
Por Miguel Cantillo Mantilla
mcantillo@unab.edu.co
“Siempre adelante, ni un paso atrás”. Esa es la consigna que más fuerte se escucha cada vez que el Atlético Bucaramanga juega en el estadio ‘Alfonso López’. Miles de hinchas se unen en un solo grito para marcar el camino a los futbolistas, que ahora tienen la popular frase santandereana estampada en la camiseta que defienden.
Con nuevos uniformes y refuerzos provenientes de diferentes zonas del país, e incluso un par de extranjeros, el equipo buscará en 2020 el título que se le ha resistido por más de 70 años. Los aficionados saben que es una tarea difícil, pero esperan que los jugadores se comprometan con la institución y la región.
Con la misión de transmitir ese deseo a la plantilla, Jason Velandia Flórez empezó a trabajar en octubre del año pasado en la creación de la nueva indumentaria del Atlético Bucaramanga, su equipo de siempre, el que ha seguido por décadas y el que ha inspirado decenas de sus diseños, compartidos a través de las redes sociales.
“Quiero que cuando un jugador vea esa frase en la espalda de un compañero se motive para seguir. Que no dé balones por perdidos, que vaya hasta el último minuto y la corra toda”, dice Jason, a quien muchos identifican como @JasonVelandiaF, nombre bajo el cual empezó a publicar hace dos años las creaciones ideas que lo hicieron popular en Twitter. Tanto, como para que le dieran la oportunidad de debutar oficialmente en el mundo del diseño deportivo.
El nivel de su trabajo, cada vez más apreciado por los aficionados, hizo que a las típicas preguntas de inicio de temporada relacionadas con los refuerzos o el cuerpo técnico se sumara una nueva: ¿tendremos una camiseta de colección obligatoria?
“La verdad es que nunca había sentido tanta expectativa entre la gente por una camiseta del Bucaramanga. Me daba un poco de nervios saber que había tantos ojos puestos en mí, pero siempre tuve la conciencia tranquila, porque trabajé con mucho amor. Antes que nada, soy hincha y tengo impregnada esa pasión”, asegura el hombre de 31 años, que en algún momento soñó con ser jugador del equipo de su tierra.
De niño se imaginaba ocupando el lugar de grandes estrellas como Jesús ‘Kiko’ Barrios o el argentino Jorge Ramoa, figuras que vio pasar el ‘Alfonso López’ en los años 90 del siglo XX. Las actuaciones de este par lo inspiraron y lo siguen haciendo. Una icónica foto de los dos con el uniforme del 94 fue punto de referencia para el proceso creativo de la camiseta titular.
Como en aquella época, el cuello es tipo polo y el uniforme combina el amarillo y el blanco, color que predomina en la pantaloneta y las medias. “Siento que parte de la esencia del equipo es la elegancia y la sencillez, pero de un tiempo para acá se ha perdido un poco esa identidad. Un año salía la camiseta con bastones horizontales y luego se estrenaba otra con bastones verticales. Los grandes clubes cambian sus estilos, pero jamás su esencia”, opina el creador de la nueva piel del ‘Leopardo’.

Con su diseño retro, Jason pretendió sumarse a esta tendencia que cada vez toma más fuerza. Así ha podido evidenciar lo él con el seguimiento hecho a través de redes sociales a grandes marcas y creadores independientes. Aunque en la Tecnología en diseño gráfico en la Udes recibió las bases para diseñar, ha pulido su destreza gracias a la curiosidad que lo ha llevado a buscar referencias en la web.
Su historia con Twitter, donde cuenta con 1.575 seguidores, es parecida a la de muchos usuarios de esta red. Creó su usuario en 2010, no entendió muy bien su dinámica y solo hasta un par de años después le encontró utilidad. Aprovechó el espacio para mostrar los resultados de combinar sus dos pasiones: el diseño y el fútbol. “En mis tiempos libres empecé a mirar por todos lados y encontré comunidades apasionadas por el diseño de camisetas de fútbol. Me acerqué, miré qué estaban haciendo y me nutrí de otras personas”, afirma Jason, quien integra el área de mercadeo de una empresa santandereana de transportes y tiene otros compromisos como freelance.
Cuando se siente saturado por la cantidad de trabajo su vía de escape es el fútbol. Pensar en cómo mejorar la imagen del ‘Leopardo’ lo despeja y le enciende la creatividad.
En enero de 2018 su nombre a sonar por primera vez entre los hinchas del Bucaramanga, después de plantear un rediseño del escudo del equipo. Modificó el leopardo, tradicionalmente blanco, por uno que incluía también el color amarillo y pintas negras. Los comentarios de apoyo y rechazo llegaron rápidamente a su celular.
“Tocar el escudo siempre será complicado. Creo que el que tenemos actualmente es único. Nunca he pensado que esté mal, solo quería mostrar cómo lo hubiera hecho con mi estilo”, cuenta acerca de la experiencia. A partir de ese momento empezó a ‘romper las redes’. No como goleador, a pesar de los 1,87 metros que lo hacen parecer delantero centro, sino como diseñador y aficionado. Sus publicaciones sobre uniformes, y en general la marca del Bucaramanga, fueron cada vez más replicadas.
Su notoriedad en redes hizo que, precisamente por esa vía, lo contactara New Victory, la marca viste a la plantilla santandereana. En noviembre de 2019 le confirmaron que sería el responsable de la nueva indumentaria del equipo. Para cumplir con esta tarea encontró un gran apoyo en Juan Camilo Patiño (@Patnenka, en Twitter), diseñador caleño que conoció por compartir el mismo interés y quien aportó varias de las ideas materializadas en la colección búcara de este año.
“Cuando compartes tu trabajo e intercambias opiniones haces relaciones que te permiten crecer. A veces el temor de la gente es exponerse a la crítica, pero si algo he aprendido es que la crítica es buena también. Habrá gente a la que no le guste tu trabajo, y sus razones tendrá, pero habrá otra a la que sí”, reflexiona el santandereano, quien hoy dice orgulloso y entre risas “no fui futbolista, pero me fichó el equipo de mi vida”.


2019 fue un gran año para él: fue padre por primera vez, recibió todo el apoyo de su familia, y le llegó el reto por el que tanto trabajó. Ahora espera que 2020 sea un gran año para el equipo, y que su camiseta sea parte importante de la historia del fútbol santandereano.
Indumentaria 2020
En esta nueva temporada que comienza, el Atlético Bucaramanga contará con tres uniformes: el principal de juego, el suplente y el tercero. Estos dos últimos, a diferencia del principal, tienen toques modernos y son unicolor; el segundo es blanco, con una banda auriverde cruzada en el pecho, y el otro verde, con una frase que se repite en diferentes tamaños y trazados: siempre adelante, ni un paso atrás. “Pasó algo muy curioso y fue que la tercera camiseta yo la propuse inicialmente como una de entrenamiento, pero gustó tanto entre los directivos que tuvimos que cambiar los planes”, revela Jason, quien también dos camisas de arquero, tres de entrenamiento, chaquetas y camisetas de presentación y tiempo libre.
“Que mi primera colección oficial sea del equipo que amo es un buen augurio para lo que se viene”, concluye, con las ganas de avanzar que caracterizan al santandereano.
Uniforme de 1997, el más recordado por los hinchas
Los gustos entre los aficionados varían y por ello son muchas las camisetas que se disputan el lugar de la más bella. Sin embargo, la mayoría coincide en algo: la más importante, por lo logrado a nivel deportivo, es la amarilla adornada con bastones curvos de color verde, que vistió el equipo en 1997 cuando fue subcampeón nacional, la mejor posición alcanzada por los santandereanos.
Con esa camiseta, Orlando ‘el Fantasma’ Ballesteros marcó el gol más celebrado en la historia ‘leoparda’. Su anotación, luego de un rebote que dejó Darío Aguirre, portero del Quindío, significó la victoria de la serie en el último minuto y el paso a la final del fútbol colombiano en ese año.
“Ese uniforme es histórico porque con él nos dieron la alegría más grande”, dice Didier Saúl Niño, hincha que durante años ha recopilado información y estadísticas del equipo para informar, por medio de su cuenta de Twitter @DatoLeopardo, hechos anecdóticos y curiosos.
Aunque no se pudo dar la vuelta olímpica, pues el América de Cali impuso su jerarquía para llevarse el título, se logró la clasificación a la Copa Libertadores, el torneo de fútbol más importante a nivel de clubes suramericanos.

En 1998, la ciudad recibió por primera y única vez este torneo. El Bucaramanga compartió grupo con el mismo América de Cali y los equipos ecuatorianos Barcelona Sporting Club, de Guayaquil, y Deportivo Quito. Producto de dos triunfos, un empate y tres derrotas, se sumaron siete puntos que alcanzaron para el tercer lugar y avanzar de ronda. En la fase de eliminación directa, el Bolívar, de Bolivia, acabó con la ilusión de miles de aficionados que seguían de cerca al conjunto dirigido por el técnico Carlos Mario Hoyos.
Entre los uniformes de la historia reciente, el de 2018 también se ganó un lugar especial en el corazón y la memoria del hincha. Esa edición conmemorativa, con la que se celebraron los 70 años del club, fue bien representada por figuras santandereanas como Sherman Cárdenas, Michael Rangel y John Pérez, el único de ellos que continúa hoy en la plantilla.
Sus grandes actuaciones y las de sus compañeros fueron clave para que el equipo pudiera, por segunda vez en su historia, ganar siete partidos de forma consecutiva. Ese año clasificó a la fase final de la Liga y quedó a un paso de ingresar a la Copa Sudamericana, el segundo torneo continental en importancia después de la Copa Libertadores de América.
“El Bucaramanga es un club que tiene una historia muy rica, y para mí es un honor hacer parte de ella”, manifiesta Jason Velandia, el aficionado que alcanzó un sueño.