Hace 60 años, aproximadamente,en un terreno vacío solo habitaban dos familias en medio de una fincallamada “Santana”, lo que hoy día se conoce como Viveros de Provenza, uno de los barrios más pequeños de Bucaramanga que pertenece a la Comuna 10.

Tras los años, Viveros de Provenza ha avanzado como comunidad, ahora hay mucho más que solo dos familias e incluso, una junta de acción comunal, la cual ha permitido mediante procesos, legalizar el barrio en su totalidad.Actualmente, son alrededor de 500 personas de estrato 2 que están pasando por este conflicto de carácter ambiental, situación que a diario les causa temor y los angustia.

Desde que empezaron a llegar hace más de 50 años, diversas personas hicieron realidad el sueño de construir su casa propia y, asimismo, decidieron hacer una zona forestal que los uniera como comunidad y que cada hogar tuviera un árbol, una planta propia y algunos cultivos como café, aguacate y plátano.

Ahora luchan para que el lote en donde se encuentra este espacio verde, el cual contaba con aproximadamente 80 tipos de fauna y flora y que hoy solo queda una cifra mínima de ello, no quede en manos de las personas incorrectas que para ellos son: Mario León Bermúdez y Pablo Cáceres Rojas, quienes, según las denuncias de algunas familias, las cuales han elevado ante las autoridades, pretenden talar todos los árboles con el fin de edificar.

La comunidad se ha unido para proteger esta gran cantidad de árboles y cultivos que estas
mismas familias han sembrado, ya que el terreno no es apto para construir viviendas. / Foto
Tatiana Rodríguez Rodríguez

La presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio, Elsa Cáceres, quien lleva 12 años ejerciendo esta labor, acompañada de otros integrantes de la junta y de los residentes, explica que hace seis meses están lidiando para que sean escuchados ante los organismos pertinentes, que sean ellos quienes tomen el control sobre este terreno que quiere ser arrebatado de sus manos.

“Esta zona forestal es un pulmón para nosotros, ni la Gobernación, ni la Alcaldía y tampoco ninguna empresa ambiental han querido escucharnos para que se pongan al frente de este caso. Tenemos árboles que no queremos que sean talados, plantas de todo tipo y nadie nos quiere ayudar para que el terreno no sea loteado”, asegura Cáceres.

El terreno se estaría vendiendo ilegalmente
Elsa Cáceres y Miguel Antonio Jaimes afirman que Pablo Cáceres Rojas sería el responsable de esta situación, ya que la comunidad conoció que este pagó una condena por venta ilegal de lotes, y que a su vez, junto a su socio, Mario León Bermúdez, son los encargados de dar las órdenes para adelantar la tala. La redacción de Periódico 15 los buscó para conocer su opinión al respecto y se negaron a dar declaraciones sobre el tema.

Además, estas familias cuentan que existe un rumor de que los mencionados estarían vendiendo algunas áreas del lote por un valor de 10 millones de pesos, haciéndoles creer a posibles compradores que son los dueños del terreno.

En esta fotografía se aprecia el avance de la tala indiscriminada de árboles en el sector. Según un documento expedido por la Cdmb, el terreno no es apto para la construcción. El barrio Viveros de Provenza se ubica en la Comuna 10. / FOTO TATIANA RODRÍGUEZ

“Estos señores se han apropiado del espacio que, de hecho, pertenece al Conjunto Residencial Comultrasan,ni siquiera a nosotros mismos. Lo que queremos es que no maltraten a la naturaleza porque también son seres vivos que merecen respeto, nosotros estamos luchando por eso, porque nos duele y otra cosa muy grave es que Pablo Cáceres Rojas ha contratado a trabajadores para que a horas de la madrugada se corten árboles con hacha. Las cosas que están bien hechas no se hacen a esas horas”, afirmó Jaimes.

Hace tres meses habitaban ardillas, pero debido a las podas indiscriminadas se acabaron los cultivos de cacao y esta especie animal, junto a iguanas y pájaros, se alimentaban de ello.

Por Tatiana Rodrúiguez R.

irodriguez589@unab.edu.co



Universidad Autónoma de Bucaramanga