Lebrija ha sido reconocido durante más de cinco décadas por su producción de piña perolera, sin embargo, actualmente ya no es tanta la producción de esta fruta debido a sus propiedades para fatigar la tierra y la cantidad de agroquímicos que se requieren para su proceso de maduración. Girón se ha convertido en competencia comercial de este producto, asimismo en el área nacional están el departamento del Cesar y Valle del Cauca produciendo la fruta.
En 1963, Lebrija es catalogada en el gobierno de Guillermo León Valencia como la ‘Capital Mundial de la Piña’, desde esa época se ha venido realizando la Feria Nacional de la Piña y consigo ha traído empresarios e inversionistas para continuar con la producción de esta fruta.
Luz Amparo Gómez Prada, secretaria de Desarrollo Social y Económico de Lebrija, cuenta a Periódico 15 cuáles han sido los factores para la caída de la producción de piña perolera en el municipio: “La tierra se ha vuelto estéril por tanto químico y tantos cultivos, a los productores se les hace más fácil descansar la tierra sembrando otros productos como yuca, cacao, tomate, pimentón. Otro factor importante son los precios con los que se les paga a los campesinos, no es rentable, al productor se le está pagando entre $300 y $1000 la unidad, mientras que una persona está comprando en un supermercado la unidad a $4000 o hasta $5000”.
Asimismo, quien cultiva el producto debe invertir en agroquímicos, personal y transporte a Centroabastos. Gabriel Martínez Calderón, concejal del partido Liberal del municipio, comenta que en la década de los noventa se vio reflejado el auge de la piña perolera. “La demanda ha hecho que nos movamos a la piña oro miel o golden, ya no se cultiva tanto la perolera porque no es tanta la demanda ni la calidad. Me atrevo a decir que el suelo de Lebrija se ha visto afectado por la siembra tras siembra que se ha venido realizando por muchos años y eso fue desmejorando la calidad de producción”, declaró.
Por otra parte, Pablo Medina Sánchez, tecnólogo agrícola de la Universidad Industrial de Santander y productor de esta fruta, comenta que: “Lebrija fue el centro de la piña hace cuatro décadas atrás, todos querían producirla en estos lados, sin embargo, con el paso del tiempo se dieron cuenta que alrededor del municipio se podía sembrar esta fruta y aprovecharon, se fueron para Girón y la Mesa. El mercado de la piña oro miel es más delicado porque ya en todos lados se produce, es tipo exportación y es apta para hacer enlatados y mermeladas porque es un producto sin mucha fibra.”
De igual manera, las investigaciones hechas por Medina, indican que la piña oro miel producida en Girón, posee alto grado Brix (azú- car o dulzura en frutas), por ende, son más vendidas en el mercado.
La solución
Dentro de la historia de los cultivos de piña en este municipio, se encontró un dato importante que los productores no se inmutaban; únicamente se utiliza el 45% de materia producida en un cultivo de piña, es decir, solo se usa la fruta como elemento de venta, la hoja y la penca se queman o se desechan.
Por esto, José Mogollón Osorio, funcionario encargado de cultura y turismo del municipio, decidió investigar qué se puede hacer con la materia prima que sobra en estos cultivos. “Debemos reconocer el valor de esta fruta y lo pujante que se ha vuelto Lebrija por esto. Después de un tiempo de investigación se dio la idea de utilizar esa materia que sobra y convertirla en tela y papel con las fibras de la penca y las hojas de la piña”.
El principal objetivo de este proyecto impulsado por Mogollón Osorio, es darle comercialización al 100 % de la materia, reactivar la producción de piña para que Lebrija vuelva a ser conocida como la capital mundial de esta fruta, crear una microeconomía en la cual los productores y el municipio sean beneficiados, asimismo crear una empresa pionera de tela y papel a base de hoja de piña nunca antes vista en Colombia.

El mes pasado se dictó el primer taller a jóvenes y adultos emprendedores. El ponente fue Armando Chicangana, un profesor de Artes Plásticas e investigador de fibras de la Universidad Distrital de Bogotá que viajó hasta Lebrija para enseñarles a esta población cómo fabricar este producto. “Estamos bloqueados porque se requieren unas máquinas para la fabricación completa de este tipo de fibras, la realización que hacemos es muy artesanal. Estamos a la espera de que alguna empresa se interese en esta idea que seguramente sería muy útil para el municipio desde el punto de vista económico y social,” afirmó Mogollón.
Actualmente Lebrija exporta piña oro miel a Argentina, se pretende que con este proyecto se extienda la venta en un 100 %.

Pablo Ricardo Fuerman A.
pfuerman@unab.edu.co