El rechinar de las puertas anunciando de nuevo la apertura de la Casa de Mercado San Mateo hizo que Aristóbulo Mendoza evocara los momentos que vivió antes del 6 de febrero de 1979, cuando estallaron los cilindros de gas que provocaron el incendio que generó el cierre de la casa de mercado.

De fondo la canción ‘La estrato 8’, de Los Dotores de la Carranga, y mientras observaba las viejas estructuras, a su mente venían recuerdos de su juventud en dicho lugar. La venta de canastos, cotizas, aperos y condimentos en el primer piso, el negocio de carnes, comida y quesos en el segundo y su puesto de frutas al lado izquierdo de la entrada por la carrera 16, lo hacían reflexionar y decir que su venta era mejor en ese entonces que ahora.

Es como si por un momento se devolviera a 1963 cuando cada una de las personas que trabajaban allí llegaban a las 4 de la mañana a esperar el sonido de la campana, el cual les avisaba su hora de entrada al mercado; preparaban su puesto para recibir a cada comprador y así pasaban su jornada de trabajo hasta las 4 de la tarde cuando volvía aquel sonido que marcaba su hora de salida.

Mientras daba el recorrido por cada caseta de la plaza, Aristóbulo se encontraba a sus compañeros de labor quienes al recordar sus vivencias sus caras tomaban un aspecto de felicidad, pero al momento volvía la nostalgia al reconstruir las imágenes de aquel lugar.

El ambiente trascurría, Aristóbulo Mendoza seguía recordando anécdotas tomando café junto a sus amigos, mientras Jaime Arango observaba las fotografías que colgaban por el pasillo de la calle 34 y la carrera 16 entradas de la casa de mercado, contemplando la imagen decía “esta era la esposa de un indio, cuando se moría el esposo a ellas las enterraban junto a sus hijos y le echaban comida disque para el viaje, ¿Qué tradiciones no?”.

Jaime Arango participó de los talleres artísticos, artesanales y exposiciones que hicieron parte de las actividades de apertura de la plaza. / FOTO VANNESA PABÓN LOZANO

Tradiciones que marcaron la historia de este sitio como el tejer bolsos, ropa, carteras y calzado a dos agujas, en telar cuadrado y en hiladora fue de trascendencia como el hacer bolsos a mano con los instrumentos típicos; buscando que al volver a este lugar y observar dicho acto, estas antiguas prácticas tomaran fuerza para el público.

“Las comidas que vendían aquí eran representativas de Santander y muy ricas, además mi papá me traía los domingos cuando veníamos a mercar y desayunábamos aquí, extraño esos momentos”, decía Álvaro Manrique al tiempo que miraba la caseta de comida en la que señoras de distintos lugares del departamento daban muestras de un sancocho trifásico, arroz de leche y mute santandereano.

Por la entrada de la carrera 16 en la parte superior, se ubicaba el puente que tenía marcado a los lados ‘Frigidaire’, empresa de neveras, congeladores, lavadoras y plantas; conectaba a la casa de mercado San Mateo con la ahora Plaza Central de Bucaramanga, y el cual era utilizado para facilitar la movilidad de sus mercaderes. El arquitecto y urbanista Antonio José Díaz aseguró que este fue el primer puente de la ciudad y su demolición se llevó a cabo una vez que se produjo el cierre del pabellón de las carnes.

Para el encuentro de patrimonio, se ubicó una representación del antiguo puente que unía la Plaza Central con la Casa de Mercado San Mateo. / FOTO VANNESA PABÓN LOZANO

La inauguración

A las 5 de la tarde, el Coro de la Escuela Municipal de Artes (EMA) con la canción ‘Campesina santandereana’ de Silva y Villalba, dio la bienvenida a cerca de 200 personas que llegaron para conocer este lugar y ver si todavía era lo que tenían en sus memorias. “Hace rato que no se veía esto así de lleno, pasaron muchos años para que esta plaza volviera a estar viva como se está viendo ahorita, la verdad que me da emoción y me hace hasta erizar la piel”, manifestó Marina Velásquez quien desde pequeña acompañó a su mamá a vender quesos en la plaza.

La Orquesta Juvenil Filarmó- nica de Vientos, el gobernador de Santander Didier Alberto Tavera Amado y el alcalde Rodolfo Hernández Suárez se presentaron en el evento y mientras disfrutaban de cada acto y el mercado que se ofrecía, la gente se acercaba para saludarlos y mencionarles que sitios como este se deben tener en cuenta para su reconstrucción.

“Es muy bueno que todos podamos conmemorar este sitio, que todos seamos partícipes de lo que representó este lugar para nosotros”, dijo Marcela Cáceres al ver que con banderas, camisas y gorras que representan la Fortaleza Leoparda Sur (FLS), hinchada del Atlético Bucaramanga, ingresaron a la Plaza San Mateo tocando ‘La Cumbia Cienaguera’ de Aniceto Molina; dándole cierre al evento que mostró de la plaza un patrimonio.

Por el cierre de la Casa de Mercado San Mateo, las autoridades locales decidieron construir contiguo al lugar un nuevo escenario para el comercio, lo que se conoce ahora como la Plaza de Mercado Central. / FOTOMONTAJE VANNESA PABÓN LOZANO

Por Vannesa Pabón Lozano
jpabon705@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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