Dentro de la competencia oficial de ficción, la ganadora como mejor película fue Boi Neon (Toro neón) del director brasilero Gabriel Mascaro. La narración se ubica en el árido noreste de Brasil, y da cuenta de la vida de Iremar, un hombre joven quien organiza el lote de toros que se derribarán en las vaquejadas, una especie de competencias de coleo que se de- sarrollan en ese país, la diferencia es que estas se hacen de noche y al ambiente vaquero se le suman luces, baile y pinturas neón aplica- das sobre los toros. Galega, es una madre soltera, bailarina, mecánica y conductora del camión que transporta a los toros y que al mismo tiempo es el hogar de ella, Cacá, su hija, Iremar y Zé, ayudante en la lidia de los toros. Entre ellos cuatro se teje una relación de compañerismo, de camaradería, con los disgustos habituales propios de la convivencia habitual. Cacá, al estar entre adultos, adquiere una perspectiva de la vida más crítica, y se la pasa molestando y jugueteando con Zé, una suerte de Sancho Panza contemporáneo, que el patrón traslada a otro lugar inesperadamente, lo que les obliga a convivir con un nuevo y desconocido integrante.

El director plantea esta atmósfera ruda, y a unos personajes masculinos, latinos, precisamente para subvertirlos y cuestionar ciertos estereotipos, y que nada se dé por sentado. Iremar, el hábil vaquero, alberga el sueño de poder dedicarse por completo al diseño de ropa femenina. Galega, en su vida diurna deja de ser la chica sexy, y es una madre guerrera, que se encarga del camión sin perder su esencia femenina. Zé, un regordete vaquero debe sacudirse para no dejarse aplastar por las mofas que sufre a manos de Cacá, quien ve una figura paterna en Iremar, aunque este no tenga ninguna relación con su madre.
La imagen de esta película construye un mundo natural, algo sórdido, pero al mismo tiempo bello y original, la crudeza del destino de los personajes es aná- loga con la animalidad del mundo en el que les tocó vivir, el cual no los desdibuja del todo, sus sueños y expectativas están latentes en sus acciones, lejos de los estereotipos latinos de género.

En la competencia de Gemas, ganó Chronic del mexicano Michel Franco, una película que nace de la experiencia personal de la observación de la convalecencia de su abuela en manos de una enfermera, esto lo llevó a preguntarse sobre este tipo de personajes que en los últimos días de una persona se convierten en seres imprescindibles, incluso, llegan a entenderlo mejor de lo que lo pue- dan hacer sus propios familiares. Tim Roth, el actor británico (Four Rooms, Pulp Fiction, y la serie de televisión Lie to me) era jurado de la sección Certain Regard, del Festival de Cannes 2012, en donde gana la película Después de Lucia de Franco. El actor le pregunta al joven director sobre su próximo proyecto, este le comenta la idea de Chronic, pero le dice que se ro- dará en México y en español, Roth le propone que la ruede en Los Ángeles, y en inglés, y que le deje a él el rol protagónico. Franco ve la oportunidad de dirigir a Roth y accede.

La película construye una atmosfera intimista sobre la relación entre paciente y enfermero, David (Tim Roth) interpreta a un veterano enfermero, que a partir de una tragedia personal desarrolla una sensibilidad y una entrega decidida a su labor y su hacer como “cuidador” de pacientes crónicos, que va más allá y se convierte en un ser de su entera confianza “sabedor” de una sutil técnica para irrumpir de la manera más clamada en sus vidas y lograr comunicarse con ellos a partir de mínimos gestos, construyendo lazos de confianza y comprensión para estos sujetos en sus más difíciles momentos. Parte del premio incluye la promoción en Colombia, por lo que estará en salas en poco tiempo.

Por René Palomino Rodríguez* 
rpalomino@unab.edu.co

*Docente del Programa de Artes Audiovisuales de la UNAB.

 

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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