Girón se quedó sin parque

La obra que busca devolverle la vida al parque de Girón y beneficiar a más de 200 mil habitantes del municipio está dejando en una crisis económica a los vendedores que trabajan por su sustento en este espacio. Después de diez meses, los vendedores ambulantes sin respuesta o garantía alguna por parte de la Gobernación o la administración municipal, solo escuchan como con la mayor tranquilidad se dice en voz alta que "todo avanza correctamente".

Por Laura Camila Niño Pinto / lnino820@unab.edu.co

San Juan de Girón

(…)

Por sus calles empedradas

camina la multitud.

y al Señor de los Milagros

le piden por su salud.

Todos los antepasados

recuerdos nos han dejado,

historias, creencias y tradiciones

forman parte del pasado.

De generación en generación

sus mujeres laboriosas,

trabajan artesanías

y venden cosas hermosas.

-Bismarck Gómez de Sissa

Como en los tiempos en los que se le escribían poemas, es fácil seguir romantizando a San Juan de Girón. Caminar por sus calles empedradas; pasar la vista por cada casa blanca de paredes de tapia, de techos de bahareque y balcones de madera; nos llevan a la majestuosa Basílica Menor de los Señor de los Milagros, que descansa enfrente del parque principal e invita a contemplarla o a entrar para elevar una plegaria, hasta a quienes no somos religiosos.

Contemplar la vida sentado en una banca de madera, mientras llegan las palomas a descansar, ver el viento mover la copa de los árboles, al cielo cambiar y a todos los vendedores que le dan vida al parque. Comerse un helado o un raspado, embetunarse los zapatos, comprar artesanías y sentir que existir no es más que esa tarde sin preocupaciones. 

Pero mientras tanto, al palo del sol, se le quema la piel a doña María Luisa Cely, a quien el médico le dijo que tenía que cuidarse de un cáncer de piel y ella sin más remedio le respondió: “doctor, es que a mí no me queda de otra, yo trabajo en la calle y si no trabajo no como y no hay pa’ vivir”. Con su chaza de tintos, galletas, cigarrillos y minutos, doña María Luisa llega al parque desde las 7 de la mañana, se va a eso de las 5 y así ha logrado durante 26 años sacar adelante a sus dos hijos y empezar a pagar la cuota del lugar que compró en el barrio El Poblado ahí mismo en Girón. 

Doña Luisa cuenta que la cosa ahorita esta difícil. Que a sus 72 años ya se siente muy achacada. La llena de frustración que la administración de Girón no se preocupe de a mucho por los adultos mayores y que con la situación actual del parque las ventas han disminuido muchísimo. “Ya uno no se hace ni la mitad de lo que se hacía antes de que se pusieran a arreglar el parque, la gente ya no viene por acá y si vienen prefieren comprar en una tienda porque acá todo está acosado”.

Ella reconoce que arreglar el parque puede ser algo positivo a futuro, pero también expresa su miedo con los comentarios que corren sobre sacar a los vendedores ambulantes. Muchas veces la policía viene y los trata sin respeto alguno, como si ellos no fueran ciudadanos ni pagaran impuestos, me cuenta mientras vende un tinto. Ahora, cuando no la corren y le toca hacerse al lado de las telas de la construcción, doña María Luisa ubica su chaza bien pegada a la fachada de la iglesia. Se la pasa hablando con la gente que conoce después de años de trabajo, quienes la distraen de la preocupación constante sobre la duración de la obra o lo que les va a pasar a ella y sus compañerxs cuando terminen la remodelación.

El 22 de septiembre de 2022 iniciaron la remodelación del parque principal de Girón, que beneficiará a los más de 200 mil habitantes del municipio. Esta obra busca mejorar las vías, andenes, renovar el mobiliario, las redes hidrosanitarias, eléctricas e iluminación, renovando este emblema del pueblo patrimonio. También contará con rampas de acceso para población en condición de discapacidad y sistema de riego para las áreas verdes.

Y aunque el gobernador de Santander, Mauricio Aguilar Hurtado le expresó estas palabras motivadoras a la población: “Queremos contarles a las familias gironesas que este municipio patrimonio, específicamente su parque principal va a tener una remodelación en la que se invertirán más de 8.000 millones de pesos”, las personas se cuestionan si pensaron en cómo esto afectaría la economía local de decenas de familias, ya que no se brindaron garantías. 

“A uno le toca trabajar al sol y al agua y estas piedras lo van cansando a uno”, dice don Edward, cuando me habla de que ahora le toca hacer un recorrido diferente para ir al medio día y en la noche a la salida de los colegios, porque ahí en el parque donde siempre ha trabajado, las ventas están muy reducidas. “Ahora los visitantes no vienen con la misma frecuencia, los domingos ya esto no es lo mismo que se veía llenísimo, la gente a escaseado mucho”. 

Edward García Contreras trabaja en el parque desde 2006, cuando se vino de su tierra natal, Valledupar. Se levanta a las 5 de la mañana bien puntual para alcanzar a llevar su hijo de nueve años al colegio Eloy Valenzuela, ahí en Girón. Después se pone a organizar y preparar todo para vender sus mangos desde las siete de la mañana hasta las siete de la noche.

“Hay veces que la cosa se pone difícil, pero como dicen, Dios aprieta, pero no ahorca”. Por su parte, no culpa a nadie. Él cree que la economía en el país está difícil “para llevar el arroz a la casa”. Don Edward espera que con la remodelación del parque se aviven las ventas, que la gentecita se anime a venir y la cosa mejore para todxs.

En marzo de este año, se estimaba la remodelación iba avanzando en un 30% y según Jaime René Rodríguez, secretario de infraestructura de Santander, se tenía previsto entregar la obra 6 meses después. Faltando dos meses para la supuesta entrega, este proyecto es reflejo de la falta de organización y gestión en las obras públicas.

Esta obra cae en medio de una coyuntura política en el municipio. En cuatro años, los gironeses tuvieron seis alcaldes. Muchos ciudadanos perciben el proyecto como una forma de desviar la atención del caos, ya que se vienen las elecciones regionales y de autoridades locales, así buscan quedar bien con el pueblo.

“Todos los que trabajamos en el parque tenemos muchas necesidades, la mayoría son adultos mayores, somos mujeres cabeza de hogar, uno ve de más familiares, muchos tenemos discapacidades y será muy difícil que nos saquen de acá, yo guerreo como toque para quedarme en este parquecito que me ha dado para vivir”, afirma Nubia Patricia Carreño Barrera, cuando hablábamos de la ultima vez que los evacuaron a todos del parque y ella tuvo que pararse duro para que la dejaran trabajar, no se dejó sacar.

Nubia tiene 47 años y lleva 19 de vender en el parque. Antes de 2010, cuando la quemaron con ácido y quedó ciega, vendía mazorcas y chuzos, ahora vende jugo de mandarina y de naranja. Con el paso del tiempo se ha acoplado a su condición, lleva 36 cirugías, cree que aún le faltan más, pero ella quiere seguir luchando por su salud y por su trabajo.

Los martes, jueves y sábados ella, como la mayoría de vendedores, madruga a las dos de la mañana a conseguir los surtidos en Centroabastos. Los demás días se levanta a las cinco de la mañana, se toma su changua con tintico, se pone a lavar las mandarinas, las jarras, a limpiar su carro, exprime y monta todo para salir a vender a eso de las siete. 

Tiene cinco hijos que a pesar de que estaban muy chiquitos cuando la quemaron se convirtieron en su gran apoyo. Ellos también son vendedores en el parque. Y así subsisten entre todos. “La verdad yo no he recibido ningún apoyo del gobierno, ni un mercadito y ahora con lo del parque menos que se ven garantías”. En medio de la conversación la señora Nubia dice que la remodelación del parque puede reactivar el turismo, pero que lo que sí o sí necesitan ellos como vendedores es ser fuertes y no dejarse mover, porque si la obra busca beneficiar a todos los gironeses también los debe beneficiar a ellos, que son parte fundamental del atractivo, deben ver los frutos de esta remodelación.

Universidad Autónoma de Bucaramanga