Hay venta informal de productos agrícolas frente a las plazas de mercado, principalmente en Guarín. Al día se desechan aproximadamente 11 toneladas de basura en todas las plazas. /FOTO MARÍA LUCÍA BAYONA F

Por María Lucía Bayona Flórez / mbayona560@unab.edu.co

De acuerdo con el decreto municipal 0222 de 2014, por el cual se reglamenta el funcionamiento interno de las plazas de mercado dirigidas por el municipio de Bucaramanga, estos sitios son unidades económicas que abastecen los diferentes tipos de alimentos que en ellas se encuentran, cuyo objetivo principal es prestar un servicio eficaz al público, asegurando un correcto suministro de tales productos y garantizando una buena gestión en ellas. Guarín, Kennedy, San Francisco y La Concordia son las plazas de mercado coordinadas por el municipio.

En la dirección de estos lugares, el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Pgirs) es el proyecto que tiene más relevancia en el tratamiento higiénico, pues en este se ha diseñado una serie de estrategias, normas, principios y acciones programadas a cuatro años que deben cumplirse en esa temporalidad, en el cual se hace una caracterización de los residuos sólidos orgánicos de los productos cárnicos y agrícolas, además de unas pautas que se le deben enseñar a las personas que originan estas basuras. El fin de este plan es controlar el impacto de tales desechos a través de la clasificación en la fuente o canecas y su disposición final, para evitar plagas y los gallinazos negros, más conocidos como “chulos”, en estos espacios públicos.

La implementación de este plan ha dado paso a que la higiene en las plazas de mercado públicas mejore notoriamente, según el coordinador del programa de Plazas de Mercado de la Alcaldía de Bucaramanga, Eduardo José Pérez Ospino, quien además expresa que, a pesar de que es un proceso extenso y técnico, “ello permite visualizar dónde se tienen inconvenientes y problemas para poderlos solucionar con relación a esos residuos que se generan”.

Los adjudicatarios son sancionados de acuerdo a la gravedad del incumplimiento de las normas de aseo establecidas. /FOTO MARÍA LUCÍA BAYONA F

Acorde con el documento de los programas internos de almacenamiento y presentación de residuos de las plazas de mercado, este tratamiento ha minimizado el impacto ambiental negativo y el riesgo de salud a través de la promoción de la cultura en educación ambiental hacia los comerciantes de las plazas. Esto significa que están en el proceso de capacitación y sensibilización a los adjudicatarios a través de reuniones programadas en un cronograma mensual para que tengan una conciencia ecológica, y así reciclen e incluso aprovechen las técnicas de compostaje o fertilizantes. De esta forma, se realizan visitas sorpresa para verificar el cumplimiento pactado.

Sin embargo, no todos los comerciantes están comprometidos con estas normas de separación de desechos y esto puede generar problemas de higiene dentro de las plazas, ya que atrae plagas. José Ignacio Larrota, comerciante de la plaza de mercado Guarín, afirma que aún “hay gente a la que no le interesa, no tienen sentido de pertenencia y botan todo revuelto”, pero que hoy en día, de 100 personas que trabajan allí, 80 de ellas sí realizan su respectiva separación, e incluso, mantienen bolsas en las canecas para que sea más fácil desecharlas en los contenedores de basura.

Además del programa, desde el año 2018, la Alcaldía tiene un contrato interadministrativo con la Empresa de Aseo de Bucaramanga (Emab) para llevar a cabo la limpieza general de las plazas de mercado. “No es que existan basuras en putrefacción dentro de las plazas, sino que es un manejo constante de salida de estos residuos para evitar tal tipo de desechos”, agregó Pérez. Actualmente hay 12 operarios de la Emab. En la plaza de San Francisco trabajan cinco, en Guarín, tres, en Kennedy hay dos y en La Concordia dos.

Los trabajadores de la Emab hacen su respectivo aseo de dos a tres veces al dìa. /FOTO MARÍA LUCÍA BAYONA F

Por otro lado, la Secretaría de Salud se encarga de realizar una fumigación en cada plaza de mercado cada ocho meses, con el fin de controlar vectores tales como cucarachas, ratones e insectos en general. Por lo tanto, la obligación de tratar correctamente los desechos juega un papel importante para estos espacios, pues esto evita que se den tales plagas. En cuanto a los gallinazos negros, se han señalado problemas con estos animales en las plazas de San Francisco y Guarín, pero hoy en día ha disminuido este inconveniente un 35 % y 40 % respectivamente desde que inició el proyecto en 2017. Esperanza Arango, pensionada, manifiesta que hace unos años dejó de ir a la plaza Guarín, pues “es incómodo que haya tantos chulos, entonces por prevención no seguí comprando allí el mercado”. No obstante, acuerdo con los vendedores de esta plaza, se ha recuperado la clientela e incluso destacan que los jóvenes ahora mercan allí.

Este tratamiento de basuras y residuos tiene una repercusión en el bienestar de los adjudicatarios y de quienes compran sus artículos de primera necesidad, pues, como afirma Pérez, “en el orden en que nosotros como administración tengamos productos que cumplan esas disposiciones, redundará en la buena salud y en la forma en que las personas perciban las plazas de mercado”.

Adicionalmente, cada año se realizan exámenes de salud a los adjudicatarios, como análisis de sangre y de saliva con el fin de evitar alguna infección respiratoria. Así mismo, la Secretaría de Salud hace visitas al azar para corroborar si se cumple el decreto 1500 de 2007, del sistema de inspección, control y vigilancia de los productos cárnicos como la res, el pollo y el pescado, pues estos deben estar frescos y en buen estado para el consumo humano.

Al Pgirs se han incorporado 20 estudiantes de ingeniería ambiental de las Unidades Tecnológicas de Santander, que ayudan a controlar la higiene de las cuatro plazas de mercado municipales.

Universidad Autónoma de Bucaramanga