MUJERES: siempre adelante y ni una más


En Colombia se cree que las mujeres de Santander son arrechas o, para las personas de otras regiones, bravas. ¿Esto es parecido con la realidad o es mera labia barata?

Por: Brayan Castellanos Rodríguez / bcastellanos823@unab.edu.co y Yerklin Moreno Galvis / ymoreno522@unab.edu.co

Por estas fechas, se acostumbra a darle un trato especial a la mujer. Chocolates, flores, peluches, invitaciones a restaurantes costosos y tarjetas con decorativos de corazones; es lo que usualmente reciben una vez al año por parte de los manes. Pero, ¿debería ser un día para festejar cuando en el país se registraron 612 feminicidios solo en 2022?

Durante todo marzo, le contaremos por qué el 8 de marzo es conmemorativo y no una celebración, para que no la termine cagando cuando salude a su amiga, pareja o familiar y piense en decirle un pendejo: feliz día.

Homenaje a María Fernanda, Luz Helena, Angie Paola, Manuela, Arly, Yuliana, Karina y a todas las mujeres cuyas vidas merecen ser recordadas más allá de los relatos archivados en la Fiscalía. Que sus historias no se reduzcan a ser un feminicidio más. Hacemos memoria con sus recuerdos. Ellas, para nosotres, aún viven.
El 27 de julio de 1993 en Piedecuesta, Santander, tierra de tabaco, nació una de las mejores futbolistas colombianas, Hazleydi Yoreli Rincón Torres. A esta crack, dentro y fuera de las canchas, le agradecerán las nuevas futbolistas femeninas, por tantas batallas dadas.
Ninguna universidad está exenta de contar con acosadores y abusadores dentro de sus aulas. No hay que esperar que la bomba atómica del constante rumor verificado explote en nuestras caras. ¿Cuántas denuncias más son necesarias para que las instituciones se den cuenta que ya no es rentable hacerse los de la vista gorda?
Aunque desearíamos que ninguna mujer en Santander y el país tuviera que hacer uso de rutas de atención. En resistencia a las violencias, hemos construido un recorrido de información sobre entidades en la región a las que cualquiera podría acudir en caso de sufrir violencia física, psicológica, económica y sexual.
Acá decimos: queremos un país más “marica” y menos machista. Este es el manifiesto del amor de las mujeres que resisten, son críticas, contestonas y se paran fuerte así estén hartas.
Parir en Colombia no tiene humanidad. Aunque la ley garantiza los derechos de la mujer, al momento de dar a luz, estos se quedan en el papel. Aquellas que no tienen un servicio complementario están condenadas a vivir el maltrato de un personal de salud que trabaja con las uñas. En Santander se vuelve arrecho parir con dignidad, pues se piensa en el bebé, en la comodidad de los médicos y, en último lugar, en la madre.
Universidad Autónoma de Bucaramanga