Yerklin Moreno Galvis / ymoreno522@unab.edu.co
No es un secreto que, actualmente, el arte Drag Queens o lxs Drag Queer es muy popular dentro de la comunidad LGBTIQ+ (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer…). Aunque aún es un tema controversial, novedoso y un poco confuso para algunas personas, este arte en los últimos años se ha popularizado gracias al programa de RuPaul’s race carrera de dragas, que se ha encargado de visibilizar el movimiento drag en todo el mundo.
Pero esto no siempre ha sido así, históricamente las Drag o las personas que se dedican o practican el arte Drag Queen, ya sea hombre o mujer, han sido discriminadas y relegadas. Para comprender el trabajo artístico de una drag es fundamental conocer el trasfondo histórico, no se puede pensar en drag sin pensar en teatro. Es por eso que debemos hablar del teatro y remontarnos al siglo XVI, en Londres, en el teatro The Globe, donde se presentaron por primera vez las obras de William Shakespeare.
Se preguntarán entonces, ¿cuál es el origen del término Drag Queen?
Tradicionalmente en las artes como la música, el teatro, la pintura han sido espacios dominados por manes. En el inicio del teatro las obras tenían fuertes ataduras con el clero y la moral aristocrática y conservadora de la época. En ese entonces, el teatro era el medio de entretenimiento más popular, era como la televisión y las redes sociales.
Obras como “Romeo y Julieta” se interpretaron por primera vez en el teatro The Globe. Aún funcionaban las mismas normas impuestas por el teatro griego, las mujeres no tenían permitido actuar y los papeles femeninos tenían que ser interpretados por hombres. Esto con una doble intención, burlarse de los roles de género y a su vez dar más de que hablar.
Fue en los escenarios y camerinos del teatro donde nació el Drag. Que también es el acrónimo de Dressed Girl, que al traducirlo al español significa vestido de mujer o también para referirse a las personas andróginas. Pero eso no es todo, existen diversas teorías como la del verbo Drag, que en inglés significa ‘arrastrar’, haciendo referencia a los largos y grandes vestidos que los actores utilizaban en el teatro. Y fue con el tiempo que el arte drag fue tomando una forma de entretenimiento individual más propia de la comunidad diversa, alejándose de las actuaciones colectivas y del teatro tradicional, porque no era tan bien visto.
La sociedad misma cambió la connotación de la palabra drag, ya no fueron actores travestidos de mujer, quedaron condenados por mandato popular a “malignos” homosexuales. Eran mal vistos y no entendidos como una expresión artística que nada tiene que ver con la orientación sexual, ni la orientación de género. Ignoraron el hecho de que el ser drag es el performance de la versatilidad y la libre expresión. Que es una sátira que rompe lo convencional, un arte totalmente sin barreras, un concepto que no cabía en las mentes de las personas, que no encajaba en las percepciones que se tenía del género y del arte en esa época.
Setentas en USA
Ya para a mediados de los 70´s en Estados Unidos, en el centro de Manhattan, en barrios como Harlem y Washington Heights, se escalaron los primeros peldaños y origen del drag. Desde entonces, este arte fue incorporándose poco a poco en la sociedad y en espectáculos que serían clandestinos y exclusivos. Esto dio pie a las primeras luchas por la aceptación de la comunidad gay. Cuando en 1980 Harvey Milk, se convirtió en el primer activista y político abiertamente homosexual en San Francisco Estados Unidos.
Actualmente, Andrés Charles es la Drag Queen más conocida a nivel mundial, gracias a su programa de tele ‘RuPaul’s Race’. En él, Drags Queens compiten en una serie de desafíos para demostrar sus habilidades. Se destacan el maquillaje, vestuario, baile y el lip-sync. No hay duda, ella es un referente y fenómeno mundial.
En Colombia, este es un movimiento que solo lleva 21 años. En el 2002, la discoteca gay más grande del país, Theatron, abrió sus puertas con el concurso Miss universo Drag star. Un año después, las Drags Queens fueron progresando con mucho éxito. Debutaron y son referentes para nuevos personajes que hoy gozan de fama. Este concurso, se ha ido consolidando como el espectáculo Drag Queen más importante del país. Miles de drags, de diferentes rincones, buscan un espacio de participación y reflectores que se encienden una vez al año en las pistas principales de la ya mítica Theatron.
¿Pero qué es ser una drag hoy y por qué cuesta entenderlo?
La creación de los personajes drag derivan de muchos factores. Es común que en el mundo de sus personajes fluctúe o evolucione. Es natural, cada draga tiene su historia, rango, jerarquía o nicho. La personificación apasionada y exagerada de lo que para ellas o ellxs puede representar ser mujer… a veces cómica, mágica, punkera, delicada, intimidante, pero, propias y únicas. Así lo explica Vanya Rouse, drag de 22 años oriunda de Bucaramanga: “esa es la magia del drag, la diversidad que existe. Cada una busca transmitir un mensaje diferente y te hará vivir por medio de algún show o su presencia, una fantasía única”.

Significa dar luz a un personaje con una identidad clara y nombre propio que represente los gustos, pasiones y experiencias de vida que, en algún momento, por los estereotipos o la sociedad, fueron sensaciones reprimidas. “Es transcender de esos conceptos que nos atan desde niños y nos hacen pasar por una educación muy conservadora. Es soltar todas esas ataduras, soltar todos esos conceptos que nos han oprimido y que no nos permitían experimentar nuestros gustos y más en nuestro género”, resalta Vanya Rouse.
Lo cierto es que como sociedad, cuando podemos ver a alguien que fluye entre lo masculino y lo femenino en su forma de actuar, de vestir, de expresarse y lo logra, es ahí donde nos preguntamos en realidad por qué le ponemos tanta tiza a dichas categorías en la vida real. ¿Por qué buscamos dividir el mundo en fracciones recurriendo a las etiquetas? Como contestación, Angelique Devour Drag Queen, personaje inspirado en las reinas de bellezas colombianas, es contundente y desde su propia historia nos dice: “No quiero ser una mujer, no quiero transicionar, las personas siempre asocian que el que hace drag se quiere cambiar su género y no es así. No quiero ser una mujer todos los días, a mí me gusta mi cuerpo, me gusta vivir mi día a día como chico, Angelique es un personaje, es una parte de mí que disfruto mucho ser”.

Por lo anterior, se suelen confundir los términos al punto de considerar el travestismo, sinónimo de drag. Son dos términos diferentes, uno constituye una forma de expresión e identidad, buscando la imitación perfecta de lo que es una mujer y el otro un performance artístico. Se exageran las vestiduras y los rasgos femeninos utilizando el maquillaje de una forma dramática y muy fuerte en la que tienen que transformar los rasgos masculinos en rostros angelicales y femeninos, curvas, sensacionales que en el cuerpo de un hombre no caben. Estas facciones son exageradas para que la noción y el concepto del artista se pueda observar desde lejos.

“Una drag Queen lleva un cierto nivel de producción porque eres un personaje que va para una tarima, para un espectáculo… vas a una discoteca a vender tu talento, lo que tu personaje hace y representa, eres el concepto que has construido y que buscas transmitir y eso es lo que cuesta entender”, sentencia Angelique Devour
Muchas veces la sociedad suele confundir la identidad de las personas con la personificación artística que es el maquillaje, el brillo y los tacones. Olvidan el hecho de que son dos personas diferentes que deben ser entendidas como lo que son, ya que viven el día a día fuera de su personaje drag.
El performance del artista drag se categoriza de diversas maneras como se ha dicho anteriormente. Se derivan sufijos como Queen, Monster, Babys, King, entre otros, que en los que se puede ver representado de una forma grotesca o saturada, es una expresión que no puede ser encasillada en una sola cosa, sino que deriva y lo hace un arte dinámico sin límites que también se burla de la masculinidad.
El Drag King y lo masculino
Los drag King también existen, son poco comunes, incluso dentro de la comunidad diversa. Por lo general son mujeres que usan expresiones y rasgos masculinos en su performance, pero al igual que el drag queen, cualquier persona sin importar su género puede ser un drag.
En la puesta en escena del drag King es la estética masculina que se imita y se parodia, en algunos casos puede ser el puente para una posible transición, sin embargo, no en todos los casos es así. Algunas mujeres solo expresan y viven su performance haciendo el transformismo a hombres, forrando sus senos, usando un largo bigote, esmóquines grandes, muy masculinos, pero ante todo siendo muy caballeros.
Cabe aclarar que no es la estética de un hombre, sino del arquetipo ‘masculino’. Los drag King no se visten de hombre, sino que se apropian de las características de lo masculino. Ya sea para expresarlo de una manera muy varonil, partiendo de un estereotipo de hombre o, por otro lado, demostrando una fluidez que divaga en lo queer.
Dentro de esta expresión artística hacen referencia a esos rasgos dominantes que han sido el centro de la cultura patriarcal, hombres fuertes y bigotudos, motociclistas, policías, políticos, villanos imponentes que complementan la escena drag que ha sido invisibilizada. Maikol Prado, un joven de 19 años de Bucaramanga, se moviliza entre la personificación queen y King. Por eso, su palabra toma más peso. Él nos dice: “me gusta estar fluctuando entre mi masculinidad y mi feminidad, es como si para esto no tuviera límites. No me gusta encasillarme, lo que quiero expresar, lo expreso y ya. Siempre me inspiro en los villanos imponentes, extravagantes, exóticos, así grandes y fuertes”.
El movimiento drag no solo se reduce a espectáculo en discotecas y eventos solo para comunidad diversa. Tampoco es para promocionar pelucas o dar todo el tiempo de qué hablar. Es una expresión artística que busca reivindicar la libertad de ser lo que quieran ser y al vivirlo están en una constante lucha contra la discriminación y la violencia.

Entre brillos y sombras
El glamur, el carisma, los brillos, las sombras que dan vida al personaje cuesta y no solo dinero. Cuesta la valentía, la fortaleza que deben tener para salir a las calles o una discoteca e incluso para poder tener un espacio donde arreglarse y no incomodar a nadie. Maikol es claro: “hacer drag en Bucaramanga es saber que lo vas a hacer por amor al arte, no hay ni una drag en Bucaramanga que saque frutos económicos. Es muy costoso, es mucho desgaste mental, es mucho trabajo, sí hay espacios en la ciudad donde hacemos espectáculos, pero no lo valoran. No recuperas ni el 5% de todo lo que inviertes”.
Las drag Queen también sufren de discriminación y desprecio. Colombia es uno de los cinco países donde más se vulneran los derechos de la comunidad diversa. Según un informe del 2022, de la Organización Comunidad Diversa, en Colombia, se registraron al menos 5.501 casos de violación de derechos humanos, relacionados con hostigamiento, abuso policial y actos de discriminación en contra de comunidad LGBTIQ+ en todo el país.
En Bucaramanga cada vez se abren más espacios representativos: “esta es una ciudad abierta, pero es una ciudad que apenas está abriendo los ojos a todo este mundo de la diversidad y expresión sexual. Casi siempre, por no decir todo el tiempo, no falta el comentario machista, en el drive, patrones discriminatorios que ya uno conoce e incluso las miradas feas en la discoteca”: Maik Prado
Para las personas drag, salir a la calle es sinónimo de pasión, amor al arte y de valentía. Se debe entender al drag como actores que se especializan en entretener, como un fenómeno social que cada vez se incorpora más en lugares en los que se les ha negado su esencia. La comunidad diversa seguirá luchando por tener espacios seguros en los que puedan expresar su identidad de género sin ningún riesgo. Gústenos o no, la revolución también será drag o no será.