¿Cómo observa desde San Sebastián el presente y el futuro del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, máxime si se tienen en cuenta los nexos que se dieron desde un comienzo entre la organización separatista Euzkadi Ta Askatasuna (ETA) y el ELN? ¿Es optimista de las negociaciones entre el ELN y el Gobierno colombiano?
No quisiera meterme en ese asunto. Somos muy respetuosos en ese sentido y no sé cuál será la estrategia del ELN. Lo que he visto en prensa es que sí tienen voluntad para abrir un diálogo y un cauce para crear otra nueva mesa. Ojalá sea así y en Colombia también el conflicto armado se cierre de manera real tanto con las FARC como con el ELN. Nosotros somos muy respetuosos y no nos sentimos capaces para decir lo que tienen que hacer.
Hay cálculos que dan que hay más de dos mil militantes de ETA que pululan por todo el mundo. El caso de Venezuela es muy significativo porque la primera remesa de miembros de ETA que llegaron a ese país lo hicieron en condición de deportados del Gobierno español por petición de Felipe González al presidente Carlos Andrés Pérez. Todos ellos llegaron en una situación de indefensión jurídica y llevan más de veinte años allá, porque arribaron en el primer gobierno de González que planteaba las expulsiones. Ahora España se molesta porque Venezuela no entrega a esos miembros de ETA cuando fue precisamente el que los llevó allá, por diferentes motivos o por estrategias que estaba aplicando en su momento. Entonces que España le plantee al proceso Bolivariano que los entregue, me parece un despropósito. Pero bueno, la cuestión es que el colectivo de refugiados que ha ido por motivación política y por el compromiso que ha adquirido con el pueblo vasco, ha hecho una reflexión interna como colectivo y está dispuesto a dar pasos para que este último proceso político, que queremos que sea de paz también, llegue a buen puerto y ellos desde su propia visión están planteando nuevas dinámicas y algunos están retornando también y declarando que es el momento del diálogo y de cerrar de una vez las consecuencias del conflicto. Es de reconocer el papel que está jugando el colectivo de refugiados para alcanzar este objetivo.
Cuando ha estado activa la lucha armada, sobre todo en los años ochenta y los noventa, pues sí se han hecho lecturas de ese tipo, pero esta es una decisión colectiva tanto de la propia organización armada como del colectivo de presos. El último comunicado que sacó el colectivo de presos instaba al reconocimiento del dolor causado. Es obvio que en cincuenta años de actividad armada todos los presos políticos vascos han adquirido su compromiso en esta lucha y no es una lucha individual sino colectiva, y como tal hay que hacer esa lectura colectiva. A la par hay que reconocer que con la actividad armada ha habido sangre, ha habido muertos y ha habido heridos. Ha habido un sufrimiento por parte de los dos bandos. El colectivo de presos vascos no tiene ningún inconveniente en decir: ‘sí, nosotros hemos generado dolor, pero también estamos dispuestos a dialogar y a reconocer esas víctimas. Lo que no vamos a hacer es delación de otros compañeros ni renegar de lo que hemos sido. No vamos a renegar porque eso sí ya sería rendirse ante todo’.
Entonces esa dignidad se mantiene como colectivo que ha sido agente activo de este conflicto que todavía no está resuelto, pero plantean soluciones reales en tiempos nuevos y las cuales hay que abordar. Lo que no es de recibo es que en el Estado español en los últimos cincuenta años el primer problema en la agenda haya sido el terrorismo de ETA, y cuando ETA da este paso unilateralmente ahora se jacten ellos y digan que eso ya lo hemos olvidado, esto ya lo hemos ganado y ahora que se pudran todos en la cárcel.
Hay que reconocer que ese tema ha estado ahí y lo que no se puede hacer es ignorar este nuevo tiempo en el que tenemos la posibilidad real de cerrar definitivamente este ciclo armado y que se den garantías por parte de ambos bandos de que no va a volver a suceder algo así.
ETA ha dicho que está dispuesta a hablar del tema del sufrimiento de las víctimas y de todo. De hecho ETA ha pedido perdón a todos aquellos que han sido víctimas inocentes de este conflicto, víctimas civiles a las cuales la propia organización armada reconoció que había causado ese sufrimiento y pidió perdón. Lo que pasa es que actualmente y por lo que ellos dicen en sus comunicados, ETA está dispuesta a hablar de las víctimas, pero tenemos por parte del Gobierno español que todavía niega la existencia de víctimas por ejemplo de los grupos parapoliciales como fueron los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación que actuaron con la anuencia de altos funcionarios). De hecho ahora mismo la sentencia del Tribunal Constitucional ha negado la ayuda económica a todas esas víctimas de lo que fue la violencia del Estado. Por parte de ellos hay un intento de mostrar esa diferencia entre víctimas de primera y víctimas de segunda, y en ese sentido la organización armada plantea: ‘hagamos un debate serio y reconozcamos que aquí no hay solo los ochocientos muertos de ETA’. Hay más de mil cuatrocientos muertos que son también los generados por los aparatos represivos del Estado y por las fuerzas parapoliciales que ha mantenido vigentes en los años ochenta, en los noventa y hasta hace poco en el 2000 hubo un desaparecido de ETA que apareció muerto en Francia. Todo eso alguien lo ha generado también, esos aparatos han estado ahí, han estado inactivos cuando al Estado no le convenía, pero se han activado también cuando les interesaba. Entonces hay que reconocer que las víctimas están en los dos bandos, el sufrimiento está en los dos bandos, y que la dispersión de los más de 550 presos en el Estado español y en el Estado francés genera un sufrimiento añadido a los familiares y un gasto económico y psicológico que repercute directamente en los familiares. Es un castigo añadido a los familiares y ahí hay sufrimiento y violencia. Todo eso hay que reconocerlo.
¿El punto más sensible es que los presos de ETA estén alejados de sus familias?
Lo digo claramente: yo soy militante de Sortu, comparto este proceso político que se ha puesto en marcha en el País Vasco y como trabajo en el área de América Latina, viajo allí para dar a conocer el nuevo escenario político que estamos viviendo en el País Vasco. No llevo más que mis tarjetas de presentación y mis fichas de los pasos que estamos dando en este proceso. Lo único que hago es tocar puertas, explicar el proceso político y aprovechar todas las entrevistas y espacios que se nos abran para dar a conocer en qué estamos en el País Vasco. Porque casualmente si antes el Estado español tenía toda una cobertura informativa para criminalizar y estigmatizar a la izquierda independentista vasca, desde que se dio la Declaración Internacional de San Sebastián de Aiete (octubre de 2011) la estrategia del Estado español es la del apagón informativo para que no se conozca nada de lo que está pasando acá. Y es ese apagón informativo que nosotros tenemos que superar y dar a conocer el proceso que se está dando acá.
No, mis manos no tienen sangre.
Enviado Especial
San Sebastián (Donostia)