Por: texto de María Angélica Uribe / muribe258@unab.edu.co Fotos de Leonardo Rey Massey
Ya van dos años desde el estallido social del 2021, fecha en la que miles de colombianos salieron a protestar en contra de las políticas del gobierno de Iván Duque. Pero, ¿se puede homenajear esta fecha si todavía hay demandas sin resolver? ¿Deberíamos conmemorarla o más bien hacer un llamado para seguir luchando por los derechos y por todas las solicitudes que quedaron pendientes?
La reforma tributaria que el Gobierno de Iván Duque presentó, o como él le denominó “Ley de solidaridad sostenible”, dio paso a las movilizaciones. Existen dos versiones, unos afirman que se dio debido a que esta incluía medidas que afectaban a la clase media, como el aumento de impuestos, incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la afectación de servicios públicos básicos. Por otro lado, otros aseguran que la reforma era necesaria y que el verdadero problema fue de comunicación. Al final esto es Colombia, el país del Sagrado Corazón y no hay mucha lógica, pero sí consecuencias.
Ahora nos ubicamos en Bucaramanga, la Ciudad Bonita y hay que decir: ¿qué es más santandereano que la hormiga culona, el Cañón del Chicamocha y la arepa de maíz pelado? Pues el coraje comunero. Hace dos años se encontraban en las calles maestros, estudiantes, agricultores, trabajadores… Todos uniendo sus voces en un coro de protesta. Tuve la oportunidad de hablar con uno de los manifestantes que nos solicitó mantener su nombre en anonimato. Por motivos de seguridad, lo llamaremos “Eduardo Mantilla”.
Nuestro entrevistado comentó: “Sí, se alcanzaron a lograr los objetivos, pero no todos. Sin embargo, el proceso repercutió y llegó a reflejarse en las urnas, lástima por nuestros compañeros de causa que no pudieron ver el resultado”. A dos años del estallido social, aunque se han observado algunas mejoras con el nuevo gobierno, todavía queda por alcanzar una verdadera participación popular en la política y en la toma de decisiones. A pesar de que se reportaron víctimas mortales entre los 17 y 26 años, en Bucaramanga no hubo un registro oficial de estas muertes. Sin embargo, sí se reportaron once desaparecidos en el departamento.

Eduardo también comentó que este año realizaron movilizaciones en memoria a ese 28 de abril del 2021. Afirmó: “El 27 repartimos panfletos y se realizaron grafitis para anunciar a los ciudadanos que al día siguiente se participaría en la marcha, no hubo muertos. Después de todo lo qué pasó llegó Cárdenas a dar su postura”. El alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, en su cuenta de Twitter publicó: “No permitiremos vandalismo y terrorismo en nuestra ciudad. Pedí a la Policía de Bucaramanga acompañar la protesta pacífica, pero si pretenden dañar bienes públicos deben intervenir. Absurdo ‘conmemorar 2 años del estallido popular’ promoviendo la violencia y poniendo en riesgo vidas”.
En cuanto a los gastos económicos, después de dos años aún no se dispone de una cifra precisa sobre cuánto le costó a la ciudad. Mantilla menciona: “saber cuánto le costó a la ciudad es complejo porque se utilizaron los daños en las estaciones de Metrolínea para cubrir movimientos corruptos, no es posible que por un vidrio cobrarán más de 20 millones”. La corrupción se ha institucionalizado incluso en nuestras prácticas cotidianas. En otras palabras, el vivo vive del bobo. Por eso, es hora de dejar de tragar entero, y como sociedad saber unirnos y exigir un cambio real, no solo en las calles sino en las urnas. Esto sería una huella importantísima que no debe borrarse y que honra el #EstallidoSocial2021.