El Paseo del Comercio en Bucaramanga es el sector que comprende la calle 35 entre carreras 12 y 19, desde la Plaza Cívica Luis Carlos Galán Sarmiento hasta el Parque Santander. Este espacio es conocido por ser una calle peatonal y comercial, pero sobre todo por concentrar desde el gobierno de Alberto Montoya Puyana (1988 – 1990) grupos de vendedores ambulantes, que ofrecen desde frutas, ropa, productos de belleza, accesorios y más, sin respetar los andenes y las entradas de los locales que sí pagan impuestos.
A este corredor se le invirtieron hace menos de un año 5.100 millones de pesos para la recuperación y mejoramiento y además, a causa del deterioro que presentaban, en marzo, se retiraron 19 de las 20 hormigas que se habían ubicado 29 de octubre de 2015 a lo largo de la calle. Su fin era embellecer el corredor y en ello se habían invertido 158 millones. A pesar de esto, esta zona que hace parte del área que la Alcaldía y Tránsito de Bucaramanga delimitaron para el ‘pico y placa’ zonal “en procura de un nuevo centro, próspero y sostenible”, en el que se prioriza el tránsito del peatón, no toma forma.

La raíz de que este lugar se haya querido recuperar en reiteradas ocasiones y solo se dieran “paños de agua tibia”, es debido a que Bucaramanga se encuentra entre una de las ciudades con mayor empleo informal en el país creciendo en número cada vez más. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), durante el trimestre móvil diciembre 2016 – febrero 2017, el 54,8 % de los trabajadores de la ciudad, fueron informales.
En la alcaldía de Fernando Vargas Mendoza (a quien la Procuraduría destituyó e inhabilitó por 11 años por irregularidades contractuales presentadas en la construcción de la Fase I del Parque Integral Metropolitano de Bucaramanga), se redoblaron los operativos de control y el alcalde dialogó con los vendedores para llegar a un acuerdo. Finalmente, les dieron locales que pertenecían al municipio en el Centro Comercial San Andresito y en el Centro Comercial Feghali a los vendedores ambulantes que estaban inscritos en la Defensoría del Espacio Público, y que manifestaran querer acogerse al plan de reubicación, con el fin de recuperar parte del centro, entre ello, la calle 35.
Según el concejal René Rodrigo Garzón Martínez, quien fue secretario del Interior en la administración de Luis Francisco Bohórquez Pedraza, cuando él asumió el cargo en el 2012 y empezó a trabajar en el problema del comercio informal había aproximadamente 2.500 vendedores ambulantes en la ciudad y un porcentaje de estos estaban concentrados en el Paseo del Comercio.
El concejal Garzón afirma que “hoy en día está proliferando el trabajo informal y para corregir eso, toca crear una oferta institucional mucho más llamativa. Se puede mirar un amueblamiento urbano en los parques, en algunas canchas o sectores específicos en la ciudad que sean coordinados y controlados por la administración municipal”, y agrega: “Se puede pensar, por ejemplo, en los mercadillos populares, los ‘madrugones’, los ‘trasnochones’, que a las dos o tres de la mañana haya movimiento en el Paseo del Comercio o de igual manera a las 10 o 11 de la noche cuando no interfiera con los locales”.
Julián Constantino Carvajal Miranda, director de la Defensoría del Espacio Público, explicó cómo se está planteando el proyecto de reestructuración del espacio público, el cual aún no se ha estructurado. La propuesta tiene como propósito incluir a más de mil vendedores ambulantes que hay en Bucaramanga.
“Las instituciones del municipio estamos dispuestas a tomarnos el espacio público y aprovecharlo de buena manera, ocupar estos lugares con arte y deporte”, manifestó Carvajal Miranda.
Ramiro Amaya Quintero, dedicado a la comercialización ambulante de empanadas, dijo que el principal factor de esta invasión pública ha sido la falta de apoyo de la administración municipal. “No hay el respaldo del estado para los trabajadores como uno, porque si el gobierno no nos responde justamente, pues saldremos a trabajar”, afirmó.
Las razones por las cuales se ha querido recuperar esta zona es porque la gente no puede transitar libremente por esta calle a pesar de ser un corredor peatonal, también para reducir la inseguridad y evitar el deterioro, pero también porque esta actividad afecta de manera directa a las comerciantes que trabajan formalmente en locales. Diego Fernando Quintero, proveedor de productos electrónicos del centro comercial Pasaje Cadena, aseguró que “las ventas informales en la calle nos afectan, porque mientras nosotros pagamos impuestos y arriendos, ellos no tienen ese gasto y venden los productos a menor precio”.

Garzón Martínez habla de que mientras él estuvo en el proyecto de recuperación del espacio público, el Paseo del Comercio se pudo recuperar en un 85 % y que los comerciantes informales que quedaron, fue porque tenían algunos convenios previos con el departamento, como era el caso de los loteros o los vendedores de prensa.
“Mientras yo era Secretario del Interior, se hizo un análisis a conciencia de la problemática de los comerciantes informales. En ese momento, ninguno de los comerciantes ambulantes que instauraron tutelas por violación a derechos fundamentales, prosperó. Los jueces estuvieron de acuerdo con todo lo que la administración municipal propuso”, afirma el concejal. En esta administración se intentó de nuevo ubicar a los comerciantes informales en el Centro Comercial Feghali y además en el Centro Comercial San Bazar, pero a los tres meses abandonaron sus locales por falta de clientela.
Pero en el Paseo del Comercio, hay algo que va más allá que la simple invasión al espacio público. Garzón Martínez asegura que “alrededor de esta informalidad hay una mafia que utiliza a las personas menos favorecidas para poder utilizarlos pagándoles un dinero para que les vendan su mercancía, de contrabando, en las calles”.
Este tema ha sido uno de los que se ha tomado con menos importancia en la administración actual, pues desde que Rodolfo Hernández Suárez asumió la alcaldía se dio un aumento en el comercio informal, pero no se habían tomado cartas en el asunto. Hasta hace una semana, el alcalde hizo una reunión con los vendedores ambulantes donde se concluyó de que serían ellos quienes llevarían propuestas a la alcaldía para tratar de llegar a un acuerdo con el tema de invasión al espacio público.
El director de Fenalco Santander, Alejandro Almeyda Camargo, comenta que “lo primero que hay que hacer es ofrecerles a ellos soluciones de formalización, lo segundo, establecer lugares como San Bazar o Feghali, pero no solo dejándolos en un local y ya, sino capacitándolos, generando mercadeo y estableciendo planes estratégicos para que la gente vaya a comprar o la otra estrategia que ha funcionado a nivel mundial, son los llamados mercadillos donde se establecen horarios en los cuales la gente puede usar el espacio público, pero que estén carnetizados y que dejen el estado de la vía mejor de lo que lo encontraron”.
Actualmente no se sabe cuál va a ser el paso a seguir para resolver este problema, pero según los comerciantes del sector, en lo que va del año, no se ha realizado ningún operativo de desalojo.
Por Brahyand Arango Jaimes
barango@unab.edu.co