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La vanidad te mata

Hoy la sociedad te obliga a estar buena. Hoy el cuerpo, según la estética que mande, debe ser perfecto. No hay diversidad. No hay manera de ser diferentes. Y esta presión con crítica te masacra el autoestima, mientras te incrementa las inseguridades. Estas son las principales causas por las que las personas arriesgan su vida en un quirófano sin tener en cuenta el riesgo de muerte.

Por: Lizeth Delgado Gutiérrez – ldelgado67@unab.edu.co

Uno de los problemas más grandes que tiene la mujer actualmente es la constante exposición a los estereotipos físicos (ojalá fueran intelectuales, y todas quisieran ser como Marie Curie o Virginia Woolf, pero no, esto es lo que hay). En Polombia es común ver mujeres con tetas grandes, cola voluptuosa y uno que otro arreglo facial. Sin duda, cuerpos imaginados de mentiras y ligados a la estética narca de mucho con bastante.

La vanidad ha existido desde siempre, desde la aparición de los tacones en 1760, por ejemplo. Luego, la invención del bikini en 1946 y con él la necesidad de “estilizar” el cuerpo de la mujer.  ¿Alguna vez usted ha pensado en cambiar algún aspecto físico por vanidad? Más de aquí, menos aquí. Casi siempre más de aquí. Reflexione, amigx.

Al entrar al quirófano el riesgo es alto, desde la anestesia hasta el postoperatorio. Lamentablemente, estos procedimientos no siempre son exitosos y aunque los casos son remotos, de que los hay, los hay. Hace poco, Mariana Moncada, de 35 años y vendedora ambulante, acudió a un centro estético en Bucaramanga para realizarse una mamoplastia. Sin embargo, todo salió mal, no recibió la atención necesaria y falleció. En entrevista con Vanguardia, su esposo Luis Eduardo Bueno, afirmó que la clínica no contaba con los recursos necesarios para atender una emergencia y que debido a esto su esposa murió.

Otro caso en el Área Metropolitana de Bucaramanga es el de Karen Yulieth Cárdenas, una estudiante de Psicología que se sometió a una rinoplastia en enero de 2023. Horas más tarde, estando en su casa, se desmayó y murió. El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró que, en el 2021, en Colombia hubo 56 muertes a causa de procedimientos estéticos y cirugías.

No obstante, también está el lado “amable” de las cirugías, Marlon Castillo Arévalo, asegura que luego de realizarse una rinoplastia en el 2020 su autoestima aumentó, dejó de sentirse “acomplejado” y su nuevo aspecto físico lo hace sentirse más seguro.

Los complejos y la crítica constante de la sociedad causan baja autoestima y problemas de inseguridad, esto es un aspecto social que está arraigado, tristemente, a nuestra cultura latinoamericana. “Los señalamientos, burlas o rechazos por el aspecto físico, la manera de pensar, hablar, actuar, hacen que las personas se sientan vulnerables ante un entorno que exige perfección. Cuando la persona siente que no ‘llega’ a esos niveles desciende su autoestima e intenta desde lo posible mejorar para encajar en una sociedad que aún no acepta y respeta su esencia”. Esto lo comenta la psicóloga María Alejandra Malaver. En palabras sencillas: ella expone la falta de empatía que tenemos por las demás personas, y resignifica una lucha por la aceptación personal y social.

Narcoestética

En acuerdo con Soren Molano y Alejandra Escobar, la narcoestética y la narcocultura han sido y son grandes influencias en la construcción ciudadana en Colombia. La narcocultura se caracteriza por exagerar patrones populares asociados al sistema capitalista y patriarcal. Los narcos, sedientos de placer, deseaban (desean) disfrutar de mujeres voluptuosas y que resalten entre las demás, una mujer de un narco debe ser vista por la mayoría cuando llegue a cualquier lugar, el bajo perfil ahí no aplica. Ese deseo fue llevado hasta los reinados, y Colombia es potencia mundial en reinados de todo tipo, desde El de la Panela hasta el supuestamente glamuroso de Cartagena. En esos concursos, las más esbeltas mujeres eran (¿son?) patrocinadas por narcotraficantes. No se coronaban solo por su belleza, también ganaban por la plata.

Las operaciones se volvieron un verdadero boom en la década de los 80, el estereotipo de mujer voluptuosa (con operaciones) era el común denominador en ciudades como Cali y Medellín, y ese patrón se sigue repitiendo. Cali es la ciudad donde se realizan más cirugías en el país, más de 170 al día, SÍ, 170 personas se operan en un día en Cali. De esas 170 personas, la ciudad recibe aproximadamente 50 extranjeros que tienen a Colombia como destino preferido para realizarse todo tipo de procedimientos estéticos, desde los senos hasta el estiramiento facial.

Precios

Colombia y sus cosas raras. La caída del peso colombiano y su poco valor a nivel internacional hacen que el país sea un atractivo a la hora de modificar los cuerpos de las y los extranjeros. Ganar en cualquier moneda y pagar en pesos es el paraíso. Así lo afirmó la doctora Jimena Morales, especialista en medicina estética, quién también sostiene que “lo barato sale caro”, pues en ocasiones los precios bajos no garantizan el éxito de la operación. El consejo que da la especialista consiste en que las personas busquen centros médicos avalados y que antes de cualquier intervención consulten la mayor información posible sobre el cirujano y los productos a usar. En el mercado de las cirugías estéticas, Colombia es el décimo país en el que más se realizan procedimientos al año, la cifra alcanza los 600.000 procedimientos.

¿Es un vicio?

Los pacientes que acuden a una cirugía estética lo hacen con el fin de verse y sentirse mejor, pero también con el objetivo de subir su autoestima y tener seguridad con su cuerpo. Una vez que la persona se haga un procedimiento y quede satisfecho tiene consecuencias “graves”. La primera es que va a empezar a notar más imperfecciones en su cuerpo, por lo que querrá eliminar cualquier inseguridad por medio de inyecciones, bisturíes y quirófanos. La segunda es que permite que el nivel de su autoestima dependa de su apariencia física. La tercera es que en ocasiones se crea una adicción por verse mejor, lo que conlleva a realizarse una y otra y otra y otra… y otra y otra cirugía sin parar nunca. Como ejemplo están el Ken brasilero o la Barbie rusa, personas obsesionadas con las cirugías que han llevado al límite su cuerpo.

Este “problema” tiene nombre propio, en el mundo de la medicina se le conoce como trastorno dismórfico corporal y tiene componentes psicológicos y sociales. Existen múltiples causas como el deseo de imitar físicamente a alguien, la aceptación de su círculo social o el desarrollo del cuerpo humano y la negación a los cambios físicos. Esta última afecta principalmente a los mayores de edad, entre los 40-60 años.

Moraleja sin vanidad

El lío es mucho más complejo y al final, aunque suene a perogrullada, lo mejor es sentirse tranquilo con lo que le tocó físicamente en gracia o desgracia. Ahora bien, si usted desea realizarse un procedimiento estético, hágalo por usted, por encontrar la felicidad para usted. No permita que los estereotipos de la jodida sociedad lo hagan dudar de su verdadera belleza: la interior. Preocúpese más por ser buena persona y por contribuir a que nuestro país sea un poquito mejor, nos vemos.  

Universidad Autónoma de Bucaramanga