Karol Fernanda Barragán M.
kbarragan724@unab.edu.co

En una de esas noches de 1974 en las que el Ballet de Colombia alternaba en tarima con el Ballet Berioska, de origen ruso, en el centenario Conservatorio Estatal Tchaikovski, en Moscú, el público estaba expectante mientras los bailarines en los camerinos llevaban a cabo una guerra contra el tiempo antes de salir a escena. A la par, la maestra del Ballet de Colombia, Sonia Osorio, discutía con uno de sus danzantes más jóvenes, pues a tan solo minutos de salir al escenario este le manifestó un desacuerdo por el que decidió no participar del número.

“La discusión fue muy sencilla”, recuerda hoy entre risas el que ya no es ese joven pero sí obstinado bailarín, José Guillermo Laguna. “Todo fue porque no compartía una manera de poner en escena una cumbia en el teatro y yo le dije que no iba a bailar una cumbia de esa manera porque en vez de ponernos un sombrero vueltiao nos iba a poner unas plumas en la cabeza, algo totalmente tergiversado y yo me opuse”.

Esta actitud del bailarín causó un rechazo en sus compañeros de grupo quienes retornaron a Colombia sin él, por eso tuvo que quedarse en Moscú sin dinero, en condiciones climáticas inhóspitas, sin conocer el idioma y sin compañía. Ese novato que, pese a ser el bailarín más joven de la agrupación, no permitió que se tergiversara la tradición de su país, hoy día es un hombre de 62 años que irradia pasión por su labor artística, siendo el amor por la autenticidad lo que lo ha llevado a ser reconocido como ‘El maestro’.

El comienzo

Pensar en la complejidad que significa promover el arte y la cultura en Colombia era algo que a los cinco años, edad en la que Laguna incursionó en el mundo de la música y la danza tradicional, resultaba irrelevante, pues luego de pisar por primera vez un escenario lo único que importaba era vivir en favor de su nueva pasión.

“Un lindo momento sería la primera vez que me paré en un escenario”, dice con satisfacción. “En un pueblecito del Tolima llamado Purificación, donde nos paramos como grupo con los niños, eso fue inolvidable. Nos aplaudieron mucho, yo estaba muy pequeñito, tenía unos seis añitos y eso marcó mi vida para enamorarme de esto que es el folclor”, recuerda Laguna.

Luego de casi 60 años dedicados a la gestión cultural en Santander, al preguntarle sobre sus mejores momentos se despliega una larga trayectoria por un sinfín de conmemoraciones, elogios, premios y reconocimientos a su trabajo. Laguna hace mucho perdió la cuenta de las alegrías que le ha traído ser el fundador y director del Grupo de Integración Folclórica de Santander, Gifos, agrupación que ha representado a Santander ante el país con proyectos culturales como “Pisando Tierra Santandereana”, con el cual se hicieron ganadores del Premio Departamental de Danzas Bicentenario.

El investigador

Desde su fundación en 1987, Gifos ha permanecido inamovible en su filosofía de “investigar para crear”, así dice Laguna, quien conserva en su biblioteca especializada un estante con discos y grabaciones del trabajo de campo de cuatro décadas y que respaldan la creación de cada danza que hoy tiene la corporación. Y es que más allá de la figuración, artistas como él hacen parte de un reducido grupo de emprendedores culturales en la región realmente disciplinados en la investigación. “Hay mucha gente por ahí haciendo bobadas”, dice a propósito de esto, y agrega también que “toda danza cuenta una historia, y esa es la historia que procuro investigar”.

La investigación cultural es un proceso riguroso en el que la recolección de información puede tardar meses o años. En el caso de Lizardo Flórez, conocido en el mundo artístico como ‘Chalo’ Flórez, y quien lleva 24 años ejerciendo como profesional de las artes escénicas, la investigación al reivindicar la historia se convierte en la razón de ser del arte: “Sin investigación no hay arte”, afirma este artista santandereano que ha llevado a cabo indagaciones que han tardado hasta siete años como en el caso de ‘Humo’, su investigación más larga, y por la cual fue posible llevar a escena la historia del nacimiento del rock en Colombia.

Amparo del gobierno para la investigación cultural

El Plan de Gobierno con el que Luis Francisco Bohórquez asumió la Alcaldía de Bucaramanga en 2012 prometía que los gestores culturales, profesionales, técnicos y expertos en deporte serían incorporados como proponentes para el desarrollo de las políticas públicas del deporte y la cultura. Sumado a esto, se les otorgaría seguridad social a los gestores culturales, propuesta que, según ‘Chalo’ Flórez, no fue más que “solo papeles, puros papeles”.

En el caso del Plan de Gobierno del actual alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez, este se compromete a que “los gestores culturales regionales en expresiones como la música, literatura, teatro, artes plásticas, cine y demás expresiones artísticas que enriquecen el desarrollo y goce cultural de la población”. Sin embargo, al igual que en el gobierno anterior, se sigue “cojeando” en propuestas que involucren la investigación cultural.

El contraste de las cifras es irrisorio. Por un lado, el municipio solamente aporta para los gastos que la corporación tiene con el Festival Nacional Infantil anualmente, el resto de requerimientos (arriendo, viajes, vestuario y servicios) deben ser autofinanciados por la misma con presentaciones, talleres, aportes del maestro y la cuota del Ministerio de Cultura, que bien puede ser de 16 millones para todo el año, caso del 2016, o bien puede ser nula, como en años anteriores.

En cuanto a investigación respecta, tanto para ‘Chalo’ Flórez como para Laguna, el aporte ha sido nulo; sin embargo, ambos coinciden en que investigan porque es una labor les ha dejado inmensas satisfacciones.

“Esto es por puro gusto”, dice Guillermo Laguna, “como el que come mocos debajo de la ruana ¿Por qué lo hará? Quién sabe. Yo nunca he tragado mocos pero hay hombres que lo hacen, entonces es por puro gusto, es porque les nace, porque al ir a una vereda usted es feliz compartiendo con ellos (los campesinos), en su entorno, en su lenguaje, en su forma tan rica de ver la vida, eso no se cuantifica”.

 

Formando proyectos de vida

Haber fundado Gifos es el logro que abandera la vida artística de Laguna, pues en esta corporación, que hoy día tiene alrededor de 90 bailarines, se han gestado talentos del mundo artístico y en el caso de Yuly Viviana Álvarez, quien fuera su alumna durante 15 años y hoy día su esposa, “ser formado por él es un privilegio que muchos no tienen, es como ir a la fuente y estar seguro de que lo que se hace está bien hecho”. Álvarez, quien también es la productora escénica de Gifos, agrega que el principal consejo del maestro es: “estudiar e investigar para poder llevar a escena”.

Además de ser el maestro y el investigador, Laguna es un hombre “con un optimismo y una energía a prueba de todo. Es un viejo adolescente en todo. Digamos que la energía que el maestro Laguna tiene en sus proyectos, en su forma de ver la vida, en el amor, en todo, es el corazón de un adolescente”, dice Sandra Barrera, directora del Teatro Corfescu, quien reconoce de antemano que esta vitalidad es quizá el antídoto que le ha dado vida a los proyectos de Guillermo Laguna.

Son muchos los logros del maestro como artista; sin embargo, hay algunas cosas que faltan por alcanzar. Por ejemplo, luego de 30 años de trayectoria, Gifos ya debería contar con sede propia, pero hasta hoy han tenido que trasladarse de casa en 11 oportunidades, y el hecho de no tener un transporte propio con un logo del grupo y un letrero que diga: “De Santander para el mundo” (tal como sueña Laguna) les hizo optar por la autofinanciación, una actividad común para los grupos regionales.

Un ‘zorro’ de la danza Este año

Gifos participó en la versión número 13 del festival nacional “Danzando con el Sol”, evento al que Laguna había asistido anteriormente como jurado pero que esta vez, como participante, le generaba grandes expectativas a él y a la agrupación.

Luego de tres días disputando en escena junto a otras 13 delegaciones del país, Gifos logró quedarse con el primer puesto a mejor grupo de danza y a mejor grupo musical. Al respecto de estos dos reconocimientos, John Freddy Restrepo, jurado calificador, dijo que: “Gifos no podía ganar más premios porque había que premiar con algo a los otros grupos, no porque no se los merecieran.” Y agregó que Laguna era todo un ‘zorro’ de la danza.

La sede propia y la buseta de la corporación son cosas materiales que para Laguna en cualquier momento llegarán, por ahora, para este artista que ha dejado un importante legado en Santander, lo más importante es mantener vivo su deseo es seguir “trabajando y haciendo un aporte al fortalecimiento de la identidad cultural de nuestro país rechazando la tergiversación y el irrespeto de nuestras tradiciones”.

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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