"Cuando un ciclista gana, yo siento que es como una victoria mía”. /FOTO JAVIER FERREIRA

Por Javier Augusto Ferreira / jferreira4@unab.edu.co

Es la 1:00 de la tarde, y la etapa 3 de la Vuelta a Colombia llegó hace media hora a Bucaramanga. La victoria de la jornada fue para Cristian Montoya, del equipo Medellín, dirigido por José Julián Velásquez de la Cuesta.

Mientras en el parque García Rovira se hace la ceremonia de premiación, los ciclistas que no están en el protocolo del día llegan a sus cubículos y se acomodan, los carros acompañantes buscan una ubicación y comienza la acción para los integrantes de cada cuerpo técnico. Entre ellos está Daniel Giraldo Valencia (Santuario, Antioquia, 24 años), uno de los dos mecánicos del equipo Coldeportes – Bicicletas Strongman.

Hoy fue un día calmado para él y para los integrantes del equipo. Aún quedan 10 etapas por disputarse y la exigencia de la montaña se hará presente dentro de tres días (en la etapa 6, entre Puerto Boyacá y Carmen de Viboral). Aún hay tiempo para tomarse las cosas con calma. Giraldo lo sabe, pero aun así su actitud es estar atento siempre. Mira a un lado y otro, buscando a lo lejos, entre el público y ciclistas de otros equipos, a los integrantes de su escuadra. Unos pasan, lo saludan, le preguntan por la ubicación del hotel –al destino, ubicado en la carrera 22 con calle 35, irán en sus bicicletas– o por algún otro dato. “¿ya pasó Fulano por aquí”, “¿has visto dónde está Sutano?”. Él responde y sigue con los brazos cruzados, recostado en el carro blanco con franjas amarillas y celestes.

Las bicicletas deben estar impecables y a punto para cada etapa. Además de la estética, la responsabilidad de los mecánicos es la de velar por la seguridad de los ciclistas, que alcanzan velocidades de hasta 80 kilómetros por hora. /FOTO JAVIER FERREIRA

El tiempo es oro en estos casos. El director del equipo, Luis Alfonso Cely, da la orden de ir a almorzar y recuperarse. A él le espera la planificación del día siguiente y coordinar los detalles logísticos; a los ciclistas, un masaje y descansar el resto de día; y a los mecánicos, Giraldo y Alejandro Ardila Giraldo (Manizales, Caldas, 28 años), almorzar en 20 minutos y bajar al estacionamiento del hotel, en donde ha improvisado un taller para lavar y hacer mantenimiento a las bicicletas.

Para esta vuelta a Colombia el equipo preparó 15 ciclas: una para cada corredor, y cinco de repuesto. Cada una con el peso justo reglamentario (6 kilos 800 gramos como mínimo). Las bicicletas para contrarreloj los esperan en Tunja, para la etapa final, el 30 de junio.

Los dos mecánicos se turnan las labores. Hoy a Alejandro le correspondió lavar las bicicletas y a Daniel hacer el mantenimiento y ajustar los cambios. Si alguno termina primero, ayudará al otro en su tarea.

La jornada comienza todos los días a las 6:00 de la mañana. Desayunan y se disponen a subir las bicicletas de repuesto a los carros, alistan implementos y herramientas que llevarán en sus vehículos y están prestos a cualquier impasse. Esta mañana partieron de Barrancabermeja, y ya a las 5:00 de la tarde van 11 horas de trabajo, que están por terminar.

Al final de la etapa 3 de la Vuelta a Colombia 2019, Daniel Giraldo estuvo atento a la atención de los ciclistas de su equipo que iban llegando, y a custodiar el vehículo principal, en el que viaja junto al director técnico, Luis Alfonso Cely. / FOTO JAVIER FERREIRA

A diferencia de los ciclistas, que están en sus cuartos reposando o durmiendo o viendo televisión, Daniel y el equipo de logística pueden dar una vuelta por la ciudad y conocer un poco cada lugar al que van. “Nosotros sí salimos, conocemos. Que la foto aquí y esto”, dice Giraldo, que en el segundo trimestre del año conoció buena parte de Eu- ropa, al ser incluido en el equipo que participó en la campaña por España e Italia, principalmente.

La bicicleta de color negro con visos rojos, de Roberto Estrada, está montada en la base para mantenimiento. Mientras Giraldo Valencia da pedaladas con sus manos para graduar los cambios y aceitar la cadena, y con el so- nido sibilante de la rueda dando vueltas a gran velocidad, reme- mora sus inicios como mecánico de ciclismo. “Inicié a los 11 años como ciclista, y a los pocos días conocía a un señor de un taller en Santuario –llamado Argiro Gallego– que empezó a enseñarme. Y yo al rato ya era capaz de arreglar mi bicicleta”.

A los 18 años, con pocas victorias en su palmarés como ciclista juvenil, tomó la decisión de abandonar el ciclismo como opción profesional. “Conocí a mi amigo Pablo Pulido, y él me invito a acompañarlo a una Vuelta del Futuro, como mecánico de Jessenia Meneses, y ganamos. Eso fue en 2013”, rememora.

Después de eso comenzó a hacer parte del club Jóvenes Ciclistas para el Mundo, a quienes acompaña en sus carreras más importantes, y asesora con el mantenimiento de las bicicletas.

Su llegada a uno de los equipos más fuertes del país se comenzó a dar en 2017, cuando llegó a tra- bajar en uno de los almacenes de Strongman, en Medellín. Allí laboró durante casi un año, “y, pues como a mí no me gusta estar encerrado, me salí de allá”. El año pasado el equipo profesional de la tienda de bicicletas estaba en Europa y necesitó un mecánico para la Vuelta de la Juventud, entonces, por recomendación de uno de sus excompañeros fue llamado a este trabajo. Su calidad se impuso y de ahí en adelante hace parte del cuerpo de mecánicos de esta escuadra. “Terminando el año me llaman para la Vuelta a Costa Rica y me fue demasiado bien”, dice.

Termina la bicicleta y sube al trípode de mantenimiento la del campeón Nacional de Ruta, Ós- car Quiroz, que se distingue por los detalles de color amarillo, azul y rojo en su marco, en las manetas de los frenos y en las bielas. “Cuando un ciclista gana, yo sien- to que es como una victoria mía”, señala, y mientras da cambios hacia arriba y hacia abajo, cuenta cómo fue el día en que Quiroz se proclamó campeón nacional, el 3 de febrero en Villavicencio, Meta. “El día antes yo cogía la bicicleta y decía, ‘esta es la que va a ganar mañana’, y la puse a punto con todo el cálculo posible. Le hice todo, todo, todo”.

“Dice que sí es posible que haya ciclistas que no agradezcan el trabajo de sus mecánicos, pero que en el equipo que está y en el club juvenil siempre ha sentido el cariño y agradecimiento de los deportistas. “Si les va bien, llegan y le agradecen a uno, cuando uno está organizando el material se acercan, hablan con uno y agradecen”.

Habla con emoción del que considera su mejor momento como mecánico de ciclismo: la Vuelta del Porvenir 2018, en la que el joven Daniel Arroyave (Yarumal, 18 años), del Club Jóvenes Ciclistas para el Mundo – Ramguiflex – Risaltex se proclamó campeón. “Es que a parte de que yo trabajo en ese club, y es como mío, y soy como un fundador, Daniel se hizo coger un cariño muy grande desde que llegó. Cuando hizo el mejor tiempo, la alegría fue mucha. Cuando llegamos a la meta, le recibí la bicicleta y luego lo abracé”, explica.

Terminan con los mantenimientos y comienzan a cargar repuestos y herramientas en el camión que se irá mañana (jueves 20 de junio) hacia Barrancabermeja; organizan las ciclas en línea, una junto a la otra y dejan aseado el lugar de trabajo. Antes de subir a su cuarto a cambiarse de ropa para luego salir a dar una vuelta por la ciudad, Giraldo Valencia cuenta que, además, le dio por abrir un almacén y taller de ciclismo en su pueblo, Santuario, hace poco menos de un año. Mientras está fuera, un trabajador de confianza lo apoya, y sus clientes comienzan a llegar. “Como saben que trabajo en un equipo profesional, me llegan clientes interesados en bicicletas de alta gama y en su mantenimiento”.

“También hay momentos duros”, señala ya al final de la tarde. Por ejemplo, este año en la Vuelta a Asturias, cuando Aristóbulo Cala se fracturó la clavícula en la primera etapa. “Siente uno tristeza, por el ciclista, porque todo lo que ha trabajado para llegar allá y ver cómo la imprudencia de otro hace que esos meses de trabajo se queden ahí en una caída”.

Al otro día madrugará e irá atento en el recorrido hacia Barrancabermeja, y al final de la etapa la rutina será similar. Sabe que en sus manos está la vida de los ciclistas de su equipo, y también, ojalá una victoria de etapa o la clasificación general.

En estas Vuelta a Colombia su trabajo y el de todos los integrantes del equipo se verá recompensado con tres victorias de etapa: la 1, en Aguazul, con William David Muñoz; la 6, en Carmen de Viboral con Omar Alberto Mendoza; y la 11, en Sáchica, con Óscar Quiroz.

Universidad Autónoma de Bucaramanga