Por alguna extraña razón, los que la noche de miércoles vestían la camiseta ‘verdeamarela’ y le gritaban a la banca brasilera que saltara en la cancha a Falcão, terminaron tomando aire y suplicando al firmamento que los dioses intercedieran y le dieran el pase a cuartos de final al equipo de Irán.
Y así fue, tanta emoción despertó el equipo dirigido por Seyed Nazemalsharieh que ‘se le aguó la fiesta’ Alessandro Rosa Vieira en el Coliseo Bicentenario de Bucaramanga, quien en medio del llanto tuvo que decirle adiós a las canchas.

Bien dicen que las despedidas siempre duelen, pero cuando ésta es marcada por un batacazo tal vez la recuperación sea más lenta. Hoy, al hijo paulista no le quedó más remedio que aceptar el triunfo de sus contrincantes y la celebración que éstos le tenían preparada. Con el mayor respeto y admiración lo alzaron entre sus brazos y lo llevaron a la gloria, pero al tocar de nuevo la cancha, Falcao recordó que el show de esa noche se lo robaron los de uniforme rojo.
El marcador final fue 4-4. Se definió desde el punto penal. Tras un apretado encuentro en el que ambos equipos marcaron cuatro tantos, lo que se puede concluir es que se vio en la cancha a un Irán tímido, por momentos, pero toda una máquina arrolladora que en medio de saltos, gritos, caídas y pases, desató su furia frente a los brasileros. Los expertos en la materia dirían que a los iraníes les costó trabajo acomodarse en el campo, pero lo cierto fue que se vio en los primeros minutos de juego a un Brasil confiado, que descuidó jugadas, que por momento se desplegó en la genialidad del ‘jogo bonito’, que sí robó aplausos, pero que de nada sirvió para irrumpir y anotar en el arco contrario.
Quedó una noche para la historia, en la que Falcão abrió el marcador del encuentro a los 8 minutos del juego. Luego, a los 12 minutos, anotó un tanto más no solo para el quipo sino para su cuenta personal. Pero fue antes de terminar el primer tiempo que una diana de Hossein Tayebi, dos minutos después del segundo gol del mejor jugador del mundo que la máquina iraní entendió que había mucho por hacer.
En el segundo tiempo llegó la anotación de Dieguinho. 3 -1 avanzaba el encuentro a los 29 minutos del partido, cuando uno después llegó el gol de Afshin Kazemi y seis minutos más tarde lo que muchos deseaban, un tercer gol. El encargado de anotarlo fue Ali Hassan Zadeh.
Llegaron los 10 minutos de prórroga. Todo estaba listo para que los brasileros aseguraran su pase a cuartos y evitar la angustia que produce el punto penal. La presión de Brasil fue alta, sin embargo, los iraníes demostraron que ya no le tenía miedo al Campeón. Llegó un nuevo tanto de Falcão en el segundo tiempo extra que hizo vibrar a la tribuna que por ese instante se cambió de bando y volvió a sentir la “verdeamarela”. Lo cierto fue que la emoción duró solo un minuto porque Mohammad Keshavarz, un héroe que salto desde la banca y disfrazado de arquero igualó el marcador en un momento de desesperación, con un par de minutos en el cronómetro y la posibilidad de recibir un gol que sepultaría las ilusiones de su equipo.
Ya con el marcador 4-4 no quedaba energía en las piernas de ambos equipos, y fue así como llega el final que sentencia el tiempo jugado y da bienvenida a los tiros penales, el momento que Falcão, a lo mejor, busca olvidar. Aunque convirtió su disparo en gol, no fue suficiente para igualar la eficacia de los iraníes al trasformar todos sus tiros en goles, pero fue Ari, el jugador brasileño quien estrelló el balón contra el ‘palo’ y dio el batacazo que dejó a Irán listo para buscar un nuevo triunfo frente a Paraguay, otro de los partidos que hará vibrar a la afición santandereana, el sábado 24 de septiembre.
Noticias relacionadas
Santander, privilegiado con la Copa Mundial de Fútbol sala
El Mundial de Fútsal de la FIFA en Colombia
Mundial Fútsal 2016: Colombia fue eliminada por Paraguay
Por Xiomara Montañez
xmontanez@unab.edu.co