¿Y si un día la guerra invade nuestras vidas? ¿Qué sucedería con aquello que vemos ahora mismo? ¿Cómo se afectaría nuestra cotidiana existencia? Podemos determinar un sinnúmero de hipótesis a estas preguntas, pero solo la historia y el futuro tendrían la última palabra. Sin embargo, existe la literatura y gracias a ella podemos soñar, ficcionalizar o fantasear lo que deseemos.
La escritora y ensayista danesa Janne Teller ha publicado este año un breve e inquietante libro llamado “Guerra ¿Y si te pasara a tí?”. Con algunos premios literarios en su historial, esta obra se lee de una sentada. Esto sucede no solo por la brevedad de sus páginas, sino por la fluidez de su narración y la desafiante historia que nos presenta.
Desde sus primeras publicaciones la autora se ha preocupado por adaptar la obra al contexto del país al que por el contrario, parece querer imitar los errores de una mala producción televisiva; el sonido es pésimo en algunos diálogos; el montaje recurre a soluciones fáciles para armar la historia como ralentizar y devolver la imagen, o el habitual “flashback”, o salto al pasado en la historia, cuando no se encuentra otra solución más creativa para solucionar los problemas narrativos.
El relato está cargado de clichés y lugares comunes: abusa de la música durante toda la película, y aún más en las escenas que pretende generar suspenso, el rostro femenino que al voltear es un es traducida. Por ejemplo cuando la editorial Seix Barral la publicó en Colombia la novela fue adaptada a nuestra realidad, entonces lo que encontramos en ella son espacios de nuestro territorio nacional como Bogotá, Villavicencio, Mompox, entre otros.
En sus páginas la autora responde, con la libertad de su imaginación, a las preguntas que ya nos hemos planteado. Ella presenta un mundo, el nuestro, donde los pueblos han aceptado que la única manera de solucionar sus desacuerdos es la destrucción y la muerte. No solo se trata de ver la violencia y la barbarie por televisión o de leerlas en un periódico.
Se trata de imaginar que la crueldad nos visita a todos sin excepción de estrato, de ideología política, de raza o de género.
En Guerra los unos huyen de los otros. Los unos y los otros secuestran, asesinan, violan y son desplazados. En el mundo literario que presenta Teller nadie puede decir que no ha vivido y sufrido la guerra. Los del centro huyen hacia el Norte con el objetivo de buscar un mejor porvenir para sus familias. El país ya no está centralizado; la capital ha perdido todo poder político, económico y social sobre el resto de las regiones. En la capital los hombres dejaron de ser compasivos y, por eso, muchos desean volver a zonas rurales donde aún queda algo de humanidad.
Podríamos pensar que la obra solo representa una visión apocalíptica del ser humano. Podríamos decir que el relato no tiene los elementos poéticos y narrativos necesarios para ser considerado una obra maestra de la literatura contemporánea. No obstante, no deja de ser inquietante y lamentable aceptar que el límite entre nuestra realidad y la ficción de Teller es imperceptible.
Cuando terminamos de leer la obra algo en nuestras entrañas queda conmovido. No es fácil determinar si es el corazón, la razón o el alma; pero la incertidumbre surge y los miedos circundan nuestros pensamientos. Todo porque, quienes observamos con atención lo que pasa en este planeta, sabemos que los humanos somos el cuerpo de la muerte, el corazón del odio y la razón de la venganza.
Podría pensarse que Teller no solo nos invita a reflexionar sobre nuestro presente sino también a reconocer nuestros oscuros instintos. Nada tan certero como la frase de Plauto en su Asinaria y popularizada por Hobbes: Homo homini lupus, es decir “El hombre es un lobo para el hombre”.
Por Julián Mauricio Pérez G.
jperez135@unab.edu.co
*Docente del Programa de literatura virtual de la UNAB.