundo álbum que ya tiene dos canciones en las plataformas digitales: “Cientochenta” y “De fuego”.

En este segundo disco trabaja en canciones con otras temáticas fuera del amor y el desamor. Por ejemplo, “De fuego” es una composición que habla sobre el poder de la mujer, ella quería hablar sobre la fuerza que tiene el feminismo en la sociedad, pues como explica, “es bueno explorar otras temáticas que muchas personas desean y necesitan escuchar”.

En 2020, la cantante tenía planeado realizar un gira por Colombia y México (Ciudad de México, Puebla y Guadalajara), pero debido al covid-19 no la pudo realizar. Por ahora, se encuentra realizando shows en algunas ciudades del país como Bucaramanga, Medellín y Bogotá.


Amor y respeto une a las hermanas Plata

Portada del disco “Todas las flores”, de María Cristina Plata. Disponible en plataformas digitales. / IMAGEN TOMADA DE INTERNET

La admiración que se tienen una por la otra la expresan constantemente. Para Lunalé su hermana es un pilar importante. Con ella “tenemos una relación divina, creo que mi hermana es la persona que más quiero en la vida”. Al igual que para María Cristina quien argumenta que “nos queremos mucho y nos apoyamos bastante, es una relación muy linda en donde las dos nos hemos logrado nutrir mutuamente”.

Las hermanas Plata también se buscan para ayudarse de la forma en que les sea posible. “Siempre nos apoyamos, pero no intervenimos en el proceso de cada una. Tratamos de respetar el camino y el estilo de cada una”, comenta maría Alejandra. Ella describe a su hermana como una mujer sabia, un ejemplo a seguir y talentosa. Y, por otro lado, maría Cristina la define como una mujer apasionada, disciplinada y divertida.

Estas dos hermanas con distintas personalidades son ejemplo de unión y disciplina. Desde pequeñas se han apoyado. maría Isabel describe a sus hijas así: “María Alejandra es muy espontánea, independiente y tierna. Y María Cristina es muy sensible, serena y amorosa”. La madre expresa que la unión entre sus dos hijas se basa en la admiración que se tienen entre ellas.

Universidad Autónoma de Bucaramanga