
En la Calle de los Estudiantes, ubicada en el barrio Real de Minas, se encuentran cinco instituciones educativas: la Nacional de Comercio, Politécnico, Santa María Goretti, Nuestra Señora del Pilar y Aurelio Martínez Mutis, también dos centros de educación superior: las Unidades Tecnológicas de Santander (UTS), y una sede de la Universidad Manuela Beltrán (UMB), lo que conlleva a que más de 20 mil personas transiten a diario por esta.
El alto flujo de personas la vuelve un punto estratégico para los vendedores de sustancias alucinógenas y esto genera una alerta especialmente entre los padres de familia. La preocupación y toma de medidas se generó luego de que el 1 de agosto de 2016 muriera el joven Óscar Julián Acevedo Efrez, quien era estudiante del colegio Politécnico, se hicieron públicos los problemas de violencia y droga que afectan en el sector.
Acompañamiento oficial
La presencia de las autoridades empezó a hacerse visible, pues además de un CAI móvil cuentan con Policía de Infancia y Adolescencia para atender diversas situaciones. Otra de las medidas que se tomó por parte de la Alcaldía de Bucaramanga para combatir la problemática fue la peatonalización de la misma. “La seguridad y, sobre todo, el bienestar de los niños ha cambiado, ya vemos otra cara en este sector, una cara que favorece a los menores que día a día tienen que transitar por esta calle”, así lo asegura Claudia Jimena Rico Mancilla, madre de estudiantes del sector, también recalcó que la presencia de uniformados era necesaria.
Manuel Antonio Vásquez Prada, brigadier general de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, afirma que “tenemos un dispositivo sobre todos los entornos escolares orientados a detectar toda influencia criminal que quiera llegar a reclutar estos menores, a volverlos dependientes del vicio u organizar pandillas”, esto hace parte de la aplicación e implementación de políticas de seguridad las cuales buscan impedir o liberar a los menores del consumo de estupefacientes.
Mediante un plan de requisa y control realizado por el cuadrante policial del sector se capturó a una mujer de 37 años que responde al alias de ‘Lucy’ a quien, según la Policía, un juez le dio medida privativa de la libertad, además, sigue vinculada en otras investigaciones y por esto, su nombre está bajo reserva. Le fueron confiscadas 36 bolsas herméticas llenas de bazuco, las cuales pretendía comercializar al menudeo en el sector estudiantil.
Como alias ‘Lucy’, en el mismo sector fueron detenidos dos hombres, en los últimos días, por tener en su poder dosis de marihuana y bazuco para la venta. Estos hacen parte de las 487 personas que han sido aprehendidas por el delito de venta de estupefacientes en lo que va corrido del año. Según cifras oficiales en el 2018 se han incautado: 39 kilogramos (kg) de marihuana, 4 kg de cocaína y 10 kg de bazuco.
El acompañamiento de las autoridades a los colegios cuenta con campañas de información y de prevención. Los rectores de las instituciones afirman que la presencia de autoridades ha disminuido las situaciones riesgosas en esta calle, “el haber quitado los carros y los parqueaderos da mucha seguridad, además, la policía está constantemente en la zona y ha despejado esta de consumidores de drogas, pues hay presencia de autoridades desde Acrópolis hasta la zona de los colegios”, asegura Flor Alba Casadiego Ardila, rectora del colegio Politécnico.
La comercialización de nuevas drogas genera preocupación en directivos y autoridades, “indiscutiblemente la droga está metida en todas las instituciones, y ahora como la droga no se ve tan fácilmente, son pastillas, polvos, calcomanías, es más difícil contrarrestar esto”, asegura Casadiego.
Afectación a la zona residencial aledaña
El Patinódromo Roberto García Peña y el conjunto residencial Plaza San Marcos hacen parte de la Calle de los Estudiantes. Jaime Enrique Pradilla Rueda, administrador de esta urbanización, afirma que hay falencias por parte de los uniformados “la policía es buena para las fotos, pero pues realmente falta mucho, la droga es un problema muy complejo, es decir es un problema que policialmente es casi imposible de controlar”. Pradilla reconoce que hay acompañamiento policial, pero explica que su verdadera preocupación es que un combate frente a las drogas es difícil de vencer, pues solo con la aprobación de la dosis personal (22 gramos) los consumidores llevan la delantera.
Por Paula Andrea Sanabria Palomino
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